lunes, 30 de agosto de 2010

Viva el capitalismo.

Aquéllos que sigan de forma habitual este blog se habrán percatado de que la filosofía que subyace bajo la mayoría de las entradas publicadas es la de realizar una crítica, o al menos cuestionar, el sistema capitalista o economía de mercado en el que vivimos.

Soy consciente de que las empresas son uno de los pilares fundamentales de la sociedad, su presencia es absolutamente necesaria en todos los sentidos. Lo que se cuestiona en este modesto blog son sus operaciones, sobre todo las de aquellas empresas que han adquirido una “excesiva” dimensión que les permite “imponer” en muchos casos ciertas prácticas abusivas con el objeto de conseguir sus resultados planificados.

Digo esto porque han salido publicados unos datos procedentes del holding Bolsas y Mercados Españoles (BME), que agrupa a las entidades que dirigen y gestionan los mercados y sistemas financieros en España, sobre los dividendos repartidos por las empresas españolas que cotizan en bolsa durante los seis primeros meses del año.

Los accionistas de estas sociedades han obtenido retribuciones por un importe cercano a los 14.000 millones de euros, la segunda cifra más alta de la historia en este período.

¿Crisis? Para algunos.

Los dividendos son repartos de beneficios, ya procedan de años anteriores o a cuenta de los futuros beneficios del ejercicio en curso (para ello tiene que existir una estimación de que se van a generar suficientes beneficios).

No sería ético por mi parte cuestionar la procedencia de estos beneficios sin conocer los datos concretos (aumento de ventas, reducción de costes, …), pero tampoco considero muy ético proceder al reparto de dividendos mientras en muchas empresas se procede al despido masivo de trabajadores a través de EREs, a solicitar ayudas estatales por parte de algunos sectores empresariales, a paralizar obras públicas por presuntos retrasos en los pagos de las certificaciones de obra, etc.

Al final será cierto que la brecha entre los más ricos y los más desfavorecidos es cada vez mayor. La presunta redistribución de beneficios sociales a la comunidad, tan cacareada por los sectores neoliberales, consecuencia del libre mercado y del capitalismo cada vez tiene menor credibilidad.

domingo, 29 de agosto de 2010

Más de lo mismo

Una de las agencias de calificación (Standard & Poor’s) ha rebajado la calificación de la deuda pública de Irlanda (AA-) y sin embargo, y a pesar de los titulares en los medios de comunicación, ha colocado bonos de deuda a seis y ocho meses con un gran éxito; los mercados han suscrito la totalidad, incluso la demanda de títulos era seis veces superior a la oferta. Paradójico.

Lo que no nos dicen los medios de comunicación, y a pesar de las reticencias existentes sobre el papel que juegan estas agencias, es que una calificación “AA” indica que existe una expectativa de riesgo de crédito muy reducida. La capacidad para devolver el principal y los intereses de manera puntual por parte del Tesoro irlandés es muy fuerte, no es muy vulnerable ante la ocurrencia de acontecimientos previsibles. Otra cosa son los “imprevisibles”.

viernes, 27 de agosto de 2010

Reformas presupuestarias.

Reducción de salarios, congelación de pensiones, paralización de obras públicas, subida de impuestos, … ¿Cuál es el objetivo que se encuentra tras estas medidas adoptadas por el Gobierno respecto al gasto público?

Ya he comentado en alguna ocasión que formar parte de la Unión Económica y Monetaria tiene su lado positivo pero también exige ciertos sacrificios.

El Tratado de la Unión y el Pacto de Estabilidad y Crecimiento orientan los presupuestos nacionales de los Estados miembros para conseguir que la situación presupuestaria se aproxime al equilibrio o presente superávit en condiciones normales.

La política presupuestaria depende de los gobiernos nacionales, aunque está sujeta al límite del 3 por ciento del PIB, es decir, el déficit no podrá superar este porcentaje. Este límite restringe la capacidad y autonomía fiscal de los países. A pesar de ello, se permite sobrepasarlo temporalmente para hacer frente a graves perturbaciones (situación actual).

¿Por qué las medidas adoptadas?

Se busca una reducción del déficit público ya que se considera que de esta forma se orienta la economía hacia un círculo “virtuoso”: bajos tipos de interés, reducción de la carga (intereses) de la deuda pública, mayor reducción del déficit presupuestario, mejor asignación de los recursos, más confianza de los inversores (o mercados financieros) en la economía nacional, más inversión productiva y más empleo.

A todo esto hay que añadir que los países que de forma sistemática sobrepasen los límites del Pacto de Estabilidad podrán ser sancionados.

Ahora bien, se exigen sacrificios cuando se trata de recuperar una situación de estabilidad, ya que ésta redundará en beneficios futuros para la población, pero los gobiernos son sabedores de que en situaciones de “bonanza económica”, y recalco de “bonanza”, como la vivida durante los últimos años antes del estallido de la crisis, deben sanear sus sistemas fiscales para evitar ciclos como el que actualmente estamos padeciendo, para evitar tener que adoptar medidas que afecten gravemente a los colectivos más débiles, principalmente.

Los gobiernos manejan amplias estadísticas y realizan de forma continua estimaciones de los problemas que la sociedad sufrirá en el futuro. Saben que deben proceder a reformar sus sistemas fiscales y que esta reforma se debe realizar en épocas de bonanza, pero no lo hacen ¿Cuánto tiempo llevamos oyendo hablar del problema de las pensiones? En España, tanto el Gobierno actual como el anterior ya eran conocedores de que eran necesarias reformas para afrontar problemas futuros, en cambio, se centraron en obtener réditos a corto plazo (bajadas de impuestos indiscriminadas, inversiones en infraestructuras a todo lo largo y ancho del Estado, …).

Algunas de las reformas fiscales a realizar en épocas de crecimiento económico deberían haber hecho hincapié en:

  • Restricción del gasto público.
  • Introducción de mecanismos e instrumentos de control del gasto.
  • Mejorar la transparencia y eficacia de los sistemas fiscales.
  • Cambios en los sistemas de prestación social, esencialmente de cobertura del desempleo para que sea más rentable trabajar que permanecer en paro.
  • Revisar el sistema de pensiones y asistencia sanitaria ante la perspectiva de un envejecimiento de la población.

¿Qué se ha hecho? Todo lo contrario. En épocas de alto crecimiento económico, más leña al fuego; y es ahora, cuando se ha dado la vuelta a la tortilla, cuando se plantean reformas en las pensiones, en la edad de jubilación, en el mercado de trabajo, subidas de impuestos, etc. y no culpo sólo al Gobierno actual.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Otro sector de la economía.

Política y Economía suelen ir de la mano, incluso muchas veces es difícil diferenciarlas, mismos personajes, mismos trajes, mismos lugares de reunión.

Lo anterior viene al caso porque he aprovechado para ver nuevamente la película “El señor de la guerra” (las vacaciones también sirven para esto), protagonizada por Nicolas Cage y basada en un hecho real que se sitúa en el mundo globalizado del tráfico ilegal de armas. Una esfera más del sistema económico. Vista con detenimiento, la película da mucho juego para analizar otro sistema de producción capitalista que no se ve en los medios de comunicación de masas y que no es otro que el de la fabricación y venta de armas; al fin y al cabo se trata de un sistema de producción en serie y se precisan consumidores para dar salida al stock que se va acumulando.

La película narra el comercio ilegal de armas, el negocio que supuso para los países desarrollados, sobre todo tras el fin de la guerra fría. Los grandes arsenales que estos países tenían guardados ya no eran necesarios. ¿Quiénes fueron sus compradores? Países africanos sobre todo, envueltos en continuos conflictos bélicos, donde dictadores sin escrúpulos se enfrentaban a su propio pueblo que vivía en condiciones de miseria.

Sorprende ver en la película como los propios países desarrollados protegen a los traficantes de armas para que continúen con sus actividades delictivas. Una guerra armada necesita al menos dos contrincantes; si uno de ellos ya se encuentra armado será necesario que el otro bando consiga “legalmente” las armas para defenderse y, existen países con un importante sector armamentístico dispuestos a proporcionarlas.

Es ficción, pero no muy lejos de la realidad.

Oficialmente, y con datos de 2005, ¿saben qué países son los mayores exportadores de armas? Por este orden, Rusia, EEUU, Francia, Reino Unido y Canadá, ocupan los cinco primeros lugares en el ranking, con un volumen aproximado de 16.000 millones de dólares; España ocupa el honroso puesto número 16 con 75 millones de dólares.

Y, ¿quiénes son los compradores? Entre los diez primeros países, y en función del porcentaje que representan sus compras sobre su producto interior, tenemos: Eritrea, Emiratos Árabes Unidos, Yemen, Jordania, Armenia, Namibia, Sudán, …; sorprende ver a Israel (no tanto) y a Grecia entre los diez primeros.

Es conocido que algunos de estos países importadores no destacan precisamente por tener sociedades democráticas, derechos humanos, estados de bienestar, etc.; la mayoría poseen recursos naturales muy codiciados por los países desarrollados, véase el caso de Eritrea, que además de poseer una situación estratégica en el mar Rojo, cuenta con yacimientos de mármol, granito, plata, cobre, zinc, oro y sílice; o el caso de Namibia, cuyos recursos principales son los diamantes y el uranio, o Sudán con petróleo y oro, por poner algunos ejemplos. Pero a pesar de disponer de estos recursos naturales, la situación de su población deja mucho que desear, muchos viven en condiciones de miseria que frecuentemente terminan en guerras civiles o en luchas contra sus países vecinos.

El tráfico de armas es otra parte de la economía que normalmente no aparece en los medios de comunicación ni en los libros de textos.

martes, 24 de agosto de 2010

Sorprendente Alemania.

¡Sorprendentes resultados!, claman algunos al ver la cifra de crecimiento de la economía alemana publicada recientemente; nada menos que un 2,2% en tasa interanual. “Esto es fruto de las políticas conservadores aplicadas por el Gobierno de Angela Merkel”, dicen las posiciones defensoras del neoliberalismo (no como en España).

Bonito titular; nos muestran una foto de la situación acompañada de un comentario al pie y ya tenemos tema de conversación.

Pero si profundizamos un poco y somos capaces de mirar la parte posterior de la foto podemos obtener un resultado más objetivo. Resulta que Alemania es el primer país exportador del mundo y basa gran parte de su economía en la demanda externa. ¿Qué ha sucedido para que haya obtenido esta sorprendente cifra de crecimiento? Pues que el tipo de cambio euro-dólar les ha sido muy propicio. Una devaluación del euro respecto al dólar ha supuesto unas mayores compras por parte del resto del mundo; un dólar más fuerte supone compras más baratas. Así de sencillo.

Pero el problema de Alemania sigue estando en casa, en su demanda interna. Sus dirigentes no están tan contentos como podía parecer a simple vista, son prudentes y saben que a medio plazo la economía alemana podría tener serias dificultades si los países importadores no se recuperan, véase el caso de EEUU, importador por excelencia. Con una baja demanda interna y problemas persistentes en la economía mundial, Alemania también sufrirá.

La economía es algo más que titulares y datos inconexos.

domingo, 22 de agosto de 2010

Invitación.

No hace mucho tiempo llegó a mis oídos un comentario respecto al contenido de este blog, “sólo habla de economía”. Sí, es cierto; se trata de un blog con un contenido que puede que para muchos sea aburrido, monótono, sin ningún significado concreto. Quizás sea un tema que se encuentra al margen de nuestras vidas diarias. Bolsas, mercados financieros, capitalismo, multinacionales, empleo, etc., etc. ¿Para qué sirven todos estos términos, toda esta palabrería? Nos queda lejos, sobre todo si hemos conseguido dormir nuestras conciencias, si hemos logrado mimetizarnos en una economía de mercado en la cual nuestros únicos problemas son qué comer mañana, a dónde ir de vacaciones, qué película iremos a ver, a qué universidad mandaremos a nuestros hijos, …

En esta parte del mundo cada uno puede expresar libremente sus opiniones y elegir su modo de vivir.

En un post anterior hablaba sobre dos corrientes de opinión respecto al papel que juegan las multinacionales en el mundo. Hoy les invito a ver el siguiente vídeo.

Creo que la economía sí tiene su importancia.

sábado, 21 de agosto de 2010

Un poco de fiscalidad.

Cuando saltan a los medios de comunicación determinadas noticias que afectan de forma directa a muchos ciudadanos, suele producirse cierta confusión, e incluso malas interpretaciones (algunas provocadas). Este es el caso de la “deducción” por adquisición o construcción de la vivienda habitual en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).

Durante los últimos meses, y en más de una ocasión, se me ha preguntado sobre una noticia relacionada con la supresión de esta deducción. Estas personas estaban preocupadas porque habían “oído” que el Gobierno la eliminaría (no es de extrañar, cuántos no tienen suscrito un préstamo hipotecario).

Intentaré explicarles qué hay de cierto y cómo está la situación a día de hoy.

Se encuentra en fase de proyecto (por lo que todavía puede cambiar sustancialmente) una revisión de la deducción por adquisición de vivienda habitual. A partir del año 2011 están previstos unos límites para poder aplicar dicha deducción. Aquellos contribuyentes que tengan una, y recalco, una “Base Imponible” (no se trata de ingresos brutos) inferior a 17.707,20 euros podrán aplicar una deducción sobre una base de 9.040 euros (es decir, todos aquellos pagos por adquisición de vivienda que superen en el año este importe no serán deducibles). Aquellos contribuyentes que tengan una Base Imponible superior a 24.107,20 euros “no podrán deducir nada”. Los que se encuentren entre ambos importes aplicarán una deducción en función de un cálculo previsto.

Ahora bien, lo anterior afectaría a aquellos contribuyentes que adquieran o construyan su vivienda habitual a partir del 1 de enero de 2011; los que actualmente ya se encuentren deduciendo por adquisición de vivienda o, procedan a adquirir o construir una antes del 2011, continuarán deduciendo como hasta ahora, “no se verán afectados”; la base máxima a deducir será de 9.015 euros.

Espero que esta explicación les sirva de ayuda o sea de su interés.

viernes, 20 de agosto de 2010

Sentido común.

Un amable lector comentaba un día en este modesto blog que “con sentido común la mayoría de los humanos que no corren riesgos apuestan por lo seguro (bonos, letras, …)”. El comentario es oportuno para analizar una información relacionada que aparece en la prensa económica “los fondos garantizados y globales registran las mayores captaciones en agosto”; nada más y nada menos que 3.734 millones de euros, “para lograr seguridad y diversificación”.

Bien, la explicación es sencilla; no es el inversor de “a pie” el que realiza semejantes inversiones directamente en estos activos. Muchos de nosotros tenemos contratado con nuestras entidades financieras un plan de pensiones, o similar, para cuando lleguemos a la edad de jubilación (incógnita); estos planes (o fondos) de pensiones están gestionados por una Sociedad Gestora que se encarga de maximizar la rentabilidad del fondo, comprando y vendiendo diferentes activos en función del riesgo asumido por el inversor al suscribir dicho plan de pensiones; uno de estos activos en los que se invierte son los fondos de inversión a los que hace referencia la noticia comentada, de ahí la ingente cantidad invertida. A ello hay que unir los diferentes inversores (grandes fortunas) que buscan crear una cartera diversificada (acciones, bonos, letras, fondos de inversión, etc.) para reducir la exposición al riesgo y así garantizarse, o al menos intentar garantizar, una rentabilidad anual.

Muchas veces nuestro sentido común lo sepultamos con otras actuaciones que también consideramos racionales.

La democracia.

La democracia (el modo de funcionamiento interno) también está estructurada de antemano por las fronteras del sistema imperial: la democracia debe favorecer la libertad de circulación de los capitales, posibilitar la economía “abierta”, subordinar la actividad “colectiva” a la iniciativa privada. La democracia mercantil se vuelve ilegítima si pretende sobrepasar las fronteras de este sistema.
Los auténticos lugares de poder: las Bolsas, las redes de altos funcionarios que transitan regularmente de la esfera pública a la privada y viceversa, los partidos políticos que definen las orientaciones programáticas en función de los grupos económicos con los que están relacionados… Y todo ello se despliega respetando la legalidad administrativa instituida por el Estado de derecho: el “secreto” del imperio mercantil mundial consiste en su carácter “democrático”.

Sami Naïr.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Fondos de Inversión.

Leo en el diario cinco días el siguiente titular “Los gestores de fondos regresan a Europa tras su huida a EEUU”; las expectativas mejoran especialmente en Europa y China, mientras el pesimismo se cierne sobre EEUU y Japón.

La información tiene su origen en una encuesta mensual publicada por Bank of America Merrill Lynch y realizada a gestores de fondos. Sólo un 5% espera una fuerte recuperación económica en 2011.

Como posiblemente muchos de nosotros comencemos a recibir ofertas (de forma directa o indirecta) de maravillosos fondos de inversión con buenas rentabilidades, intentaré explicar de manera sencilla (sobre todo para aquéllos que desconocen esta forma de inversión) qué es un Fondo de Inversión.

Hicieron su aparición en España a mediados de los 80, aunque en un primer momento no tuvieron una gran acogida, tanto por los inversores (difíciles de interpretar) como por las entidades financieras (reducidas comisiones).

Pero la situación ha cambiado y se han convertido durante estos últimos años (a excepción de la crisis) en un instrumento de inversión con una gran popularidad.

Se trata de patrimonios que se constituyen con las aportaciones de los inversores, llamados partícipes. En función del perfil del fondo, estas aportaciones serán invertidas en diferentes activos financieros (acciones, bonos, obligaciones, letras del tesoro, etc)

¿Quién realiza o gestiona este patrimonio? Indudablemente no son los propios inversores. Esta labor la realizan la Sociedad Gestora, que se encarga de comprar y vender los activos financieros con el objetivo de obtener la mayor rentabilidad posible, y que no es propietaria del fondo, y la Entidad Depositaria (Bancos, Cajas de Ahorro, …), que se encarga de custodiar los activos en los que se ha invertido el dinero de los inversores.

El objetivo es maximizar la inversión del ahorrador. Éste adquiere las participaciones a un determinado precio y cuando proceda a la venta de dichas participaciones obtendrá una plusvalía o una minusvalía.

¿Dónde se encuentra la diferencia entre Fondos con un mismo perfil inversor? En las comisiones que nos cobrarán tanto la Gestora como la Depositaria; estas comisiones no se cobran directamente al inversor sino que serán aplicadas diariamente sobre el patrimonio del fondo con lo que el valor de nuestras participaciones se verá reducido.

El inversor sólo tendrá que pagar directamente (de su propio bolsillo) la comisión de suscripción (al convertirse en partícipe) y la de reembolso (al vender su participación).

Así que ya lo saben; aquellos interesados en este tipo de inversiones, además de conocer cuál es el perfil del fondo (en qué invierte su dinero la Gestora), deberán prestar mucha atención a las comisiones que aplicarán la Sociedad Gestora y la Entidad Depositaria, más que a la rentabilidad que le ofrezcan (siempre estimada, vean sino mi anterior post "Inversión"), ya que ésta variará mucho en función de dichas comisiones.

martes, 17 de agosto de 2010

Bolsas.

Hablaba en anteriores entradas de que las Bolsas de Valores sirven (o pretenden servir) de termómetro de la economía ¿por qué?

Parafraseando a la profesora Mónica Pedrosa, las bolsas de valores son mercados secundarios donde se compran y venden acciones y obligaciones. En estos mercados se generan los precios (cotizaciones) como consecuencia de la interacción de la oferta y la demanda.

Las bolsas cumplen tres funciones fundamentales: otorgan a la empresa una forma de financiarse; sirven de foro donde se valoran las empresas; y, suministran información sobre las expectativas generales de los inversores, lo que se refleja en sus cotizaciones.

Se da por supuesto que los precios de las acciones recogen “toda” la información conocida y relevante que puede afectar al valor de las empresas.

Supongan, por ejemplo, que el Eurostat (la oficina estadística de la Comisión Europea) publica un dato de inflación más alto de lo previsto por los mercados; automáticamente, y en pocos minutos, las bolsas se sacudirán, y posiblemente a la baja ¿por qué? Busquemos la respuesta en la macroeconomía.

Un dato alto de inflación significa un aumento de los precios de los bienes y servicios, malo para la economía real; el Banco Central Europeo en su lucha contra la inflación optará (entre otras medidas) por un incremento del tipo de interés para evitar un sobrecalentamiento de la economía. Esto significa préstamos más caros para las empresas, costes más altos, reducción de beneficios (vía incremento de costes y posiblemente reducción de ventas). Toda esta información “futura” se recoge en el valor “actual” de las acciones que cotizan en los mercados bursátiles, es decir, una tendencia a la baja de las bolsas significaría que las expectativas futuras de la economía no serían buenas. Por este motivo se considera que las bolsas se anticipan a la economía real.

Indudablemente, la información no afecta por igual a todos los sectores de la economía. Algunos saldrán beneficiados; en este caso podría ser el sector bancario.

En otra ocasión les hablaré de los mercados de futuros; éstos todavía se anticipan más que las bolsas.

lunes, 16 de agosto de 2010

El Corralito.

Durante los últimos tiempos, y como consecuencia de la crisis, se han escuchado comentarios que hacían mención a la posibilidad de que llegase a España el famoso “Corralito” ¿Pero sabemos realmente que fue El Corralito? Conocer un poco la historia ayuda a no volver a caer en los mismos errores o, al menos, a tener cierta sensación de tranquilidad.

La situación que se vivió en Argentina en 1991 fue fruto de errores tomados por los dirigentes durante los años anteriores.

Tras la dictadura, en 1982, llega al poder Raul Alfonsín y se encuentra con una grave crisis y una elevada inflación. Para combatirla se adopta como medida (entre otras) la creación de una nueva moneda, el “Austral”, que durante un corto periodo parece dar los resultados buscados. Sin embargo, seis años después, en 1988, la inflación se sitúa, nada más y nada menos que en el “343 por ciento” (España mantiene hoy el 1,9 por ciento).

En 1989 llega al poder Carlos Menen; la lucha contra la inflación continúa siendo el objetivo prioritario; ésta se logra contener a través de la Ley de Convertibilidad del Austral: 1 peso = 1 dólar.

Pero esta sobrevaloración de la moneda y la apertura comercial y financiera al exterior atraería a los especuladores (siempre están al acecho). El paro se dispara, la deuda externa se sitúa en torno a los 82.000 millones de dólares y el FMI comienza a presionar para que Argentina atienda sus compromisos con los acreedores internacionales.

En 1999 llega al poder Fernando de la Rúa. La situación continúa agravándose. Como consecuencia, en 2001 comienzan a evadirse capitales de los bancos argentinos; en un solo mes, más de 5.000 millones de dólares.

Y llega el 3 de diciembre de 2001; el Gobierno impone el Decreto 1570/2001 conocido como “El Corralito”; prohibiciones financieras para las entidades bancarias y, sobre todo, lo más impopular, la retirada en efectivo por parte de los ahorradores, como máximo 250 dólares ó pesos por semana. Además se restringieron las transferencias fuera del país. Se buscaba evitar la fuga de capitales y un crack bancario. En parte se consiguió, pero le costo el mandato al presidente De la Rúa, que dejó paso a Adolfo Rodríguez Saá; éste declaró la suspensión de pagos, la mayor de la historia de un país: 144.200 millones de dólares de deuda; el 54% del PIB. Su mandato duró 7 días.

El Corralito estaría oficialmente en vigor durante 90 días; duró 1.356 días.

Y volvamos a España; la deuda externa de los españoles a principios del 2010 era de 1,7 billones de euros, casi el 170 por ciento del PIB. Pero eviten comparaciones, las estadísticas engañan; la mayor parte de esta deuda es privada, de empresas y familias. El Estado español es el que tiene el endeudamiento público más bajo de la eurozona, el 75 por ciento del PIB aproximadamente.

Reino Unido con un 413 por ciento ó Irlanda con un 1.052 por ciento, según el FMI, se llevan la palma en cuanto a deuda externa.

Según los expertos, la situación seguirá siendo llevadera mientras no se incrementen los tipos de interés. También afirman que no existe riesgo de suspensión de pagos, que no se dejará caer a ningún país de la UE. De momento Grecia ha recibido ayuda (tenía una deuda externa similar a la española y alemana). Habría que preguntarles a sus ciudadanos cuáles son sus nuevas condiciones de vida.

sábado, 14 de agosto de 2010

Media vuelta.

Posiblemente forme parte de una de las últimas generaciones de este país que se vio en la obligación de realizar el servicio militar. Por aquel entonces, una de las frases que con mayor frecuencia se escuchaba en el periodo de instrucción era la que da título a esta entrada “media vuelta, AR!”.

Hace días escribía un post en el que relacionaba una serie de buenas noticias económicas que habían salido publicadas en los distintos medios de comunicación. Al parecer, los mercados respondían favorablemente a lo que simulaba ser un "cambio de rumbo"; las bolsas subían (un 25 por ciento el IBEX35 en sólo dos meses), la prima de riesgo del bono español descendía respecto al bono alemán, los resultados empresariales sorprendían de manera positiva, etc.

Pero no; no estábamos viendo el inicio de un período nuevamente expansivo, no se han solucionado todos los problemas de la noche a la mañana. Las bolsas estaban reflejando (anticipando) los resultados que se iban a publicar correspondientes a los seis primeros meses del año (ya comenté que las bolsas sirven de termómetro y se utilizan como indicadores de la tendencia de la economía). Una vez publicados los datos ¿Qué sucede? Pues los mercados solo ven incertidumbre en el futuro, las perspectivas de crecimiento ya no están tan claras y eso se refleja nuevamente en las turbulencias que vuelven a sacudir las economías. Los Stress Test ya no sirven, la deuda española (y la de otros países fuertemente endeudados) vuelve a ver como sube su prima de riesgo, las bolsas bajan, …

Más de lo mismo. Nos encontramos en un parque de atracciones y hemos subido a una montaña rusa (ayer malas perspectivas, hoy buenos y sorprendentes resultados, mañana incertidumbre).

Mi pronóstico: para la economía real, años difíciles; para la economía financiera, nunca mejor, cuanta más incertidumbre más volatilidad en las bolsas y, ya saben, a río revuelto, ganancia de especuladores.

viernes, 13 de agosto de 2010

Inversión Pública.

Tengo que reconocer que he tenido la suerte de nacer y vivir en uno de los entornos más bonitos que conozco; la hermosa ría que desemboca en el Cantábrico hace de este lugar un marco incomparable. Sólo la intervención del ser humano es capaz de alterar esta belleza.

Desde hace unos días tenemos a nuestra disposición un ascensor “panorámico” que comunica el puerto deportivo con la parte antigua del casco urbano. No seré yo el que ponga en duda el valor arquitectónico ni la estética de dicho artilugio (al fin y al cabo la Torre Eiffel fue denostada tras su inauguración). Pero el artilugio puede servirnos de base para analizar uno de los problemas que suelen afectar en gran medida a la mayoría de los municipios y ciudades de este país, y no es otro que el problema de las inversiones públicas (al final terminaremos hablando de políticos).

Las políticas que pueden llevarse a cabo surgen (en teoría) para atender problemas o necesidades que afectan a un entorno determinado. Estas políticas pueden ser anticipativas (modelan las necesidades de los habitantes) o reactivas (en respuesta a un problema). El artilugio “comunicante” al que me he referido formaría parte de las primeras (si se busca, por ejemplo, dinamizar el turismo) o de la segundas (si se pretende eliminar barreras que impiden o limitan el acceso).

Pero la cuestión es la siguiente ¿Se llevan a cabo los pertinentes análisis sobre el coste-beneficio que suponen la mayoría de las inversiones públicas? Me temo que a nivel local y autonómico, no.

Un día, caen del cielo miles de euros procedentes de la Unión Europea (de los contribuyentes para ser más exacto) con el objetivo de dinamizar un entorno, de llevar a cabo una inversión que suponga un valor añadido para la zona. La obra se lleva a cabo y se presenta al gran público (tanto a partidarios como a detractores) ¿Y a partir de aquí, qué? ¿Existen estudios de viabilidad sobre las repercusiones económicas futuras? ¿Existen partidas presupuestarias establecidas para el mantenimiento de esta inversión? ¿Qué beneficios reportará? ¿Qué costes de mantenimiento están previstos? En definitiva, quién se hará cargo. Veo dos opciones: abandono o modificación presupuestaria (ésta última con dos variantes, aumento de impuestos o reducción de servicios).

Debo ser uno de los pocos románticos que todavía quedan y que creen en las utopías, por eso intento mantenerme alejado lo máximo posible de los poderes de decisión (los políticos). A pesar de ello, he oído hablar durante meses sobre el posible destino de los miles (millón y medio, creo recordar) de euros que han ido a parar al ascensor panorámico, sobre otras necesidades más acuciantes que podían atenderse con ese dinero (aunque ninguna concreta), pero, y si mi memoria no me falla (alguno podrá corregirme), no he oído a ningún grupo político plantear los problemas económicos que supondrá el mantenimiento futuro de la inversión ¿Por qué? Una persona próxima, y relacionada con los políticos como consecuencia de su trabajo, me comentó que existía un cierto acuerdo tácito entre todos ellos para no tratar ciertos temas, hoy por mí mañana por ti. Es posible.

El tiempo nos dirá cuál es el coste/beneficio del millón y medio de euros y, de otras tantas inversiones que se han llevado a cabo. Puede, y espero equivocarme, que las generaciones futuras vean estos proyectos como ejemplo de la ineficiencia e ineficacia humana. Al menos habrán servido para algo.

jueves, 12 de agosto de 2010

Fraude.

Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución…”, y ésta dice, “Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos…”; al parecer frases (artículos) huecas, vacías de contenido, a la vista del barómetro fiscal publicado por el Instituto de Estudios Fiscales.

El 43 por ciento justifica el “fraude” fiscal, y como argumento esgrime que “las circunstancias obligan” o que “es lo normal”. Podría valer como disculpa (si miramos hacia otro lado) en tiempos de crisis como los actuales (yo nunca lo justificaría), pero lo chocante del caso es que durante los años de bonanza de este país, antes del 2008, un “50 por ciento” de la población ya justificaba el fraude fiscal.

¿Saben quiénes son los defraudadores para la población? Empresarios, autónomos, comerciantes y profesiones liberales con un 79 por ciento.

Quizás sea hora de que los poderes públicos se tomen en serio este problema e inicien una campaña para concienciar a la población. No puede recaer en unos pocos el grueso del sostenimiento de los gastos públicos (asalariados).

¿Cuándo seremos conscientes? Sanidad, educación, infraestructuras, ocio, etc. Existen ciudadanos que piensan que todo esto lo paga el “Estado” (un cliente mío se vanagloriaba de que él siempre había defraudado a Hacienda y nunca había tenido problemas), pero al parecer desconocen quién es realmente el Estado. Son los primeros en exigir servicios de calidad, mejores infraestructuras, … incluso se meten en política para exigir al partido que está gobernando (local, autonómico, central) más y mejores servicios.

Pero la incongruencia surge con la edad. El estudio publicado indica que los ciudadanos toleran el fraude mientras son menores de 54 años. A partir de ahí, y según van cumpliendo años, la tolerancia disminuye ¿Será por los problemas para cobrar las pensiones o por la necesidad de servicios sanitarios y sociales?

El tema es preocupante y requiere que se lo tome con seriedad. Mientras no seamos capaces de afrontarlo, mientras no se consiga reducir la bolsa de economía sumergida, difícilmente podremos formar parte de ese selecto club de países que tanto envidiamos. Y es cosa de todos; no crean que la clase empresarial es la única culpable (aunque sí la principal); existen “funcionarios” que incitan a vulnerar la legalidad. Como ejemplo, y no hace mucho, uno de éstos funcionarios (de ésos que tienen “prestigio” social) asesoró a un contribuyente para que no modificase su situación ilegal con el siguiente argumento: “todos hacen lo mismo”. ¡En fin,…!

miércoles, 11 de agosto de 2010

Controladores

200.000 euros brutos por 2.200 supone un total de 440 millones de  euros; sí, han acertado, este es el  importe total que cobrarán a partir de ahora los 2.200 controladores aéreos que existen en nuestro país, más horas extra. Con este salario es normal que estén dispuestos a ponerse en huelga.

Si dividimos los 440.000.000 entre la pensión media de jubilación del Régimen General de la Seguridad Social, que se encuentra en torno a los 885 euros, tenemos suficiente para hacer frente al pago de 500.000 pensiones, entre otras cosas.

¿Ético?, bueno, si lo comparamos con los 350.000 euros brutos más horas extras que tenían antes, la pérdida es considerable. No sé si serán capaces de adaptarse a la nueva vida que les espera. ¿Y el salario, por poner un ejemplo, de investigadores, cirujanos, etc.?, ¿se aproxima a los 200.000 euros? ¿Y el de profesores, enfermer@s, bomberos,…? (por nombrar algunos sectores con repercusión social directa).

Pero no son los únicos sectores privilegiados que existen en nuestro país; no podemos olvidar a farmacéuticos, notarios, registradores, etc. ¿conocen alguno más? ¿Para cuándo la liberalización de estas profesiones? ¿Dónde está la libre competencia que tantas veces sale a relucir en otros sectores?

martes, 10 de agosto de 2010

Huelga.

Hay personas a las que el sol de verano no les sienta nada bien; desconozco si es consecuencia de haber estado expuesto mucho tiempo bajo los rayos del astro rey o si son las altas temperaturas que reblandecen las neuronas e impiden que funcionen con un mínimo de raciocinio (pensar consume mucha energía).

A ver si enterramos este tipo de huelgas (generales) de una vez en España …” Cristóbal Montoro, coordinador de Economía del P.P. (El País, 10/08/2010).

Este hombre debe haber olvidado que el derecho a la huelga se encuentra recogido en el artículo 28 de la tan esgrimida Constitución Española. Sólo se acuerdan de la Constitución cuando les interesa (¿El Estatut?). Y ya puestos, también podíamos suprimir los sindicatos, el derecho de asociación, el derecho a participar en asuntos públicos, a expresar y difundir libremente los pensamientos, etc. ¿Se les ocurre algún otro derecho que podamos suprimir? Ya puestos a cambiar la Constitución…

lunes, 9 de agosto de 2010

Publicidad engañosa.

Un tema que suele ser muy controvertido, y que en numerosas ocasiones causa cierta incredulidad, es el de la llamada publicidad “engañosa”. Una amable lectora me hizo llegar una consulta médica en la que se desmontaba el “mito” del conocido yogur “Actimel”, uno de los productos estrella de una de las principales empresas del sector de la alimentación. Su inquietud (así lo entendí yo) residía en por qué, no existiendo pruebas suficientes de la bondad de este producto (y de otros tantos), se anunciaba y comercializaba como beneficioso para la salud. Creo recordar que no hace mucho el mensaje que se transmitía de este producto en los medios de comunicación ha sido modificado por parte de la empresa para evitar mayores repercusiones.


Desde un punto de vista científico parece ser que no existen indicios de que la mejoría que este producto proporciona sea significativa. Pero nosotros vamos a centrar el tema desde el punto de vista de la empresa, concretamente del marketing, que, al fin y al cabo, es lo que el consumidor recibe en última instancia.
El mensaje inicial que se hacía llegar al público era más o menos el siguiente: “ayuda a las defensas del organismo” y, se basaba en “estudios”, encargados por la propia empresa a universidades. También, “la ingesta … contribuye… a la modulación de la respuesta inmunológica … y disminuye episodios gastrointestinales”.

El marketing es una disciplina compleja al tener como base de estudio el ser humano y su comportamiento; múltiples variables inciden en el modo de comportarse. Pero existe un modelo estándar, generalmente aceptado, que define el comportamiento del consumidor a la hora de adquirir y usar un bien o servicio; este modelo está formado por cinco etapas:

Manifestación de la necesidad; ésta puede ser estimulada de forma interna o externa.
Búsqueda de información (para satisfacer la necesidad).
Evaluación de las diferentes ofertas alternativas (que satisfacen la necesidad).
Decisión sobre la compra.
Etapa posterior a la compra.

Nosotros vamos a centrarnos en la tercera fase, la evaluación; es en ésta donde podemos encontrar alguna respuesta al tema que nos ocupa. En dicha fase es “fundamental” el concepto de “atributo del producto”. Dicho concepto tiene su origen en la llamada “Teoría de las características” de Lancaster. La idea fundamental es que los bienes y servicios no son deseados porque “directamente” reporten cierta utilidad al sujeto, sino porque poseen determinadas “características”, o atributos, que constituyen el auténtico objetivo del comprador y las que le reportan utilidad.

A esta teoría la psicología aplicada ha añadido ciertas consideraciones: es el conjunto de “creencias” que un sujeto mantiene sobre los atributos de un producto, y no las características “reales” las que influyen en la fase de evaluación de su proceso de decisión. Este conjunto de “creencias” forman lo que se conoce como “imagen de marca”, que es otro de los elementos clave que la gestión de marketing utiliza en relación al producto.

Es decir, las creencias o percepciones de los atributos que se forman los consumidores no tienen por qué ajustarse a los atributos reales u objetivos del producto. ¡Y esto lo saben muy bien los responsables del departamento de marketing!

El consumidor se forja una expectativa de calidad y si determinados atributos cubren las necesidades o beneficios buscados (ayuda a las defensas) el producto será considerado de calidad por éste.

¿Cómo hacer llegar al consumidor estos atributos?

Aquí es donde entra en juego la publicidad a través de los medios de comunicación. Un mensaje, que resalte los beneficios que hacen que el producto sea más deseable que los de la competencia y además que sea creíble (basado en estudios), que transmita información sobre los atributos del producto y que vaya dirigido a un público objetivo (madres, hijos, …). Sólo nos queda elegir el tipo de publicidad (informativa, persuasiva, recordatoria) y el medio para su difusión.

De esta forma, ya tenemos un producto (yogur) con unos atributos, y el mensaje se encargará de que el público objetivo se forme unas creencias (ayuda a las defensas, modula la respuesta inmunológica, disminuye episodios gastrointestinales, etc.) sobre las bondades que proporciona.

¿Legal, fraude, engaño? Difícil cuestión: “contribuye modestamente…”, “basado en estudios…” Todo ello es cierto, aunque no cumpla con nuestras expectativas. Una simple palabra, y esto lo saben bien los abogados, marca en muchas ocasiones el límite entre lo legal y lo ilegal.

Al final siempre aparece el mismo tema; vivimos en una sociedad de mercado y pocas esferas quedan al margen de su influencia.

Espero que esta modesta explicación haya sido del agrado de mi lectora Susana; y de ustedes, por supuesto.

viernes, 6 de agosto de 2010

Economía financiera versus economía productiva.

Hace años, en algunos círculos académicos, se podían oír algunas voces críticas respecto al predominio que había adquirido la economía financiera sobre la economía productiva; el negocio rápido y la plusvalía fácil se valoraban mucho más que la rentable y pausada labor productiva, es más sencillo convertirse en especulador que en innovador.

El sociólogo francés Alain Minc proponía en uno de sus libros las causas que explicaban el crecimiento de la actividad especulativa:

La liberalización de los mercados y la explosión de las finanzas.
El individualismo (prevalencia de los intereses particulares).
El hundimiento de las grandes instituciones (Estado, Iglesias, partidos, sindicatos) que destilaban una moral tradicional según la cual el dinero era un mal menor o un pecado.
La influencia del modelo cultural americano.
La desaparición de la lucha de clases y de los conflictos sociales.
La aparición de personajes emblemáticos, deshonestos y tramposos.
El paso casi natural del culto a la empresa al gusto por los beneficios, y de este último al enriquecimiento personal.
El sentimiento de impunidad por el clima social.
Las normas jurídicas, que únicamente sostienen el edificio de la “sociedad oficial”, pero al lado quedan cada vez más “zonas grises”: difícil distinguir entre lo permitido y lo prohibido, la autoridad legítima y los poderes ilegales, …

Claro que J. K. Galbraith recordaba que la “cultura del pelotazo” ha existido desde que nació el capitalismo, allá por el siglo XVII, hasta el punto de considerar la especulación connatural con la economía de mercado.

jueves, 5 de agosto de 2010

Cambio de rumbo.

Dando unas vueltas por los distintos medios de comunicación existentes en Internet hemos podido ver esta semana titulares (en cursiva) y análisis como los siguientes:

El paro baja por cuarto mes consecutivo.

Los Stress Test a los bancos muestran un sistema financiero a prueba de bombas (al menos el español, que ha demostrado una gran “transparencia”, no como sus colegas europeos).

La confianza de los consumidores, medida por el indicador ICC y elaborado por el Instituto de Crédito Oficial, se incrementó en 7,7 puntos respecto al mes de junio, gracias a la mejor percepción que tienen de la situación económica actual como de las perspectivas de futuro. ¿Cómo?

La bolsa española (IBEX 35) se ha revalorizado un 25 por ciento en apenas dos meses (suelen utilizarse los índices bursátiles como termómetro para medir la tendencia de la economía; existe cierto consenso sobre la capacidad de las bolsas para anticiparse a la economía real).

Los resultados empresariales correspondientes a los primeros seis meses del año sorprenden favorablemente a los diferentes analistas (¿ajustes en los costes de personal (despidos) o incremento de ventas?).

La producción industrial ha crecido el 1,9 por ciento durante los primeros seis meses del año (en algún momento habría que llenar de nuevo la nevera).

El diferencial entre el bono español y el alemán se reduce (lo que indica que el riesgo de la deuda española se reduce; también podría ser que el riesgo alemán fuese mayor, los mercados no están muy contentos con el sistema bancario alemán, creen que les ocultan “algo”). Además, el Tesoro coloca 3.500 millones en bonos a 3 años a un coste inferior al de la anterior subasta (¿Será que los tiburones han puesto sus ojos en otras presas? ¿Alemania?).

El Banco Central Europeo retira estímulos a los bancos, (concretamente retira 60.500 millones de euros del sistema, con lo que pretende indicarnos que comienzan a verse nuevamente “brotes verdes”).

Si todavía existe algún pesimista puede ir olvidándose de continuar con sus lamentos. Al parecer hemos entrado en una nueva dimensión donde los problemas ya no revisten tanta gravedad. Se ha procedido a realizar unos ajustes en el sistema y éste vuelve a funcionar (de momento está en pruebas). ¿Será cierto?

miércoles, 4 de agosto de 2010

Más productividad.

“El crecimiento de la productividad de la economía española se ha disparado hasta el 2,63% anual desde el inicio de la crisis, … supera a la de Alemania…”

Este titular lo han podido leer en la prensa “seria” estos días; pero no se dejen llevar a engaño, no somos más productivos por haber ganado el mundial de fútbol.

Si partimos del concepto de productividad, definido como el cociente o relación entre el valor de la producción y el coste de los recursos necesarios para obtenerlo, tenemos al menos dos opciones: la primera, los trabajadores de este país hemos decidido arrimar el hombro para conseguir con nuestro esfuerzo una mayor producción (lo que en lenguaje de la calle quiere decir que nos hemos puesto a currar); la segunda opción, y creo que la más plausible, es que el denominador de la relación (el coste de los recursos) se ha reducido (no podía ser de otra forma con más de cuatro millones de desempleados desde que se inició la crisis); esto viene a decir que los que tenemos empleo debemos cargar con más trabajo, y con el mismo salario, para obtener la misma producción.

Esto es productividad española. ¡Y superamos a Alemania! (no sólo en el mundial).

martes, 3 de agosto de 2010

Sector automovilístico.

Parece ser que el sector del automóvil anda revuelto como consecuencia del descenso de las ventas de vehículos. No podía ser de otro modo. Se achaca el descenso a la retirada del estímulo (Plan 2000E) y al incremento del IVA por parte del Gobierno. En un contexto de crisis económica los fabricantes y vendedores de vehículos debieron de creer que saldrían ilesos con la ayuda de las subvenciones; los defensores del libre mercado necesitan ayuda estatal para continuar con sus programas.

Respecto a la retirada del estímulo (no fue una buena idea desde un principio, se anticipó un consumo futuro; ¡si la crisis hubiera durado sólo seis meses!) ¿pretenden los fabricantes de turismos que sean los contribuyentes los que financiemos sus ventas? ¿Olvidan acaso de donde proceden las subvenciones que reciben? Al parecer consideran que es primordial que su industria continúe en la senda de beneficios a costa de otras inversiones ¿Olvidan qué se han paralizado obras públicas? ¿Es preferible ayudar a la industria automovilística y recortar gastos en servicios sanitarios, educación, servicios sociales, etc?

Respecto al incremento del IVA; para un vehículo de gama media-alta con un precio final, antes del 1 de julio, de 30.000 euros, el incremento del impuesto supone un alza en el precio final de 500 euros aproximadamente ¿Este incremento ha frenado la capacidad de compra del consumidor? ¿Por qué, en cambio, se incrementan las ventas de ordenadores?

En una época como la que vivimos actualmente, el consumo de ciertos bienes se ve ralentizado por una simple cuestión de desconfianza en la situación económica ¿Son los vehículos “bienes de primera necesidad”? Para los fabricantes y vendedores, sin duda.

lunes, 2 de agosto de 2010

Marx y el libre mercado.

Hablar de Marx en el S. XXI es considerado por algunos sectores como un viaje a épocas inmemoriales (desnortados, les llaman, cuando menos). Un mundo gobernado por el sistema de libre mercado, donde la circulación de capitales y trabajadores es un hecho, parece relegar a las catacumbas el pensamiento Marxista. ¿Pero, realmente existe tanta distancia entre las ideas de Marx y el Capitalismo como hoy es entendido? ¿Están los países capitalistas tan alejados de los postulados de Marx?

En un sistema capitalista se propugna la idea de que será el propio mercado, la mano invisible, el que se encargará de decidir qué producir, cómo y para quién, con el consiguiente desarrollo económico sin necesidad de la intervención estatal. La mera presencia de gobiernos se presenta como un obstáculo, un impedimento al desarrollo. Cuanta mayor desregulación mejor. ¿Es cierto este axioma?

En la actualidad, el sistema de mercado está formado por grandes multinacionales que operan por todo el planeta, tejiendo a su alrededor una tela de araña formada por pequeñas y medianas empresas que contribuyen al cumplimiento de sus objetivos. Desde el suministro de materias primas, la externalización de procesos productivos, la distribución de mercancías, hasta la venta de productos, todo se encuentra programado. Sistemas como el “Just in Time”, la planificación de la cadena de suministro, las redes Keiretsu, la programación lineal, etc, constituyen un modelo de “planificación” que desmonta el presunto concepto de mercado “libre”.

Países que se pliegan al sistema de mercado impuesto por estas grandes corporaciones, que “planifican” de manera escrupulosa y eficaz su desarrollo, sin dejar resquicio alguno para la improvisación, controlando en todo momento que el engranaje no presente la más mínima perturbación, que no se produzcan desviaciones en el camino marcado. Paradójicamente, se trata de un mercado libre planificado.