miércoles, 30 de junio de 2010

Con amigos como éstos para que queremos enemigos

Formar parte de la Unión Europea (UE) tiene sus cosas buenas pero indudablemente también sus inconvenientes. Una de las peculiaridades que acompañaron a la creación de la UE es el hecho de que los países que la integran han cedido gran parte de sus políticas a instituciones supranacionales, por ejemplo, el Banco Central Europeo (BCE). Éste tiene como objetivo último la estabilidad de precios en la zona euro, es decir, mantener la inflación armonizada por debajo del 2%. Con ello se pretende garantizar una tasa de crecimiento y la calidad de vida de los europeos.

Dentro de las políticas macroeconómicas que las autoridades poseen o utilizan para influir u orientar los objetivos previamente establecidos (estabilidad de precios) se encuentra la política monetaria. Si la actividad económica no circula a la velocidad adecuada, el Banco Central puede, por un lado, aumentar la oferta monetaria (más dinero en circulación), y por otra, reducir los tipos de interés nominales.

Pero para llevar cabo esta política, el BCE tiene que tener en cuenta la inflación armonizada de la zona euro, la estabilidad de precios. Con una inflación alta no puede bajar tipos de interés ni aumentar la oferta monetaria ya que contribuiría a un incremento de la inflación, afectando negativamente a la tasa de crecimiento y, por ende, a la calidad de vida de los ciudadanos.
Así pues, el control de la inflación armonizada se presenta como una variable fundamental a la hora de tomar decisiones. Pero para el cálculo de esta inflación armonizada en la zona euro se tiene que tener en cuenta el peso de las economías de los países que la integran, es decir, existe una ponderación en función del Producto Interior Bruto (PIB) de cada país y, solamente, Alemania, Francia e Italia ponderan el 65%.

¿Y qué ha sucedido durante estos últimos años? Como recordarán algunos, la economía española ha estado creciendo a ritmos altos, siendo la envidia de muchos (jugábamos en la Champion League). Por su parte, los países citados anteriormente, mantenían tasas de crecimiento del PIB modestas.

Pues bien, ante el escaso problema que suponía la inflación armonizada de la zona euro, el BCE decidió bajar los tipos de interés nominales para reactivar la economía de la locomotora de la UE, con los consiguientes efectos negativos para la economía española (entre otras): con tipos de interés bajos se produjo un alto crecimiento de la demanda de crédito, aumento de la deuda de familias y empresas, etc., etc. Todo ello contribuyó a la formación de una burbuja inmobiliaria. El resto ya lo saben.

sábado, 26 de junio de 2010

Selección de personal

En un artículo anterior hice mención a la escasa inversión en conocimiento, educación, etc., que se había realizado en nuestro país durante los últimos años. Hoy voy a dar otra versión, otro punto de vista, sobre el tema; y lo voy hacer a través de mi experiencia personal, pero estoy seguro de que muchos han vivido situaciones similares o se sentirán identificados.

Entre otros estudios, forman parte de mi currículum la diplomatura en Ciencias Empresariales, con la especialidad de “empresas financieras”, y la licenciatura en Administración y Dirección de Empresas, con la especialidad de “contabilidad y auditoría”; entre las asignaturas que he tenido que cursar se encuentran: Mercados Financieros Internacionales, Gestión de empresas financieras, Contabilidad bancaria, Teoría del dinero y la banca, Teoría de la inversión, etc. muchas relacionadas con el mundo financiero y elegidas libremente por mí. Y sin ánimo de ser arrogante, algunas con excelentes calificaciones.

Pues bien, lo anterior viene a cuento porque hace unos años se me presentó la oportunidad (a través de terceras personas) de acudir a un par de entrevistas de trabajo relacionadas con sendos puestos en unas entidades financieras (omitiré nombres). La primera entidad se puso en contacto directo conmigo para efectuar la entrevista; acudí a su oficina central, donde 3 personas durante cerca de una hora me hicieron preguntas de todo tipo; ni que decir que la entrevista fue todo lo contrario a lo que se supone que debe ser un proceso de selección; incluso me presentaron al, creo recordar, vicepresidente de la entidad.
Pasados unos días, recibí una llamada para comunicarme que no tenía el perfil adecuado; habían encontrado una persona más “idónea”.
La segunda entidad actuaba a través de una consultora de recursos humanos. También fueron ellos los que se pusieron en contacto a través de una llamada telefónica. Tras desplazarme unos 150 Km aproximadamente para ser entrevistado, me introducen en una pequeña habitación y las primeras palabras que oigo son “no tienes el perfil que buscamos pero tenemos otro puesto de trabajo que puede interesarte” ¡Anonadado! Ese otro puesto era el de Jefe de Administración de una constructora. No he vuelto a tener noticias.

En ambos casos supongo que no daría el perfil por mi brillante cabeza (nula mata de pelo).
Lo triste del caso (el mundo es más pequeño de lo que parece) es que meses después conoces a las personas que han sido seleccionadas para trabajar en esas entidades y compruebas (porque las conoces) que no tienen estudios o que los estudios que presentan, poco o nada tienen que ver con el cargo que desempeñan: la directora de una sucursal de una de las entidades más conocidas en España presenta como currículum estudios de Formación Profesional, rama “hostelería”. Eso sí, tenía más pelo que yo (entre otras cosas).

En fin, conocimientos, formación, educación, …, sí, pero, España es diferente.

Sin rencor.

jueves, 24 de junio de 2010

Agencias de calificación.

“la rebaja del rating aplicado por la agencia de calificación S&P a España, desde triple A (AAA) a doble A (AA) se traducirá en un aumento del déficit público …” “…implica que ha aumentado el riesgo de impago por parte del Reino de España…”.
“Fitch rebaja el rating de España en un escalón hasta AA+ porque su recuperación será difícil…”.

Frases como éstas las hemos podido leer en los medios de comunicación durante el último año y, cada vez que aparecen publicadas, se producen reacciones desproporcionadas por parte de algunos sectores, intentando aprovecharse de las posibles consecuencias.

Pero, ¿Quiénes son estas agencias de calificación? ¿Por qué se les atribuye tanto poder? Y sobre todo, ¿Por qué hacen temblar las instituciones cada vez que rebajan la nota otorgada?

Estas agencias son empresas especializadas que a instancia de la propia entidad emisora de deuda asignan a ésta un rating. Las calificaciones que realizan (tanto sobre empresas como países) constituyen la “opinión” de la agencia sobre la capacidad del emisor de deuda para hacer frente a las obligaciones financieras contraídas, ya sea el pago de intereses, la devolución del capital, etc.
Los inversores utilizan estos ratings para estimar la probabilidad de recuperación de su inversión. Dependiendo de cual sea la nota (rating) otorgada por las agencias así será el precio (intereses) que el emisor de la deuda (por ejemplo España) tendrá que pagar para poder financiarse (por ejemplo mediante la emisión de bonos, obligaciones,…).

Actualmente existen 3 agencias de calificación que se reparten la práctica totalidad del mercado, Standard & Poor’s, Moody’s (ambas controlan el 80% de la cuota del mercado) y Fitch (el 20% restante).
Cada una de ellas tiene su particular sistema de otorgar las notas (ratings); por ejemplo, S&Poor’s otorga una Triple “A” (AAA) a la capacidad de pago más fuerte (lo que sería una matrícula de honor) y va reduciendo ratings mediante las notaciones AA, A, BBB, BB, B, … hasta D (la cual podemos denominar “bonos basura”, con alta probabilidad de impago). El sistema de calificación de las otras agencias es similar, acompañando dicha notación con los signos “+” o “-“.

Entre los argumentos que se esgrimen a favor de la existencia de estas agencias se encuentran, en primer lugar, la posibilidad de contar con una referencia (una nota) sobre la situación financiera de una institución, lo que puede servir al inversor potencial para tomar decisiones; en segundo lugar, los todopoderosos mercados financieros no valoran a una entidad que no tenga rating, lo que prácticamente les hace imposible realizar una emisión de bonos o de acciones.
Pero también existen argumentos en contra: en primer lugar, su independencia; estas agencias son contratadas por las propias instituciones que deben ser calificadas (¿morderá el perro la mano que le da de comer?); en segundo lugar, su capacidad para anticipar el deterioro de la calidad del emisor de la deuda o de los instrumentos utilizados para financiarse (no han sido capaces de ver la quiebra de Enron, la crisis de las hipotecas basura subprime, la quiebra de Lehman Brothers, los problemas de la mayor aseguradora mundial AIG, Grecia, … la mayoría contaban con excelentes calificaciones); en tercer lugar, la transparencia en los procesos de valoración (fueron engañadas por Grecia ¿De dónde obtenían los datos para emitir sus informes? ¿De la prensa económica?); en cuarto lugar, su regulación; estas agencias están reguladas por la Securities Exchange Comision (SEC), la supervisora de los mercados en EEUU, lo que sería en España la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), y por la Reserva Federal de EEUU (FED), supervisora de las entidades financieras; en quinto lugar, sólo cuantifican el riesgo de crédito, la capacidad de las instituciones para cumplir con sus obligaciones, la posibilidad de que los fondos prestados a estas instituciones (por ejemplo, a través de bonos) no se devuelvan en el tiempo y forma previsto en el contrato de formalización, dejando de lado otros posibles riesgos (de interés, de mercado, de liquidez, …); por último, estas 3 agencias constituyen un oligopolio y entre ellas se reparten la totalidad del mercado, siendo todas ellas norteamericanas (en la actualidad podrán escuchar los rumores acerca de la creación de una agencia europea).

Con todos estos ingredientes ya tenemos constituidas las agencias de calificación y las preguntas que circulan en diferentes foros son ¿por qué han centrado su atención en los países PIGS (cerdos en inglés), Portugal, Irlanda, Grecia (recientemente rebajada su deuda al nivel de bonos basura) y Spain? (También incluyen a Italia) ¿Por qué apenas se revisa la deuda tanto de Reino Unido como de EEUU, cuando su deuda pública es mayor que la de España en ambos casos? ¿Por qué después de rebajar el rating de un país, obligándolo a subir el tipo de interés de sus emisiones de deuda, los fondos de inversión compran esa deuda? ¿Acaso no tienen un mayor riesgo de impago? ¡Cuantas preguntas y cuantas respuestas!

“La decisión de Moody's parece que no es coherente con respecto a la evolución de los rendimientos de los bonos griegos", ha advertido el comisario europeo de Economía, Olli Rehn, "plantea cuestiones relativas al papel que desempeñan las agencias de calificación crediticia dentro del sistema financiero". En la misma línea, el presidente del Eurogrupo -que reúne a los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona-, Jean-Claude Juncker, ha criticado que la reducción es "irracional". (15/06/2010, El País).

martes, 22 de junio de 2010

Qué podemos hacer

Artículo publicado en el mes de mayo en el semanario local "La Comarca del Eo".


Dijo una vez Albert Einstein que “En momentos de crisis, sólo la creatividad es más importante que el conocimiento”. Nos encontramos en un tiempo en el que su aplicación práctica es más necesaria que nunca. La decepción se ha instalado entre nosotros y lo cierto es que motivos no nos faltan; cada vez que leemos un titular en la prensa, escuchamos la radio o vemos la televisión únicamente recibimos datos negativos y en la calle con más frecuencia escuchamos la frase “esto está muy mal”. Pero existe un peligro aún mayor que la decepción y este es la pasividad.

Es cierto que la situación que estamos viviendo no es la más idónea; la negativa evolución de las variables externas afectan a empresas y autónomos de manera brutal; mercados paralizados por la escasa demanda, retrasos en los cobros de las ventas, tiranía de los proveedores, rumores negativos, insolvencia de clientes, mala suerte, … Todos ellos factores externos que condicionan de una u otra manera el día a día de empresas, autónomos y trabajadores, repercutiendo, como no puede ser de otra forma, en la vida familiar. El miedo paraliza.

Llegados a este extremo, buscamos en los “otros” la solución a nuestros problemas. El Gobierno, sea Central o Autonómico, actual o futuro, incluso la Administración local, son los que tienen que sacarnos las castañas del fuego.
Pero, ¿Creen qué la Administración va a cambiar el rumbo de los acontecimientos a corto plazo? Las políticas que se implantan o que se pretenden implantar, incluso aquellas que se plantean como soluciones posibles, darán sus frutos a medio plazo, pero no a corto plazo. Ciertas medidas pueden paliar momentáneamente la gravedad de la situación, evitando que miles de personas se vean abocadas a unas condiciones que rayan la miseria. Pero somos nosotros, con los mecanismos que la Administración posee, los que debemos intentar revertir esta situación. Tenemos los recursos naturales, técnicos y humanos suficientes para dar un giro de 180 grados. No todos los problemas son externos, no todos proceden de fuera. Las pequeñas empresas y autónomos, junto con los trabajadores, debemos buscar soluciones pro-activas.
Ante situaciones complicadas las empresas buscan reducir sus costes y directamente fijan sus objetivos en el despido de trabajadores. Solución fácil. Ahora bien, si el problema reside en una escasa demanda, si las empresas no consiguen vender sus productos y servicios ¿un incremento del desempleo mejorará sus ventas? Se instala un clima de desconfianza, el trabajador que es despedido verá reducidos sus ingresos y, sobre todo, sus expectativas de renta futuras con lo que reducirá su consumo a aquellos bienes de primera necesidad. ¿Y aquellos trabajadores que todavía mantienen su empleo? Pueden ser los siguientes en pasar a formar parte de las colas del INEM; sus expectativas tampoco serán muy halagüeñas y con toda probabilidad intentarán reducir sus gastos, aumentar sus ahorros y como consecuencia reducirán su consumo.

No pretendo dar una receta mágica para solucionar todos los males que nos afectan en estos tiempos difíciles, pero al menos me gustaría dar alguna orientación que pudiera ayudar a cambiar este clima de desconfianza.

Insisto en que las empresas (incluyo a empresarios personas físicas) no deben buscar el origen de sus males únicamente en factores externos. Existen problemas internos en muchas de ellas que deben ser detectados a tiempo para evitar que su dimensión aumente hasta niveles insostenibles. Solemos decir que una persona se encuentra en buen estado de salud cuando ciertos “parámetros” se mantienen estables dentro de unos intervalos determinados (tensión arterial, colesterol, glucemia…). Las empresas en este sentido son como las personas; disponen de una estructura económica-financiera que debe ser revisada de forma continua para evitar que un día nos encontremos con sorpresas desagradables. Ratios de endeudamiento, de solvencia o de liquidez inapropiados, fondos de maniobra inusuales en su sector, estructura de financiación inadecuada, gastos financieros excesivos en relación a las ventas, rentabilidades insuficientes, stocks sobrevalorados, inexistencia de presupuestos de tesorería, inmovilizados obsoletos con importantes gastos de mantenimiento, son algunos indicadores de que algo no funciona. A todos estos indicadores podemos unir la existencia de plantillas de trabajadores poco motivadas y con necesidades acuciantes de formación y, sin olvidar, que en muy pocas ocasiones se le da importancia a una buena planificación fiscal que nos permita hacer frente a los impuestos sin salirnos del marco legal.

Pero, ¿Qué podemos ajustar?

En primer lugar, los gastos generales. Implica cambios en el comportamiento de los trabajadores; son ellos los que deben beneficiarse de las medidas y por lo tanto deben contribuir de manera activa a su aplicación: ahorros energéticos, consumo telefónico, impresión de documentos, utilización de bienes de equipo para fines personales, hospedaje en viajes de trabajo, …

En segundo lugar, el ajuste de plantilla. Aquí es donde la creatividad juega un papel importante; no existe únicamente la alternativa del despido como ajuste. Por ejemplo, las excedencias; existen periodos de baja demanda que pueden aprovechar aquellos trabajadores dispuestos a disfrutar de un periodo sabático dedicado a su formación a cambio, por ejemplo, de un porcentaje de su salario y de la seguridad de volver nuevamente a su puesto de trabajo; o las reducciones de jornada, para que coincidan con periodos de vacaciones escolares o con periodos estivales.
Debemos recordar que no todos los trabajadores tienen prestación por desempleo y aunque así fuese, el hecho de permanecer largos períodos de tiempo fuera del mercado laboral dificulta enormemente su reingreso.
Buscar fórmulas menos traumáticas que el despido contribuye a crear un buen clima laboral y aumentar la motivación del trabajador. En muchos casos será éste el que ayude a conseguir nuevos clientes, nuevos productos o nuevas estrategias, aportando ideas que contribuyan de forma positiva a la empresa.
Esta es una de las principales tareas de la dirección, encauzar los objetivos individuales de los trabajadores hacia el propio objetivo empresarial y, actualmente, un gran número de trabajadores están preocupados por su continuidad y permanencia en la empresa, lo que puede llevar a la paralización de la viabilidad de muchos proyectos empresariales.

Por último, no debemos olvidar que en ocasiones las empresas no consiguen la financiación que precisan de las entidades financieras debido al hecho de que éstas valoran de forma muy negativa empresas descapitalizadas, con estructuras financieras que muestran dificultades a medio y largo plazo. Los estados financieros de las empresas (balances, cuentas de pérdidas y ganancias, …) dan mucha información (composición del pasivo, ratios de endeudamiento) que las entidades financieras analizan con mucho detenimiento, cerrando en muchas ocasiones posibilidades de financiación (leasing, factoring, confirming, descuento de efectos, líneas de crédito, …).
Tampoco debemos olvidar la posibilidad de acudir a las subvenciones que la Administración pone a nuestro alcance o acudir al Instituto de Crédito Oficial en busca de mejores condiciones.

Tenemos recursos, excelentes profesionales, contamos con generaciones con una alta preparación académica, disponemos de tecnología, de mejores vías de comunicación (con alguna excepción), en definitiva, disponemos de los medios para que entre todos pongamos nuevamente en marcha este tren. Creatividad, imaginación, reflexión. Esta puede ser la clave para el inicio de la recuperación. No adoptemos una actitud pasiva esperando que sean los “otros” los que solucionen nuestras dificultades. Hemos vivido tiempos mucho más difíciles y hemos conseguido salir adelante. “Lo que vemos no es necesariamente todo lo que existe” Nicholas Taleb.

sábado, 19 de junio de 2010

Multinacionales

Existen al menos dos corrientes de opinión totalmente opuestas, y sin embargo vinculadas, respecto al papel que juegan las grandes multinacionales en los países en los que se asientan.

Una de ellas, más próxima a las ideas neoliberales, defiende las virtudes que el establecimiento de estas enormes organizaciones supone para los países en desarrollo. Parte de la base de que en estos países la mayoría de la población es predominantemente rural, viven de la explotación masiva de la tierra obteniendo a largo plazo rendimientos decrecientes al no existir rotación de cultivos ni descanso suficiente para la tierra productiva. Asimismo, las rentas que obtienen deben ser repartidas entre todos los trabajadores rurales por lo que los salarios son muy bajos. La llegada e implantación de una multinacional en el país ejerce un efecto llamada lo que hace que la población rural abandone “voluntariamente” el campo y se traslade a las ciudades en busca de una renta superior y una mejora en su calidad de vida.
A pesar de que en los países desarrollados estos salarios se consideran indignos y a pesar de que las condiciones laborales se encuentran en los límites de la explotación, esta corriente defiende que los salarios que pagan las multinacionales son superiores a la media de los que existen en el país y que los trabajadores acuden de forma voluntaria, no obligados, en busca de un puesto de trabajo. Asimismo defienden que, al producirse un trasvase de población del campo a la ciudad, las rentas del campo serán más altas (al repartirse entre menos trabajadores) y se incrementará el nivel de vida de estos trabajadores, al tiempo que ayuda a que la tierra descanse y sea más productiva.
En definitiva, sostiene esta corriente que la implantación de una multinacional en un país subdesarrollado aumenta el nivel de vida en términos generales.

Existe otra corriente, más acorde con un posicionamiento social, que centra su análisis en un momento anterior al establecimiento de la multinacional en un país determinado. Sostiene que estas enormes organizaciones tienen una gran facilidad para trasladarse a cualquier lugar del mundo, allí donde la mano de obra es más barata y, lo más importante, el contexto ecológico y social menos limitador. Estas organizaciones concentran las actividades de alto valor añadido (investigación, desarrollo, …) en los países desarrollados e implantan en los países menos desarrollados las actividades que exigen una gran cantidad de mano de obra. Pero, ¿cuáles son estos países menos desarrollados? ¿Son elegidos al azar? Estos países compiten entre sí para ofrecer los mercados de trabajo más flexibles (despidos fáciles) y baratos, y los sistemas sociales menos limitadores y con pocas, o ninguna, limitaciones medioambientales. De esta forma, las multinacionales se instalan en aquellos países con estructuras económicas poco desarrolladas y unos sistemas sociales arcaicos y depauperados. Además, la sola amenaza de las multinacionales de salir de un territorio puede bastar para que las autoridades del país afectado se plieguen a las demandas de estos monstruos organizados, influyendo directamente en la elaboración o la modificación del medio económico, jurídico, fiscal y social.

La relación entre estas multinacionales, las clases políticas dirigentes y los mercados de capitales es ciertamente estrechísima ¿Por qué nos obligan las instituciones mundiales a tomar medidas para reformar nuestros mercados de trabajo, entre otros?

jueves, 17 de junio de 2010

Perspectiva bancaria

- Sólo es el sastre, señor, con una cuentecita - dijo una voz meliflua fuera de la puerta.
- Ah, bueno, pronto podré resolver su negocio si puede esperar un momento ¿Cuánto es, este año, mi amigo? - dijo el Profesor.
- Bien, se ha estado duplicando durante tantos años, como usted sabe, señor - contestó el sastre con un poco de aspereza - pero me gustaría el dinero ahora. Son dos mil libras.
- Oh, eso no es nada - observó con descuido el Profesor, tocándose el bolsillo, como si siempre llevara por lo menos esa cantidad encima - ¿Pero no le gustaría esperar otro año y convertirla en cuatro mil? ¡Piense lo rico que se haría! ¡Toma, podría ser un rey, si quisiera!
- No sé si me importaría ser un rey - dijo el hombre pensativamente - Pero me refrescaría una visión del dinero. Bien, creo que esperaré...
- Naturalmente que lo hará - dijo el Profesor - Hay sentido en su cabeza. Ya lo veo. ¡Buenos días, amigo!
- ¿Le pagará alguna vez esas cuatro mil libras? -preguntó Silvia, mientras se cerraba la puerta tras el acreedor.
- Nunca, mi querida muchacha - dijo con énfasis el Profesor - Continuará doblando la cifra hasta que se muera. Ves, siempre vale la pena esperar otro año para obtener el doble de dinero."

LEWIS CARROL. "Silvia y Bruno".
Autor de "Alicia en el país de las maravillas"

miércoles, 16 de junio de 2010

J. A. Schumpeter

"La unidad industrial gigante, perfectamente burocratizada, no solamente desaloja a la empresa pequeña y de volumen medio y expropia a sus propietarios, sino que termina también por desalojar al empresario y por expropiar a la burguesía como clase, que en este proceso está en peligro de perder no sólo su renta, sino también, lo que es infinitamente más importante, su función. Los verdaderos monitores del socialismo no han sido los intelectuales o agitadores que lo predicaron, sino los Vanderbilts, los Carnegies y los Rockefellers."

J. A. Schumpeter (1942).
Economista austriaco-americano.

lunes, 14 de junio de 2010

¿No somos culpables?

Aunque no estoy de acuerdo con la “gestión” que se está realizando de la crisis, tanto por algunas de las medidas adoptadas como por las imposiciones que vienen de fuera (FMI, UE, …), tampoco estoy de acuerdo con la opinión mayoritaria de que la “culpa” es toda del Gobierno. ¿Por qué? Expondré algunos de los hechos más relevantes que se han producido durante los últimos años antes de que sufriéramos la virulencia de la crisis, primero financiera, luego económica, allá por el año 2007. A destacar:

Sobornos para la obtención de recalificaciones de terrenos. Licencias de obra otorgadas sin control, lo que suponía suculentos ingresos para los ayuntamientos que veían una magnífica fuente para incrementar sus presupuestos (muchas veces destinados a pagar favores).Venta de terrenos por parte de ciudadanos a promotoras y constructoras a precios millonarios que se reinvertían nuevamente en inmuebles con el propósito de obtener nuevas plusvalías (“Invertir en ladrillo siempre ha sido rentable”, decía en una entrevista el Consejero Delegado de la promotora Valle Romano Golf&Resort). Compra de viviendas sobre plano a través de contratos u opciones de compra que al poco tiempo eran vendidos a nuevos compradores obteniendo así generosas plusvalías. Endeudamiento de particulares hasta límites insospechados, por encima del 100% del valor de tasación del inmueble y todo ello con la complicidad de las entidades financieras que no ponían reparo alguno a la financiación de las familias, sin evaluar de manera adecuada los riesgos. Las estadísticas publicadas en el 2007 mostraban que el número de hipotecas era mayor que el número de viviendas vendidas, los consumidores estaban utilizando los préstamos hipotecarios para financiar sus sueños e ilusiones. Y cuando necesitaban cambiar de coche, de moto, hacer un viaje inolvidable o pagar los estudios de sus hijos en una universidad privada hipotecaban nuevamente su vivienda, o realizaban una ampliación de la misma debido a que el tipo de interés del préstamo hipotecario era mucho más atractivo que el de los créditos al consumo. Muchas personas no hacían números o preferían no hacerlos porque deseaban vivir bien aunque fuese por encima de sus posibilidades.

A todo ello añadir que la propia administración tributaria también quería parte del pastel y así revisaba los valores declarados en las escrituras de compraventa o de permutas de terrenos e inmuebles, incrementándolos, ya que consideraba que no reflejaban el valor de mercado, contribuyendo a aumentar la burbuja inmobiliaria.

Y qué decir de las empresas endeudadas de forma escandalosa. Por poner un ejemplo, ¿Saben a cuánto ascendían las obligaciones de pago de las compañías más emblemáticas de nuestro orbe empresarial? El crecimiento del pasivo exigible, es decir, obligaciones de pago, podíamos calificarlo de monumental. Sólo 5 compañías (Acciona, ACS, Sacyr, Ferrovial, FCC) incrementaron su deuda respecto al ejercicio del 2006 un 112,2% (66.497 millones de euros). Los coeficientes de endeudamiento, absolutamente alejados de las pautas de los mejores manuales de finanzas.

Y cuando ya se había creado una gran burbuja inmobiliaria y al otro lado del Atlántico se empezaban a vislumbrar indicios de que algo se estaba produciendo en el sistema financiero, a pesar de que algunas voces avisaban de que se estaban corriendo elevados riesgos tanto en el sistema financiero como en el sector de la construcción, aún podíamos leer y oír declaraciones como las siguientes:
En el mes de enero de 2007 se leía en ciertos medios especializados: “El sector financiero español es el más eficiente”. “Los analistas apuestan por la banca”. Caja Madrid descarta un desplome del mercado de la vivienda, augura un ajuste gradual y ordenado del sector, “la economía española seguirá equilibrando su patrón de crecimiento, con una demanda nacional que también se moderará de forma suave …”.
En el mes de marzo, cuando se habían producido fuertes turbulencias en los mercados financieros y en las bolsas de todo el mundo, el Fondo Monetario Internacional salía a tranquilizar los ánimos de los “inversores” señalando que los descensos son una corrección y no un cambio fundamental en la dirección del mercado. Su Director Gerente, Rodrigo Rato (conocido por todos nosotros), declaraba, “el mundo sigue mostrando un escenario muy benigno, además el crecimiento de la economía estadounidense registrará este año una suave desaceleración”.
Por su parte, un estratega de Citigroup en España declaraba: “las crisis nunca se anticipan. Simplemente ocurren… Pero ¿quién puede pensar en una crisis y asumir el coste de oportunidad de estar fuera del mercado? Al final no pasará nada". Pero puntualizaba, "eso espero”.
En el mes de abril, ya en plena crisis financiera, el presidente de la Reserva Federal (FED) de EEUU, Ben Bernanke, ante su comparecencia ante el comité económico del Congreso y el Senado afirmaba que “el impacto de los problemas del sector hipotecario en el resto de la economía y en los mercados financieros probablemente estén contenidos”.
Otros, aquí en España, decían: “La principal conclusión de los expertos consultados es que la tendencia sigue siendo alcista. Tras el pánico vendedor vivido a principios de marzo, …, se prevé fuertes subidas desde julio a septiembre”. O también: “es probable que desde julio a septiembre de 2007 se produzcan fuertes subidas en las bolsas de todo el mundo”.
En el mes de mayo, desde la Unión de Créditos Inmobiliarios (UCI), se consideraba bastante improbable una crisis en el mercado hipotecario y financiero español. Desde Banesto, Sabadell o Popular, sus presidentes reconocían “un repunte de la morosidad, sin ver en ello síntomas de crisis”.
Un analista de la sociedad GESARISTOS decía: “aunque no es un buen momento para las inmobiliarias en bolsa, el inversor, a priori, no debe estar muy preocupado porque son suficientemente sólidas a largo plazo y han hecho un gran esfuerzo de diversificación”.

¿Quieren más?; en Junio, la patronal de las Inmobiliarias Madrileñas, ASPRIMA, preveía que el precio de la vivienda crecería un 3% en 2007, pronosticaba un estancamiento de los precios en 2008 y un ligero repunte del 1% en 2009. Incluso algunos se atrevían a realizar previsiones: Los “expertos” de Banco Urquijo “ponían fecha” al final de la crisis y creían que las “turbulencias” no deberían prolongarse “más allá del verano”.
Desde Inversis Banco se afirmaba que la situación de recortes se mantendrá “al menos hasta el mes de octubre”; de prolongarse las condiciones actuales, “2007 será un año alcista”. Y desde el Banco BPI: “los dos grandes bancos españoles … tienen una exposición muy baja a la crisis”. Lo interesante sería “centrarse en valores que han estado castigados sin un motivo aparente como bancos y constructoras”.
Más:
Desde el Lauder Institute (Wharton School): “la banca española es muy sólida financieramente y está muy bien supervisada por el Banco de España. No van a producirse aquí los problemas que aquejan a las financieras de hipotecas en EEUU”.
Y todavía en 2008 la patronal de las grandes constructoras, SEOPAN, decía: “La construcción goza de buena salud y superará con nota la desaceleración del crecimiento económico que los distintos organismos económicos pronostican, …”.

Pues lo dicho, ¿Todavía siguen creyendo que no tenemos ninguna culpa?
Y para colmo, hoy, en el 2010, las recetas para salir de la crisis que nos imponen desde las diferentes instituciones (FMI, BCE, FED, etc. apoyadas por las Agencias de Calificación, siervos y lacayos todas ellas de los verdaderos dueños del mundo, los mercados financieros) tienen como objetivo restablecer el “orden” que imperaba antes de que estallase la crisis mundial. Estos mercados son los verdaderos “dirigentes” de nuestros destinos, por mucho que alguno crea lo contrario. Vean sino el siguiente ejemplo: hay personas que ganan más en un solo día que un trabajador medio en todo un año. Según un estudio publicado por Institute for Policy Studies, los gestores de las grandes firmas de capital riesgo y hedge funds ganaron durante 2006 y en sólo diez minutos el equivalente a una paga media anual de un asalariado. Además, los 20 gestores de fondos mejor pagados de Wall Street (EEUU) ganaron durante 2006, en media, el sueldo medio anual de un trabajador estadounidense (29.500 dólares) multiplicado por 22.000; es decir, 32 millones y medio de dólares en un solo año cada uno de ellos.

Las miserias morales no son menos indignas que las miserias materiales. La ignorancia es quien las ha creado” Victor Hugo.
En fin, yo también soy culpable.

jueves, 10 de junio de 2010

Adam Smith

"A pesar de su egoísmo y rapacidad natural, y aunque sólo procuran su propia conveniencia, y lo único que se proponen con el trabajo de estos miles de hombres a los que dan empleo es la satisfacción de sus vanos e insaciables deseos, dividen con el pobre el producto de todos sus progresos. ... y, así, sin proponérselo, sin saberlo, promueven el interés de la sociedad, y proporcionan medios para la multiplicación de la especie".

Adam Smith.
S. XVIII

martes, 8 de junio de 2010

Productividad


Existen dos alternativas para conseguir que nuestros productos sean competitivos en los mercados globalizados, es decir, que sean más baratos que los de la competencia; y estas alternativas son producir más con los mismos recursos o producir lo mismo con menores recursos, de esta forma se incrementa la productividad y se consigue reducir los precios de los bienes y servicios.
Debido a las políticas que vienen desarrollándose en este país durante los últimos 14 años la primera alternativa es difícilmente aplicable; la escasa inversión en tecnología, educación, conocimiento, en definitiva, en I+D+i, implica que no pueda elevarse la producción con los recursos existentes. Prueba de ello es el efecto llamada que se produjo en el sector de la construcción, produciéndose un trasvase de jóvenes de las aulas a las obras, tanto civiles como privadas, atraídos por elevados salarios.
La otra alternativa, reducir costes; significa reducir salarios. “habrá sectores en los que será suficiente con un 5% y otros en los que se necesitarán caídas superiores”, declaraciones recientes de Díaz Ferrán, Presidente de la CEOE.
¿Qué se busca? Beneficios empresariales. No hay más.

lunes, 7 de junio de 2010

Aves de rapiña

Reforma laboral, congelación de pensiones, reducción de salarios, eliminación de subvenciones a sindicatos, eliminación de ministerios, … Medidas adoptadas por el Gobierno de España y medidas solicitadas por la oposición y ¿el objetivo es? Que los mercados financieros sigan haciendo negocio. Cuanto más revuelo mejor. Cuanta más sensación de debilidad se muestre, más facilidad para exprimir a un país.

Los grandes poderes mundiales son los mercados (bancos privados, fondos especulativos, …) y sólo tienen un objetivo, ganar más a cualquier precio.

Los bancos privados buscan financiación a través de los Bancos Centrales al 1% para poder seguir realizando su actividad, pero en lugar de canalizar los fondos al público (familias y empresas) los invierten en Deuda Pública del Estado al 4 y 5%, con lo que se garantizan suculentos beneficios.

Los fondos de inversión especulativos, ídem, pero con el agravante de que estudian con detenimiento su estrategia. Buscan países pequeños (Grecia, Portugal, España, Hungría, …) con poco poder político en las instituciones y hacen correr premeditadamente rumores sobre sus dificultades para poder pagar los intereses de la deuda que han emitido; con ello consiguen que estos países tengan que subir su tipo de interés para poder emitir más deuda y así poder financiarse en los mercados. Cuando así lo hacen (véase el caso de Grecia con un tipo de interés del 10%), los fondos especulativos compran la nueva deuda emitida obteniendo enormes ganancias.

Mientras nosotros, huelgas, reformas, protestas, revuelo, … y otros frotándose las manos.

miércoles, 2 de junio de 2010

Peligro, llega el FMI.

Llega el Fondo Monetario Internacional (FMI) “exigiendo” a España que aplique reformas “urgentes y decisivas” para “reequilibrar la economía” e “impulsar la confianza”.

Llega con las recetas estándar que recomienda aplicar de forma continua en cada uno de los países en los que fija su atención: reformas laborales (abaratamiento del despido) con el objetivo de abaratar costes y fomentar la competitividad, consolidación del régimen fiscal (subidas de impuestos a las clases trabajadoras y bajadas a empresas y grandes patrimonios), etc. Por cierto, en relación con el anunciado incremento de impuestos a las clases altas, durante el año 2008 el porcentaje de liquidaciones del Impuesto sobre la Renta (IRPF) que declararon más de 150.000 euros por rendimientos del trabajo ascendió a un escueto 0,58% sobre un total de aproximadamente 19.000.000 de liquidaciones. Superior a 60.000 euros un 4%.

Allá por el mes de febrero del 2007, el FMI, ante los primeros indicios de la crisis que hoy estamos padeciendo, salía a la palestra para tranquilizar los ánimos de los “inversores”, señalando que los descensos acaecidos en las bolsas eran una corrección y no un cambio fundamental en la dirección del mercado.
Por su parte, el Director Gerente, “Rodríguez Rato”, declaraba “el mundo sigue mostrando un escenario muy benigno, además el crecimiento de la economía estadounidense registrará este año una suave desaceleración”.

Pocos meses después, ya sabemos lo que ocurrió. Hoy el FMI viene dando recomendaciones; claro que muchos sabemos cuáles son sus intenciones y a las órdenes de quién trabaja.