miércoles, 31 de agosto de 2011

Me voy.

Lo cierto es que uno no deja de sorprenderse a cada instante y no le queda más remedio que abrir los ojos de par en par. ¡Qué! ¡Cómo! La OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico) ha publicado en el día de ayer un informe en el que alerta sobre los trucos de las empresas para no pagar impuestos. ¡Vaya novedad! Lo primero que uno se pregunta es ¿Son nuevos en esto o hasta ahora miraban hacia poniente?

La preocupación que les ocupa es la posibilidad que tienen las empresas para poder deducirse las pérdidas durante los años futuros en los que obtienen beneficios. Desde tiempos inmemoriales llevan haciéndolo (a pesar de que no me considero tan mayor) ¿Será porque hasta ahora todo eran beneficios? Se vulnera el espíritu de la ley, dicen.

Normas contables y fiscales marcan el camino a seguir por las empresas a la hora de calcular los resultados y tributar a las arcas del Estado. Auditores e Inspectores, entre otros, se encargan de emitir un juicio sobre el cumplimiento de la ley. Los primeros, opinando sobre si las cuentas reflejan la imagen fiel, los segundos, regularizando la situación fiscal si consideran que se ha efectuado una interpretación arbitraria de la normativa y esto supone una menor tributación.

Cualquier día descubren que existen paraísos fiscales y emiten un informe.

Claro que también puede ser que ante las serias dificultades que sufren (sufrimos) las economías de los distintos países nos pretendan convencer de que sería conveniente cambiar la ley para evitar que las empresas eludan impuestos. Ahora bien, que se planifiquen los impuestos a pagar utilizando todas las argucias que los vacíos legales permiten no es una novedad. Lo que sí es una novedad es que se enteren ahora.

En fin, ¡vacaciones! Las esperadas (y necesarias) vacaciones han llegado. Tres semanas de descanso. Pero no me voy, seguiré publicando mis impresiones en el blog con relativa frecuencia, aunque tengo que reconocer que a uno le apetece olvidarse por unos días de tanta crisis, reformas, política,… Pero también es cierto que dispondré de más tiempo para nuevas lecturas y para poder sacar conclusiones de forma más pausada.

martes, 30 de agosto de 2011

Debate.

Durante estos días hemos escuchado y leído diferentes declaraciones relacionadas con la controvertida reforma constitucional, sobre el llamado déficit estructural (olvidémonos del déficit cero para no herir sensibilidades).

La deuda pública crea una carga para las generaciones futuras”, “la reforma… evita que se trasladen a las generaciones futuras los excesos de las cuentas públicas”, etcétera.

Discutible.

Lo primero es hacer hincapié en por qué se produce el déficit. Los Estados mantienen una capacidad de ingresos básicamente mediante impuestos y, con ellos, deben hacer frente a los gastos presupuestados (sanidad, educación, pensiones, compras de bienes y servicios,…). Cuando estos últimos son superiores a los primeros se produce el llamado déficit, que debe ser financiado. Existen tres vías para ello: Más impuestos, creación de dinero y emisión de deuda pública. La primera vía no gusta, la segunda, la política monetaria, está cedida a la UE (Banco Central) y sólo nos queda la tercera, pidiendo prestado dinero a cambio del pago de intereses. Deuda pública que es suscrita por diferentes tipos de inversores.

Entiendo que el centro del debate se encuentra en la carga financiera que supone la emisión de esta deuda, ya que varía en función de la confianza que obtengamos de los mercados.

Pero, ¿realmente esta deuda supone una carga para generaciones futuras?

Como sabemos todos (lo experimentamos en nuestra propia carne como contribuyentes), el Estado recauda anualmente los impuestos con los que deberá hacer frente al pago de sus obligaciones, y entre éstas se encuentra el pago de los intereses de la deuda pública a quienes poseen los títulos. Intereses que se devengan, también, anualmente, y que son abonados a los diferentes inversores cada año. Así pues, durante la vida de la deuda (bonos, obligaciones,…) se recaudan cada año impuestos para pagar los intereses de ese mismo año. ¿Se traslada la carga a las generaciones futuras, o más bien, se produce una transferencia entre grupos sociales?

Tampoco debemos olvidar que estos intereses son gravados con impuestos, por lo que aquéllos que reciben los ingresos tributan a la arcas del Estado.

En definitiva, traslado de un grupo social a otro, de los que pagan los impuestos a los que poseen los títulos de deuda (coinciden muchas veces), no de una transferencia entre personas de un período a otro. Alguno me dirá que no coinciden, pero recuerden que los que compran la deuda pública son tanto inversores particulares, como fondos de pensiones, fondos de inversión, aseguradoras,…

Quizás el debate deba centrarse en por qué se genera el déficit, ¿tiene alguna virtud?

Cuando un país como el nuestro, que mantiene una importante diferencia en gasto social respecto a la media europea, ¿cómo reducirá esta diferencia con déficit cero? Perdón, estructural.

Venía a decir un comentarista: “se ha enterrado definitivamente a Keynes”. Para los que desconozcan sus propuestas, decirles que podrían resumirse de la siguiente forma: cuando la locomotora no marcha por sí sola hay que echarle carbón (gasto público). Y un político decía hoy que llevamos dos años mandando mensajes a los mercados y éstos no han mandado ninguno satisfactorio; quizás sea hora de cambiar el discurso.

lunes, 29 de agosto de 2011

Resumiendo artículo.

Habemus artículo (o todo indica que así será). El número 135 de la Constitución Española. Un breve resumen de las modificaciones:

Se establece un límite al déficit estructural. ¿Estructural? Para no caer en la ideología próxima al P.P., es decir, en el déficit cero, se utiliza el llamado estructural, aquél que no tiene en cuenta los ingresos vinculados a las expansiones económicas ni los gastos vinculados a las recesiones. Ya saben que en épocas de bonanza se producen burbujas que proporcionan ingresos extraordinarios, y en épocas como la actual se generan gastos excepcionales como un aumento de las prestaciones por desempleo. Tanto unos como otros no se tienen en cuenta a la hora de efectuar el cálculo. Cuestión técnica.

La devolución del capital e intereses será prioritaria a cualquier gasto presupuestado. Es decir, en teoría, hay que suprimir cualquier gasto en los presupuestos, sea del tipo que sea, antes de dejar de pagar la deuda. Si esto no es un mensaje a los mercados de que, pase lo que pase, el tenedor de los bonos, obligaciones,…, cobrará su deuda, ya me dirán cuál es su objetivo.

Se recoge constitucionalmente lo ya exigido por la Unión Europea, no superar el límite del 60% de deuda pública.

Los límites estructurales establecidos (Estado más autonomías) entrarán en vigor en el 2020. ¿Para que nadie desconfíe?

jueves, 25 de agosto de 2011

Llega el invierno.

Déficit cero. La panacea. Gasto lo mismo que ingreso. ¿Y qué ingreso?, o de otra forma, ¿de dónde obtengo mis ingresos? La mayor parte, de los tributos, impuestos, tasas y contribuciones especiales, aunque el grueso se encuentra en los impuestos, véase el Impuesto sobre la Renta (IRPF), el Impuesto de Sociedades (IS), que gravan los beneficios obtenidos por personas y empresas, sin olvidar el IVA que se recauda por el consumo. En épocas de bonanza, como la vivida hasta el 2007, no existía ningún problema. El Estado recaudaba como lluvia caída del cielo.

Y vamos con los gastos. Sanidad, Educación, Pensiones, Infraestructuras,…, todo con mayúsculas y que compone el denominado Estado de Bienestar. En épocas de bonanza se hacía frente a todo ello sin ningún problema.

Pero, ¡Ay!, llegó el invierno. Los ingresos cayeron de manera abrupta. La economía, sin previo aviso (es un decir) echó el freno y, de repente, nos encontramos con un problema. Caída de recaudación vía impuestos. Miles de trabajadores son enviados a su casa, por lo que la recaudación por el IRPF desciende. Las empresas ven caer sus beneficios, por lo que la recaudación por el IS desciende. Al no existir ingresos y, sobre todo, al existir incertidumbre, el consumo y la inversión se resienten. La recaudación por IVA se resiente. ¿Y los gastos? Aumentan. A los ya existentes en sanidad, educación, etcétera, etcétera, tenemos que sumar aquellos que surgen como consecuencia de la activación de las medidas tendentes a paliar la situación: prestaciones por desempleo, pensiones,…, sin olvidar los gastos de los diferentes planes (Plan E) para evitar males mayores.

¿Gastamos sólo lo que ingresamos? Déficit cero. Consecuencia: adelgazar el sistema de bienestar ante la incapacidad de hacer frente a los gastos que genera, o lo que es lo mismo, dar entrada al sector privado, llevar al mercado servicios públicos. Algunos son partidarios de esta manera de actuar, en aras de una mayor eficiencia, competitividad, productividad,… pero, si mal no recuerdo, ¿en qué hospitales fueron intervenidos Su Majestad y la Presidenta de la Comunidad de Madrid? Por poner un ejemplo.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Propuesta.

Una propuesta neoliberal pretende ser incluida en la Carta Magna, en la Constitución Española. Desde ayer cuenta con la aprobación de los partidos mayoritarios en España (El P.P. lo había propuesto con anterioridad). El origen de esta decisión se encuentra en el denominado “Pacto de Competitividad” que salió a la luz allá por el mes de febrero de la mano de los gobiernos francés y alemán y del que di cuenta en este blog (Otro pacto). Aunque en un principio este pacto puso en guardia a más de uno, ahora parece ser que su contenido se va incorporando a las legislaciones de cada uno de los países. En este caso se trata de incluir un límite al endeudamiento, una posición ideológica para convencer a los de siempre, a los mercados, de que seremos capaces de ahorrar y realizar sacrificios para que ellos puedan recuperar sus inversiones. Según he podido escuchar de voces autorizadas, se trata de que los mercados, otra vez los mercados, vean que de aquí a 10, 15 años, sus inversiones están aseguradas.

Estoy de acuerdo con aquellos que dicen que esta medida es un ataque al Estado de Bienestar (otro) por el que tanto han luchado algunos. Escuelas, Sanidad, Pensiones, Infraestructuras,… todo ello se verá afectado, y sólo por contentar a los mercados.

Suscribo lo expuesto por el profesor Navarro.

martes, 23 de agosto de 2011

Opciones.

Tienes dos opciones: o lo explicas para que lo entendamos (y nos convences) o te vas. Y así se lo han hecho saber al Presidente de una de las Agencias de rating (S&P).

Conclusión: tienes el poder suficiente para emitir opiniones sin sobrepasar un límite. Si éste es sobrepasado deberás atenerte a las consecuencias y asumir tus responsabilidades. ¿Existen fundamentos suficientes que justifiquen tus actos? Explícalos. No existen. Deberás responsabilizarte.

Claro que también influirá el entorno, el escenario, donde se desarrolle el espectáculo. No es lo mismo opinar sobre la solvencia de un país o una empresa europea que hacerlo sobre los EEUU o sobre una gran empresa norteamericana. ¿Independencia?

En este caso no convence y se marcha. Decisión correcta que para muchos (a la vista de experiencias personales) es difícil de tomar.

Lo decía en el último post. ¿Cambiarán las normas o, por el contrario, solo se modificarán para que gane uno?

viernes, 19 de agosto de 2011

Primer toque.

Solucionados los problemas técnicos. Siento que el post de ayer fuese aburrido.

Sin lugar a dudas, quién manda, manda. Nuestras queridas Agencias de Calificación, en un ejercicio de autentica osadía, se han atrevido con el todopoderoso, con la mano que, en definitiva, les da de comer. Podrán hacer tambalear cualquier país del mundo, cualquier empresa, sea grande o pequeña, pero poner en cuestión, por mínimo que sea, la solvencia de los EEUU, eso ya son palabras mayores, están pisando aguas pantanosas.

Sí, se han atrevido ha rebajar la calificación de la deuda del país. Como respuesta (aquí si se atreven), la SEC, la institución gubernamental encargada de vigilar los mercados financieros norteamericanos, se ha puesto a revisar los métodos de cálculo de una de las agencias, Standard & Poor’s, la agencia que se ha atrevido a meter el dedo en ojo ajeno. Pero ahí no termina la historia. El gobierno estadounidense está investigando si esta agencia infló las calificaciones de los bonos sobre los que emitió una opinión antes de la crisis. Dicen que la investigación se había iniciado con anterioridad a la rebaja de deuda, aunque resulta sospechoso que se conozca justo ahora. ¿Podría ser la puntilla para las agencias? ¿Se modificarán las normas de juego?

 
Por otro lado. Visto que la economía mundial no marcha al ritmo deseado, se empiezan a oír voces sobre la posibilidad de que el Banco Central Europeo baje tipos de interés en el 2012, desde el 1,5% al 1%. Lo dicen los expertos de Morgan Stanley, uno de los principales bancos de inversión del mundo. PIBs que no crecen, inflación a la baja, turbulencias que afectan tanto a los mercados como a la sociedad, precios del petróleo en descenso, desempleo… Lo raro sería que se subieran tipos, aunque tampoco lo sería tanto. Con leer el manual y buscar el significado y las medidas que deben adoptarse cuando se enciende el piloto rojo, inflación superior al 2%, es suficiente. El problema surge cuando el piloto se enciende y se apaga solo, y los técnicos ya han aplicado las medidas indicadas por el manual.



martes, 16 de agosto de 2011

Tarde o temprano era de esperar.

Alemania, el espejo en el que muchos se miraban. Alemania ha hecho los deberes a tiempo. Alemania es el ejemplo a seguir. Alemania, Alemania, ¿Alemania?

Hace aproximadamente un año escribía en una entrada a la que titulé “Sorprendente Alemania”  lo siguiente: “Pero el problema de Alemania sigue estando en casa, en su demanda interna. Sus dirigentes no están tan contentos como podía parecer a simple vista, son prudentes y saben que a medio plazo la economía alemana podría tener serias dificultades si los países importadores no se recuperan, véase el caso de EEUU, importador por excelencia. Con una baja demanda interna y problemas persistentes en la economía mundial, Alemania también sufrirá”.

Y esto es lo que sucede en un mundo globalizado. Puedes hacer las barbacoas (churrascos) que quieras, que si tus amigos y vecinos no quieren acudir a las fiestas, al final te quedas prácticamente sólo, y con toda la carne para ti. Una Europa con problemas, EEUU con problemas, ¿es extraño que Alemania no crezca?

Alemania sufre un parón...”. Sorprende incluso a los expertos. ¿Se olerán esos buitres de los mercados una nueva presa?





viernes, 12 de agosto de 2011

Un parche.

Solución: limitar los posicionamientos a corto (durante 15 días), o lo que es lo mismo, limitar las ventas de activos (en este caso acciones del sector financiero) sin poseerlos. Un parche temporal en Europa. Se toma prestada una acción, se vende a un precio con la esperanza (o certeza) de que baje, y se compra cuando éste haya descendido, momento en el cual se procede a su devolución. Una operación más de los mercados bursátiles y que ha dado mucho que hablar a nuestros periodistas y expertos. Alguno se atreve a hablar de vuelta a los mercados de abastos. Temen a las nuevas tecnologías y a la ingeniería financiera (razón no les falta), pero les recuerdo que en el S.XVII se produjo en los Países Bajos una burbuja económica y una crisis financiera como consecuencia de la especulación sobre los bulbos de tulipán. Y las nuevas tecnologías no habían hecho acto de presencia.

Mercados. Ayer tarde, paseando por la playa (hoy estoy poético), en compañía de un “colega” de profesión, hablábamos sobre la paradoja de los mercados. Decía mi interlocutor que los mercados en sí, no existen, que los mercados somos todos. Y razón no le falta. ¿Quién no ha contratado un plan de pensiones para cuando se jubile? ¿Quién no ha contratado un seguro para cubrirse de ciertas contingencias? ¿Quién no ha comprado acciones y fondos de inversión asesorado por su banco de confianza? ¿Qué le pedimos a nuestro de plan de pensiones? Sin lugar a dudas, que los capitales que vamos aportando para nuestra jubilación nos produzcan la máxima rentabilidad ¿o no? Los gestores de los fondos de pensiones tienen el mandato (la obligación) de rentabilizar nuestros ahorros, buscarán aquellos activos que maximicen los capitales aportados. Ellos se llevan su comisión, nosotros nuestra rentabilidad. Si estos grandes fondos, que mueven ingentes cantidades de efectivo, pueden conseguir que los países emitan deuda pública a tipos cada vez más altos, que luego compran para sus carteras, ¿están haciendo algo contrario a nuestros intereses? Paradójico. Somos los primeros en poner el grito en el cielo, pero también en pedir que nuestros ahorros sean productivos. Quizás sea política. ¿Se acuerdan, aún hoy, cuando se vendía la idea de que había que buscar alternativas para asegurarnos la jubilación ante las serias dificultades que se pronosticaban para el sistema de la Seguridad Social? Hágase un plan de pensiones, asegure su jubilación, además puede deducir sus aportaciones en su declaración de la renta. Esta era, y sigue siendo, la forma de vender estos productos. Ni que decir tiene que todos los que contratamos un plan de pensiones queremos ver como crece, como se capitaliza. Y sólo existe una clase de abono para que así sea.

Hemos creado un monstruo y éste se alimenta con lo que le suministramos.

jueves, 11 de agosto de 2011

¿Por qué consentir?

Relacionadas con el panorama actual, crisis mundial y sus derivados, las palabras del escritor y político francés del S. XVI, Étienne de La Boétie, plantean, sino las mismas cuestiones, al menos, ciertos paralelismos de fondo. Detrás de estas cuestiones se encuentra el ser humano. Escenario diferente, pero teatro al fin y al cabo.

Decía este escritor que “el poder se impone únicamente por el consentimiento de quienes lo padecen”, “Decidíos a no servir, y seréis libres”.

Sin embargo, la realidad muestra que las masas, el individuo, han sucumbido al embrujo del sistema. ¿Por qué consienten?

El filósofo francés Michel Onfray nos da una respuesta, la suya: “Por miedo a la libertad. Por temor a tener que elegir, inventar, querer, por pereza intelectual, por incapacidad de la voluntad cuando todo se ha hecho para mantener limitado el espíritu crítico gracias a las técnicas de alineación, servidumbre y descerebración que las sociedades de hoy toleran”.

Es hora de poner a funcionar nuevamente los cerebros.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Negro.

Impresionante. Ni yo mismo me lo creo. La facilidad que tienen algunos para pronosticar cuál será el próximo en caer. Podía parecer un juego, una apuesta, pero los que me siguen habitualmente recordarán como en las entradas les anunciaba los países que tendrían problemas. Grecia, Irlanda, Portugal, España, Italia, y Francia.
Los bancos franceses han llegado a caer en bolsa el 20% en algunos casos. El Presidente francés cancela sus vacaciones. El resto de bolsas siguen a la francesa.
Los rumores de una rebaja del rating de la deuda francesa han sido la causa. Dos agencias (cosa extraña) han salido negando tal hecho, pero los operadores no se lo creen.
¿Alemania está segura?

¿Transparencia?

El sábado pasado salían publicadas en un medio de comunicación las medidas anticrisis que el aspirante a Presidente del Gobierno tenía en mente si alcanzaba su objetivo. Algo que muchos dan por hecho.

Una de estas medidas es la nueva “Ley de Transparencia”. El texto recogido en prensa decía: que los ciudadanos “tengan un conocimiento absoluto de en qué se gasta su dinero, qué contratos se hacen o cuáles son los procedimientos de adjudicación”. Inmediatamente, y relacionado con este tema, recordé un artículo que había leído no hace mucho en una revista especializada.

“La ideología está notablemente relacionada con el nivel de transparencia municipal,… los gobiernos locales con ideología de derecha reducen de forma significativa los niveles esperados de transparencia”. Sí, sería conveniente una “ley de Transparencia”.

Rafael Martín y Fernando García, de la Complutense, han obtenido la anterior observación de uno de los modelos de regresión utilizados en un estudio sobre la transparencia de los ayuntamientos, y que ha sido presentado en el XVII premio AECA (la Asociación Española de Contabilidad y Administración de empresas) y galardonado con el accésit (el siguiente premio al ganador). Y a pesar de que, como ellos mismos dicen, “dado el carácter exploratorio de la investigación, el limitado poder explicativo del modelo (utilizado), y la juventud del Índice de Transparencia (ITA)… convendría profundizar más incorporando otras variables”, las conclusiones obtenidas son interesantes. Algunas:

“La mayoría de gobierno suele utilizarse inadecuadamente, convirtiéndose en un instrumento de poder excesivo, mientras que la estabilidad aporta mejoras en la transparencia, sobre todo en los partidos independientes”.
“Las administraciones públicas deberían reforzar y garantizar estándares mínimos de información. La voluntariedad se ha demostrado lenta e insuficiente”.
“La falta de transparencia debería llevar aparejado algún tipo de penalización…”.
Claro que también una de las conclusiones nos dice que los partidos nacionales presentan mayores niveles de transparencia, transparencia que se va diluyendo según se reduce el ámbito geográfico (gobiernos regionales y locales).


Por cierto, y volviendo al mundo financiero, los que ayer hablaban o criticaban la actuación del Banco Central Europeo por acudir al mercado secundario a comprar deuda pública (entre ellas la nuestra), calificando este hecho como “intervención encubierta”, desconocen (yo no lo creo) que, además del “objetivo principal” del BCE de mantener la estabilidad de precios (la inflación) también tiene encomendadas otras funciones como integrante del sistema europeo de bancos centrales, como es la de mantener la “estabilidad financiera” de la zona euro. ¿Mala fe? Cuanto peor, mejor.

martes, 9 de agosto de 2011

Intervención.

El Banco Central Europeo ha decidido entrar en acción. Se ha colado a hurtadillas (sí, colado, el BCE no tiene encomendado dentro de sus funciones la compra de deuda pública) en el mercado secundario, donde se llevan a cabo la compra-venta de instrumentos financieros por parte de todos los inversores, y se ha puesto a comprar deuda española e italiana entre otras.

¿Buenas noticias? ¿Es lo que esperábamos? ¿Al fin se han decidido a echar una mano contra toda ortodoxia?

Pues parece que no todo el mundo está contento. Cuando veíamos descender de manera abrupta la famosa prima de riesgo, algún medio de comunicación (aquí en España) critica esta actuación. Sus motivos tendrán. Hablan de intervencionismo, en clara alusión a una forma de actuar contraria a su ideología neoliberal ¡Cómo si el libre mercado y la desregularización no nos hubiesen colocado en este embrollo!

Hablan de que no es función del BCE llevar a cabo estas actuaciones, de que no forma parte de sus estatutos ¡Aquí si interesa la regularización, las normas! Argumentan que este tipo de actuaciones producirá más inflación al llenar de liquidez la economía y éste sí será el verdadero problema, la inflación.

Me explico, para los que se pierdan. El BCE al comprar los bonos de los Estados está inyectando dinero en los mercados, en la economía. Se supone que al existir más dinero, se gasta más, y la demanda tira de los precios haciendo que éstos suban (la inflación). Pudiera ser que esto sucediese en otro contexto, en una situación en la que los ciudadanos estuviesen dispuestos a aumentar su demanda, a consumir más. Cosa harto difícil en la actualidad. La inflación que padecemos en la UE (un poco mayor en España) se ha producido por el aumento del precio de las materias primas (entre ellas el petróleo) y por parte del traslado de los incrementos de impuestos a los precios de los bienes y servicios, no por haber aumentado la demanda. Aún así, la inflación media de la UE apenas sobrepasa el 2%.

En fin, que cada uno intenta arrimar el ascua a su sardina. En otro medio de comunicación, un rector de una prestigiosa universidad aconseja a la ministra subirse a un helicóptero y regar la economía de liquidez, de euros, siguiendo las enseñanzas del fallecido economista y profesor de Harvard, Galbraith.

Mientras, el centro de la tormenta parece situarse en EEUU.



lunes, 8 de agosto de 2011

¿Fiesta?

¿Y por qué debería sorprendernos esta catástrofe? ¿De dónde se supone que iba a venir el crecimiento? Los consumidores, todavía agobiados por la deuda que contrajeron durante la burbuja inmobiliaria, no están para muchos gastos. Las empresas no ven una razón para crecer teniendo en cuenta la falta de demanda de los consumidores. Y gracias a esa obsesión con el déficit, el Gobierno, que podría y debería ayudar a la economía en momentos de necesidad, ha estado apretándose el cinturón.

Creo recordar que esta misma idea la he venido reflejando en el blog desde que se comenzaron a adoptar medidas para intentar salir de la crisis. El párrafo no es mío, sino del Nobel Paul Krugman, y tampoco se refiere a nuestro país, sino a EEUU, aunque el paralelismo es evidente respecto a cualquiera de los países europeos (con matices Alemania).

Reformas y más reformas, con la obsesión de reducir deuda pública y déficit, sin olvidar la obsesión del BCE por controlar la inflación con subidas de tipos de interés, con la idea en mente de que ésta es perjudicial para los más desfavorecidos. ¡Cómo si las medidas que se adoptan les beneficiasen! (o nos beneficiasen).

Por cierto, hoy toca fiesta. La prima de riesgo (ya cansa) ha descendido de manera brusca (la nuestra y la del resto de países europeos) y las bolsas europeas, sorprendiendo a la mayoría, se han disparado. Digo sorprendiendo, puesto que los analistas esperaban lo contrario tras los hechos acaecidos en EEUU. Ya saben, rebaja de rating. ¿Motivo? Las declaraciones del BCE respecto a la “posibilidad” de compra de bonos europeos.

Sin comentarios. Mejor, ¿dónde estaban cuando las primas se disparaban? Nuestro país subastó deuda la semana pasada, con un resultado del bono a 3 años del 4,90% y del 5,05%, en total más de 3.300 millones de euros. Hagan cuentas.

viernes, 5 de agosto de 2011

Más puntos.

420 puntos. La famosa prima de riesgo sigue su rumbo, como la marea, subiendo poco a poco, acompañada por el vaivén de las olas. Nuestro bono a 10 años ronda el 6,4%. La última noticia es que Italia ya nos supera. ¿Cómo sorprenderse de que las bolsas caigan con fuerza? Con rentabilidades superiores al 6% en la deuda pública no es de extrañar que los capitales huyan abandonando las diferentes plazas bursátiles. Con la que está cayendo, sin crecimiento de las economías (0,7% interanual en nuestro caso), sin resultados empresariales óptimos, ¿son capaces las empresas de competir con la deuda en términos de rendimientos? Ni plusvalías ni dividendos. Prueba de ello es que nuestro selectivo IBEX 35 se encuentra por debajo de los niveles de principios de año.

Sumémosle el miedo y ya no se salvan ni los alemanes. Hoy, su índice, el Dax, amanecía con fuertes pérdidas, por no mencionar la debacle de ayer en EEUU, sus índices se dejaron más del 4,5%.

Añadamos la encuesta del eurobarómetro publicada esta semana: la mitad de los europeos (españoles incluidos) cree que lo peor de la crisis está por llegar. La lectura positiva es que la otra mitad cree que a partir de ahora sólo podemos mejorar.

¡Y estamos en agosto!, un mes que suele ser tranquilo en los mercados, o al menos eso creíamos.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Sistema.

8 de la mañana. Como de costumbre, mientras preparo un café y unas tostadas para el desayuno, enciendo la radio para escuchar la actualidad de la mañana. No importa cual es la emisora. El perfil de los tertulianos que se reúnen en torno al tema central es similar en la mayoría de las cadenas. Sociólogos, periodistas (muchos), doctores en alguna especialidad, economistas,… Los temas, los de siempre. Mercados, crisis de deuda pública, especuladores, algo de política,…

Tras un largo y acalorado debate en el que, una vez más, se analizan los orígenes, las causas, los efectos, las medidas adoptadas, los errores cometidos, los culpables, las medidas que deberían adoptarse, etcétera, etcétera, el moderador anuncia que el tiempo se ha terminado. Se ha puesto sobre la mesa lo que viene repitiéndose hasta la saciedad, el sistema no funciona. Los mercados, los especuladores, las entidades financieras, los grandes inversores, tienen el poder sobre todas las esferas de nuestras vidas. Mientras, se exigen sacrificios a la población. Se llama a la rebelión, al cambio, a la acción.

La publicidad pide paso. Inmediatamente aparece en antena una cuña publicitaria que dice, más o menos así: “Hágase ahorrador, no deje escapar la oportunidad. Consiga toda la rentabilidad del depósito… Ganará más sólo por ahorrar”.

Es el sistema.

Mientras, nuevo record. A primera hora de la mañana la prima de riesgo del bono español ascendía a 408 puntos respecto al alemán.

martes, 2 de agosto de 2011

Vaivén.

Lunes, 9.54 horas: “EEUU devuelve la experanza al IBEX 35”, “Era de esperar… El acuerdo alcanzado en EEUU… logra inyectar optimismo…”

Martes, 9.40 horas: “El IBEX 35 marca mínimos anuales…” “Una penalización que no extraña si se mira a la prima de riesgo…”

Ya ven como cambia el panorama en apenas unas horas. Lo que parecían buenas noticias ante una solución temporal, un incremento del gasto por parte de EEUU (con el visto bueno de las agencias de calificación, que mantienen su rating en máxima nota, a pesar del anuncio de una posible suspensión de pagos), se transforma de manera vertiginosa en miedo, en dudas, en una huída de capitales hacia el bono alemán, más seguro según la opinión mayoritaria, lo que dispara las primas de riesgo del resto de los emisores.

¡Ay! Esa prima de riesgo. ¡Cuántos dolores de cabeza! Y eso que les hemos dicho que en noviembre habrá elecciones. 400 puntos básicos de diferencia, o sea, el 6,47% en el bono a 10 años, máximo desde 1997. No somos los únicos. Italia al 6,27%, Bélgica (la siguiente en las apuestas) también se dispara, y sigue ¿Francia?

Hoy leo y releo, ¡Adiós a la zona euro! Salvo milagro. Y éstos llevan mucho tiempo sin dar señales de su presencia.

También he podido escuchar la siguiente reflexión. Para operar en los mercados, para dar órdenes de compra y venta, es necesario identificarse, dar a conocer quiénes son los operadores, inversores, que juegan con los diferentes instrumentos ¿Alguien les ha puesto rostro y nombre? ¿Por qué?