viernes, 30 de julio de 2010

Incentivos perversos

En un post publicado días atrás había comentado que las entidades financieras (tanto en EEUU como en Europa) habían tenido ciertos incentivos perversos para llevar a cabo actuaciones imprudentes, tanto en la concesión de préstamos como en la emisión de instrumentos financieros de alto riesgo, apoyándose en una continua y cada vez mayor desregulación.
Estas entidades olvidaron cuál era su función dentro de la sociedad, confundieron su rol; de ser un medio al servicio de la sociedad convirtieron su negocio en un fin en sí mismo. Rentabilidad a corto plazo.
Se convirtieron en instituciones demasiado grandes para que se les dejara quebrar; en tal caso se produciría un efecto arrastre con graves consecuencias para el funcionamiento de los mercados y para la economía en su conjunto.
Conocían su poder, y eso les permitió utilizar todos los instrumentos a su alcance para buscar grandes beneficios a corto plazo. Las Agencias de calificación fueron sus cómplices en la creación de productos de alto riesgo al otorgarles las mejores calificaciones para su colocación en el mercado. Era una simbiosis perfecta. Las Agencias crearon servicios de consultoría para asesorar a las entidades de inversión en cómo conseguir las mejores calificaciones, a cambio de suculentas comisiones; después volvían a cobrarles cuando les concedían las calificaciones. De no actuar así, los bancos de inversión contratarían a otra agencia de calificación que se plegara a sus condiciones.
¿Por qué se actuaba de esta manera?
Se trataba de vender tantas hipotecas como pudieran (sin tener en cuenta la situación del prestatario), de emitir el mayor número de productos complejos (en muchos casos los que vendían estos productos al público no conocían su funcionamiento); tras estas operaciones se ocultaban enormes comisiones, no importaba el largo plazo, había que obtener rápidos beneficios para que trimestre tras trimestre los mercados apostaran por estas empresas e incrementaran el valor de sus acciones. Las stock options (bonus) de los directivos dependían de ello. La retribución de éstos no estaba asociada a los objetivos sociales conseguidos sino al valor de mercado de las acciones. Y los mercados podían ser engañados fácilmente: rumores, manipulación de la cuenta de resultados, contabilidad creativa, …
Los bonus fueron altos cuando los beneficios eran altos y también cuando fueron malos. En EEUU, en 2008 y en plena crisis, seis de los nueve grandes bancos pagaron más en primas de lo que recibieron de beneficios.
Todo esto se hacía “a espaldas” de los verdaderos dueños de las entidades. A pesar de que los accionistas son los dueños nominales, al encontrarse el capital tan diversificado y en manos de accionistas tan heterogéneos, en la práctica los que rigen las instituciones son los directivos y las rigen por y para los beneficios. Mientras se presenten beneficios recurrentes nadie alzará la voz.
Otro incentivo perverso es el hecho de contar con el llamado Seguro de Depósitos; los depositantes (clientes de la entidad) tienen asegurado parte de sus ahorros si los bancos asumen excesivos riesgos (quiebra). Es decir, serán los contribuyentes los que cargarán con las malas prácticas bancarias. Es lo que se denomina riesgo moral ¿Por qué preocuparse si los gobiernos cubren los riesgos?

miércoles, 28 de julio de 2010

Estrategia y precios

“Los comerciantes del mismo gremio no se juntan con frecuencia, ni siquiera para divertirse o distraerse, pero cuando lo hacen la conversación siempre termina en una conspiración contra los consumidores, generalmente para subir los precios”.

Adam Smith (1909)

Esta era la filosofía imperante hasta hace 30 años. Desde entonces los manuales modernos de organización sostienen que las nuevas estrategias empresariales han conseguido que los precios disminuyan como consecuencia de la competencia entre empresas, al tiempo que aumenta la calidad de los productos y servicios.

Lo que no nos dicen los manuales es por qué Bruselas impone sanciones millonarias a empresas que han concertado precios y no precisamente en beneficio de los consumidores. “Bruselas multa a tres siderúrgicas españolas por pactar precios” (30-6-2010); “Bruselas multa a Roca por pactar los precios de los váteres con otras compañías del sector” (23-6-2010); “La Comisión Europea multa a nueve fabricantes de chips por pactar precios” (19-5-2010); …

lunes, 26 de julio de 2010

Inversión.

Hoy me gustaría darles un consejo (si me lo permiten).Yo soy una de tantas personas que acostumbra a recibir de manera constante información sobre “oportunidades” de inversión, ya sea a través de correo postal de mi banco, correo electrónico o llamadas telefónicas, entre otras. La mayoría de esta información suele estar relacionada con las extraordinarias rentabilidades que tal o cual Fondo de Inversión viene reportando durante los últimos años, superando, como no podía ser de otra forma, al resto de productos financieros que existen en el mercado, y con la oportunidad de inversión que representa.

No se fíen; tengo que confesar que soy un asiduo lector del matemático Nicholas Taleb y acudo con frecuencia a sus análisis (ha formado parte del mundo financiero trabajando como operador bursátil). Taleb se define como un empirista escéptico y basa sus exposiciones en análisis estadísticos.

¿Cómo desmontar esta publicidad engañosa?

Taleb parte del hecho de que son miles de fondos los que se crean al año; otorga a estos fondos una probabilidad, por ejemplo y siendo muy generoso, del 50 por ciento de obtener rentabilidades positivas (no olviden que nos encontramos en un mundo de suma cero, lo que alguien gana otro lo pierde). Si el primer año tenemos 1000 fondos de inversión, 500 tendrán rentabilidad positiva (50%) y 500 habrán desaparecido; el segundo año serán 250 fondos (de los 500 que quedan) los que habrán obtenido rentabilidades positivas, el tercer año serán 125, y así sucesivamente. Uno de esos fondos que habrá sobrevivido intentará convencernos de que durante los últimos años ha sido mejor que el mercado, convencido de su magnífica gestión a la hora de invertir el dinero de sus clientes (partícipes).
Aparte de la certeza de las suculentas comisiones que nos cobrarán no existe otra garantía ¿Formará este fondo de inversión el próximo año del 50% de ganadores o pasará a formar parte de los miles de fondos ruinosos?

Nos cuenta Nicholas Taleb una anécdota sobre como funciona este mundo de tiburones; Robert C. Merton, premio nobel de economía en 1997 (compartido con M. Scholes), defensor de los dogmas de las finanzas modernas y los mercados “eficientes” creó, paradójicamente, un fondo de inversión que se aprovechaba de las “ineficiencias” del mercado. Fracasó espectacularmente.

Creo recordar que el mismo Taleb daba un consejo a los inversores que quisieran dormir tranquilos: inviertan el 90 por ciento de su patrimonio en instrumentos de inversión “seguros” (depósitos a plazo, letras del Tesoro, Bonos, …) y el resto apuéstenlo a lo más arriesgado que encuentren. Si tienen suerte obtendrán unas magníficas plusvalías y si las cosas no salen bien habrán perdido sólo el 10% de su patrimonio. Buena suerte.

viernes, 23 de julio de 2010

Stress Test (2)

¡Bingo! Nuestra apuesta era correcta. Los Stress Test han confirmado que la mayoría de los bancos europeos presentan unos buenos niveles de solvencia, de 91 entidades sólo han suspendido 7. Ya pueden estar tranquilos, a partir de ahora el crédito fluirá de forma masiva hacia empresas y familias, los mercados financieros habrán restablecido su confianza en las entidades financieras y las primas de riesgo bajarán, por lo que el crédito será más barato; el Banco Central Europeo retirará paulatinamente las medidas de apoyo a los bancos y volveremos a estar como al principio ¿O acaso tienen alguna duda? ¿Habrá sido todo un sueño? ¿Seremos cómo ese personaje que nuestros hijos tanto admiran, Geronimo Stilton, el director del periódico El Eco del Roedor, que viaja al reino de la fantasía debido a un empacho de pizzas?

Con las pruebas realizadas a bancos y cajas existían tres posibilidades: la primera, resultados negativos, los mercados volverían a sacudirse y continuaríamos hablando durante semanas de la crisis financiera. Segunda, resultados buenos y malos, la incertidumbre es enemiga acérrima de los mercados, por lo tanto, nueva sacudida en la bolsas. Tercera, resultados positivos, los mercados desconfiarán ante tan buenos resultados, por lo que continuarán las dudas en el sistema financiero.

Ya ven, al final seguiremos con dudas (esperemos las reacciones en los próximos días). Es cierto que algunos bancos y cajas no han obtenido buenos resultados en estas pruebas, pero entra dentro de lo normal. Algunas culturas realizaban sacrificios humanos para contentar a sus dioses, hoy se han sacrificado algunas entidades para tranquilizar a los dioses del mercado. ¡Qué mundo!

jueves, 22 de julio de 2010

Préstamos y barra libre.

Para los que desconocen cuáles son los incentivos que mueven el mundo financiero todavía resulta difícil de entender cómo unas entidades financieras, que se supone deben tener los correspondientes instrumentos de medición de riesgos, han sido capaces de entrar en la espiral de conceder préstamos y créditos de una forma tan ligera. Me refiero a aquellos préstamos concedidos sin la correspondiente garantía que han devenido en insolventes, así como aquellos créditos al consumo concedidos a personas cuyos niveles de endeudamiento rozaban límites peligrosos.
Y la incredulidad es todavía mayor si se analiza el proceso general de concesión de créditos. Claro que al final uno termina atando cabos. Otro día les hablaré de algunos de los incentivos que motivaron ciertas conductas. Alguno de ustedes ya estará pensando en el principal incentivo.

Cuando acudimos a una entidad financiera en busca de un préstamo para satisfacer algunas de nuestras necesidades actuales, automáticamente se inicia un proceso que consta de varias fases:

En primer lugar, la solicitud por parte del demandante. A ésta se acompañarán sendos informes, uno, considerado de máxima utilidad, del delegado de la oficina, en el que se informa, entre otras cosas, del conocimiento que se tiene del cliente, de las relaciones que mantiene con la entidad, de las relaciones comerciales que se le conozcan. El segundo es el informe del Jefe de zona, en el que se evalúa la situación socio-económica de la zona, la evolución económica de la oficina que tramita la información, etc.

Toda esta información pasa a una segunda fase denominada de comprobación, en la que se procede, en teoría, a la inspección ocular de los bienes o a la tasación pericial, según los casos. Asimismo los responsables de la entidad obtienen informes de sociedades especializadas e informes de los riesgos contraídos por el peticionario a través de la Central de Información de Riesgos (CIR) del Banco de España y del Registro de Aceptaciones Impagadas (RAI).
Relacionada con esta fase existe otra en la que personas ajenas a las que han recabado la información proceden al estudio económico-financiero del cliente, en la que analizan su solvencia (capacidad de pago, patrimonio existente, …).

Por último, tenemos la fase de aprobación, en la que se elabora un “nuevo” expediente que se remite al órgano decisor. Aquí se comprueban todos aquellos aspectos declarados que son relevantes y, si se concede el visto bueno, se formaliza documentalmente el crédito.

Previamente a todo este proceso existe una política establecida por la Dirección de la entidad y una Función de Riesgos que se encarga de la gestión “eficiente” de los riesgos. Ni que decir tiene que es la Alta Dirección la máxima responsable de identificar todos los riesgos a los que está expuesta la entidad así como de aprobar la estrategia de riesgos.

En la actualidad, y debido a la importancia cuantitativa de los riesgos, se han introducido Modelos de gestión del riesgo con el objetivo de identificar, medir, analizar y controlar los riesgos. Ahora bien, como dice el premio nobel Joseph E. Stiglitz en su último libro “Caída libre”, “las predicciones de un modelo son sólo tan buenas como las suposiciones en las que se basa; si uno estima incorrectamente las probabilidades todas las conclusiones del modelo estarán equivocadas” y continúa diciendo “muchos de los responsables de los mercados no tenían la facultad de evaluar si los modelos eran correctos o no” También hace referencia al hecho de que muchos responsables tenían pocos incentivos para comprobar la bondad de dichos modelos, debido a las magníficas retribuciones que estaban obteniendo.

En fin, poco más que añadir salvo que tampoco quedan inmunes las autoridades supervisoras.

martes, 20 de julio de 2010

Stress Test

Tomen nota de la siguiente fecha: 23 de julio de 2010. Bruselas publicará los “Stress Test” o “Pruebas de Stress” realizados a gran parte de los bancos europeos. Con ello se pretende restablecer la confianza en los mercados.

Otro ejercicio de hipocresía, definida por la Real Academia de la Lengua como “Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan”.
A pie de calle continúan los mismos problemas, incluso agravados en algunos casos, desempleo, ajustes salariales, embargos, cierre de empresas, …; pero qué se apuestan a que los resultados que nos van a mostrar reflejarán que la mayoría de los bancos y cajas se encuentran en una situación mejor a la prevista. Las propias entidades financieras, que no se fían de sus competidoras, van encontrar un respaldo en Bruselas para continuar con las prácticas habituales de estos últimos años.

Ellos se lo guisan, ellos se lo comen.

¿Por qué digo esto?

Los “Stress test” son una herramienta que se utiliza para medir ciertos riesgos en el mundo financiero, pero se trata de una herramienta complementaria a otras, como pueden ser el VaR, el análisis de escenarios, etc. Con esta herramienta se crean escenarios “virtuales” en los que se definen un conjunto de movimientos para determinadas variables del mercado y se miden los efectos que estos movimientos provocan; por ejemplo, variables como la tasa de desempleo, el tipo de interés, el PIB, … y se estudian posibles variaciones y sus consecuencias.

El secreto de todo ello se encuentra en que dichas pruebas se crean para un número determinado de parámetros y es la propia entidad financiera la que decide cuáles considera relevantes para el futuro. Se corre el riesgo de introducir variables inútiles.

En definitiva, pretenden convencerse (y convencernos) de que se encuentran en óptima situación, basándose en la probabilidad de ocurrencia de movimientos extremos en los mercados, cuando es conocida la imposibilidad de estimar probabilidades. Es decir, el buen funcionamiento de la economía, la mejora de la confianza de los mercados, tiene su arranque en un escenario “virtual” del mercado con un alto nivel de subjetividad.

Difícil entender cómo hemos llegado a esta situación con la cantidad de buenos modelos de predicción que poseen los grandes gurús financieros, élites empresariales y políticas. Claro que un día aparece un cisne negro, como dice Nicholas Taleb, y el castillo de naipes vuelve a derrumbarse de forma estrepitosa ¿Y quién se hará cargo?

sábado, 17 de julio de 2010

Campeones y primas.

Un lector anónimo de este blog me interpelaba para que escribiese un post analizando la repercusión de la última hazaña de la selección española de fútbol (repercusión económica, claro está).

Pues bien, si partimos de la información que manejamos la mayoría de nosotros: “los jugadores de la selección española de fútbol se embolsarán cada uno de ellos 600.000 euros por haberse proclamado campeones del mundo”, lo primero que deberíamos analizar es la fuente, ¿de dónde procede esa cantidad de dinero? Los jugadores de la selección han negociado las primas con la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), por lo que será ésta la encargada de abonar dichas primas. Las dudas que muchos de nosotros albergamos proceden de cómo se financia la RFEF, ¿somos los españoles los que hemos pagado con nuestros impuestos las primas que ahora serán repartidas?

Según las informaciones que manejo, la mayor parte de la financiación de la RFEF procede de los patrocinadores (empresas e instituciones); así pues, y como nos encontramos en período estival, vamos a ser buenos y a considerar que las arcas del Estado no serán las que pagarán los cerca de catorce millones de euros (creo recordar que eran 23 jugadores).

¿Qué supone para los jugadores tal cantidad de dinero? Si mis “amigos” de Hacienda no me corrigen, estos 600.000 euros deberán tributar en la base general del Impuesto sobre la Renta, por lo que serán gravados con un tipo impositivo máximo, actualmente en el 43%, lo que supondrá un importe de 258.000 euros a cada jugador.

Mi lector anónimo me preguntaba también por el destino de estos impuestos. Bien, como dice la Ley General Tributaria, los impuestos son tributos y éstos son ingresos públicos cuyo fin primordial es sostener los gastos públicos. Así que supondremos que formarán parte de los presupuestos del Estado. Eso sí, hemos sido campeones en 2010, por lo que estas primas serán declaradas en el año 2011. También es cierto que ya se habrán aplicado las retenciones correspondientes en el momento de su abono.

Por último, una puntualización; he leído en algunos medios que muchos jugadores (desconozco si todos) han realizado donaciones a diferentes ONGs; estas donaciones tendrán una desgravación en el IRFP de hasta un 25%.

¿El mundial ha sido rentable para los españoles? Vamos a creer que sí, que gracias al hecho de habernos proclamado campeones del mundo los Patrocinadores (empresas e instituciones) de la Federación de Fútbol van a ser los que alivien un poco las arcas del Estado. ¿Anímicamente? Sin duda, al menos durante unos días.

miércoles, 14 de julio de 2010

Bancos y similares

Hace unos meses, durante una conversación que mantenía con un amigo al que aprecio mucho, éste me comentó por qué no explicaba los motivos por los cuales las Entidades Financieras (él nombró a los bancos) ya no nos concedían préstamos, cuando hacía apenas un año estaban dispuestos a financiar todo lo que necesitáramos. En ese momento tenía ya claro cuál era el problema y cuál era la respuesta más sencilla ¡No tienen dinero! Me explicaré.

Lo primero, y aunque parezca obvio, qué es una entidad financiera y cuál es su función principal. Entre las más conocidas podemos citar a los bancos comerciales y a las cajas de ahorro, cuya actividad principal es la de actuar como intermediarios entre aquéllos que tienen excedentes de dinero, es decir, los ahorradores, y aquéllos que necesitan dinero para sus proyectos, los demandantes.
Una de las peculiaridades del sistema financiero es su capacidad para “multiplicar” el dinero; sí, como lo leen. Son capaces de multiplicar el dinero que nosotros ingresamos, por ejemplo, en una cuenta de ahorro. Debe de ser de los pocos milagros que se producen en la actualidad. Espero que nadie se ofenda, sólo es una broma. Pero lo cierto es que son capaces de producir este “milagro”. El proceso no es complicado, aunque evitaré explicarlo en su totalidad para no aburrirles. Únicamente decirles que, por ejemplo, a partir de un depósito inicial que nosotros realicemos, la entidad financiera a través de sucesivos préstamos y nuevos depósitos va creando dinero en el sistema, hasta un cierto límite. Éste viene impuesto por las autoridades a través del llamado “coeficiente de caja o de reservas”. Así, por ejemplo, un depósito inicial de 1000 euros podría convertirse en varios depósitos cuya suma total podría ser de 5000 euros, en función de cual sea dicho coeficiente.

Ahora vamos a realizar un simple ejercicio de imaginación y supongamos que parte de estos préstamos han sido concedidos a empresas constructoras, a personas que deseaban comprar vivienda, vehículos, etc. y, como ya tenemos cierta experiencia de lo que ha ocurrido en nuestro país, también vamos a suponer que uno de estos clientes que ha recibido un préstamo tiene dificultades para devolverlo. ¡Un pequeño problema para la entidad financiera! Otro día, uno de los clientes de esta entidad, decide retirar su depósito. ¡Tampoco hay problema! Las entidades financieras acuden con frecuencia a los mercados financieros para obtener los recursos que utilizan en su funcionamiento diario. En estos mercados se prestan unas a otras el dinero que precisan a través de una serie de operaciones (subastas, préstamos, …), a cambio de ciertas garantías. Hasta aquí todo normal, salvo el problemilla del impago que se avecina por parte del cliente que no puede devolver el préstamo y el depósito cancelado por el otro cliente.

Pero un día nos levantamos y escuchamos las noticias sobre los problemas que padecen algunas empresas del sector de la construcción y también escuchamos que se sospecha que algunos bancos pueden estar afectados por la situación. Escuchamos que las bolsas están cayendo con fuerza; se anuncian intervenciones bancarias y de entidades aseguradoras,… ¡Empieza el pánico! En la televisión se pueden ver personas a las puertas de algunas entidades bancarias que quieren retirar sus depósitos (no en España).
Los préstamos que nuestra entidad había concedido comienzan a mostrar síntomas de morosidad, pero a pesar de ello tiene que seguir funcionando; tiene clientes que demandan líneas de crédito, préstamos, descuentos de efectos, clientes que emiten talones y pagarés que deben ser atendidos con fondos depositados en la entidad, etc. No tiene otro remedio que acudir nuevamente a los mercados, pero, ¡sorpresa! ya no es tan fácil conseguir los fondos que precisa. Los medios de comunicación anuncian problemas en el sistema financiero y las entidades financieras comienzan a mirarse con recelo unas a otras ¿Cuál de ellas tendrá problemas de solvencia? ¿Quién prestará fondos sin la seguridad de que le vayan a ser devueltos o sin las garantías suficientes? Aquellas entidades dispuestas a prestar exigen un tipo de interés muy elevado que en muchos casos no puede ser asumido por las que necesitan financiación. Y aquí entran en juego las autoridades, los gobiernos de cada país, apoyando a sus bancos, cajas; avalándolas para que puedan obtener recursos a un coste más bajo, pero exigiendo a cambio que la financiación llegue a empresas y familias. Pero ésta no llega ¿Por qué? Algunas tienen verdaderos problemas de solvencia como consecuencia de la alta morosidad que padecen y deben hacer frente a los intereses de los préstamos que las propias entidades han recibido, por lo que utilizan los fondos obtenidos (a un tipo de interés del 1%) para reinvertirlos (por ejemplo, en deuda pública al 4%) en lugar de canalizarlos a la sociedad.
Ante los requerimientos por parte de las autoridades para que el crédito llegue a las familias, algunas de estas entidades han buscado la forma de eludir esta obligación concediendo préstamos a sus mejores clientes, con el compromiso de que éstos depositen en cuentas de la propia entidad esos préstamos. De esta forma aparecen reflejados en los balances la concesión de nuevos préstamos.
Otro síntoma de que algo no va bien lo podrán comprobar si echan un vistazo a la prensa económica, y verán que existen entidades que actualmente ofrecen depósitos a sus clientes al 4% para intentar captar financiación, posiblemente debido a las dificultades y al elevado coste exigido para adquirirla en los mercados financieros.
Estando así las cosas no se extrañen de que resulte complicado conseguir un préstamo o renovar una línea de crédito; las entidades miran con lupa a quiénes deben financiar (algunas de ellas tienen entre sus activos más ladrillos que dinero, y el poco que tienen lo soltarán con las garantías suficientes y con un coste elevado). “El presidente del BBVA reconoció que la banca española tiene problemas severos para financiarse en los mercados de capitales” (14/06/2010).

En 1863, Hugo McCulloch, interventor de la moneda y posterior secretario del Tesoro de Estados Unidos, dirigió una carta a todos los bancos nacionales en la que daba ciertos consejos a los banqueros respecto a lo que debería ser un “recto proceder”; algunos consejos eran: “No conceda créditos que no estén asegurados más allá de toda contingencia razonable”; “Los créditos elevados concedidos a una firma o a un individuo únicos, aunque pueden ser lícitos y necesarios, son generalmente poco juiciosos y frecuentemente inseguros”; “Pague a sus empleados salarios que les permitan vivir con holgura y respetabilidad sin tener que robar, y exíjales la totalidad de su tiempo”; “Si tiene razones para desconfiar de la integridad de un cliente, ciérrele su cuenta”. ¿Aplicables hoy en día?

Para terminar les contaré un caso real; cuando todavía vivíamos en el país de las maravillas, cuando el crédito fluía por doquier, un amigo (otro) acudió a la sucursal de su entidad bancaria de toda la vida, donde tenía sus ahorrillos, para hablar con el director (omitiré nombres). Le planteó la oferta (mucho mejor) que desde otra entidad le hacían si realizaba un depósito durante un plazo de tiempo. El director, muy amable y ufano, con una gran sonrisa, le contestó que podía llevarse su dinero puesto que el “Presidente” de la Entidad tenía tanto dinero que no necesitaba más.
Seguramente este director, y otros como él, andarán hoy puerta por puerta intentando conseguir captar esos eurillos que tanto necesitan.

En fin, el tema es un poco más complejo de cómo lo he contado; posiblemente habrán oído hablar de hipotecas basura (subprime), titulizaciones, swaps, depósitos estructurados, etc. que han complicado todo el panorama mundial, pero les aseguro que lo que he expuesto se aproxima mucho a lo que ha sucedido. Espero que la explicación haya sido del agrado de mi querido amigo, y de ustedes.


sábado, 10 de julio de 2010

El FMI y LaFontaine.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) fue creado inicialmente con la misión de intervenir para estabilizar los mercados financieros; pero, a partir de la década de 1980, como expone Sami Naïr en su libro “El imperio frente a la diversidad del mundo”, se ha convertido en el agente de recaudación de la deuda de los pobres, junto al Banco Mundial.

Los países que desean obtener ayuda de estas instituciones tienen que llevar a cabo políticas de ajuste estructural en sus economías; ajustes que se pueden resumir en cuatro pilares: Apertura de los mercados, reducción del déficit presupuestario (se traduce en desmantelamiento de los servicios públicos: educación, sanidad, …), privatización de las empresas públicas (caen en manos de grandes multinacionales) y reducción del número de funcionarios.

Estas políticas han demostrado ser catastróficas tanto en lo social (aumento del paro, de la pobreza, deterioro de la educación y sanidad) como en lo económico y, a pesar de existir suficientes pruebas documentadas, aún siguen teniendo amplia repercusión ¿Tendrá algo que ver el hecho de que Estados Unidos posee más del 17% de los votos?

Un aficionado a la horticultura, medio burgués, medio patán, poseía en cierto pueblo una huerta bastante maja y bien cercada con un seto de arbustos. Allí crecían la acedera, la lechuga, flores con que ofrecer un ramillete a Margarita el día de su santo; poco jazmín de España y serpol abundante.
Como una liebre viniera a turbar tanta ventura, nuestro hombre fue a quejarse al señor del pueblo. “El maldito animal va a tomar en mi huerta sus comidas de la mañana y de la noche” – se lamentó el buen hombre -, “y se ríe de los cepos. Fracasan igualmente las piedras y los palos. Para mi cuenta que es bruja”.
“¡Bruja, eh! Pues se las verá conmigo, así fuera el mismo diablo” – replicó el señor – “pese a todas sus tretas, Miraut la pescará en seguida. Por vida mía, buen hombre, que he de libraros de ella”.
“¿Cuándo será?
“Mañana mismo, sin más tardar”.

A la mañana siguiente, presentose en efecto con su gente. “Almorzaremos, pues” – dispuso el caballero; “¿son tiernos vuestros pollos?” …

Y después del almuerzo, el barullo de los cazadores. Todos se animan y todos se preparan. Las trompas y los cuernos meten tan infernal ruido, que el hombre está pasmado. Más lo peor fue el lastimoso estado en que quedó la huerta y la vivienda: adiós tablas, cristales, escarolas y puerros, sin que nada quedase para echar al cocido…

El buen hombre exclamaba: “¡Juegos de príncipes son esos!” Pero no le hacían caso, y entre perros y hombres hicieron más estragos en una hora del que hubieran podido hacer en cien años todas las liebres de la provincia.

¡Oh, príncipes pequeños! Solventad entre vosotros vuestros pleitos; insensatos seríais recurriendo a los reyes. Jamás debéis mezclarlos en vuestras contiendas, jamás hacer que entren en vuestras tierras.

jueves, 8 de julio de 2010

Ahorro.

Cuando se habla de crecimiento económico se suele hacer hincapié en su acepción cuantitativa, obviando la que quizás sea la más importante, el bienestar o mejora en las condiciones de vida de los ciudadanos.

Uno de los determinantes básicos del crecimiento es la actitud de la sociedad frente al ahorro; se reconoce de forma unánime el hecho de que para que una economía crezca (en sus dos acepciones) es necesario llevar a cabo inversión, y esta inversión está condicionada por la capacidad de ahorro de la sociedad. Aquellas economías que sacrifiquen el consumo actual para incrementar la acumulación de capital estarán sentando las bases de un mayor crecimiento en el futuro.

No ha sido éste el escenario que ha predominado durante los últimos años, a la vista de la monumental deuda contraída por el sector privado; más bien ha sido todo lo contrario, consumo masivo y ahorro negativo.

Mejora la confianza del consumidor” Esta frase se ha podido ver en algunos medios de comunicación recientemente. ¡Las bolsas empiezan a frotarse las manos!

miércoles, 7 de julio de 2010

Paradojas.

Bueno, podemos leer en la prensa que el Tesoro ha colocado 6000 millones de deuda (obligaciones a 10 años) a los grandes inversores, y habría colocado aún más, pues demanda había. Al final con un coste (interés) del 4,874%. Eso sí, una de las Agencias de calificación (ver post anterior) tiene previsto rebajar el rating de la deuda española, creo recordar que en el mes de octubre.

En una publicación anterior había comentado esta peculiaridad; mientras la solvencia del reino de España (y otros países) se pone en entredicho, obligando a subir los tipos de interés de sus emisiones de deuda, los grandes inversores compran todo el papel que se ofrece. Paradójico.

Sospechoso también el hecho de que días antes de que el Tesoro efectúe una subasta de deuda salgan a los medios de comunicación todo tipo de noticias haciendo hincapié en los problemas que padecemos (déficit público, desempleo, etc.).

Otra forma de actuación de estos grandes inversores es la operativa “a corto”; venden algo que no tienen, que toman prestado, como pueden ser bonos del tesoro, y por medio de los instrumentos que tienen a su disposición hacen correr todo tipo de rumores con el objetivo de que dichos bonos caigan en su cotización de forma estrepitosa. Posteriormente los compran para devolverlos y así se garantizan unas buenas rentabilidades durante un plazo. Es el mercado.

El Tesoro tiene previsto realizar el 5 de agosto, el 2 de septiembre y a mediados de ese mismo mes nuevas subastas. Estaremos atentos, en los días previos, a las noticias sobre los problemas de la economía española.

martes, 6 de julio de 2010

¿A dónde vamos?

Durante estos últimos años parecía existir en la sociedad un único objetivo, el crecimiento. Países y empresas se marcaban metas de crecimiento continuo; los primeros mostraban al resto del mundo su capacidad para crecer, con tasas del PIB (Producto Interior Bruto) que superaban una y otra vez a las publicadas en años anteriores; se suponía que con esas tasas se lograba aumentar la calidad y bienestar de sus ciudadanos. Las segundas, tenían como objetivo mostrar a sus accionistas y a los mercados las virtudes de sus negocios. Sus cuentas de resultados mostraban dígitos sorprendentes; la cotización de sus acciones subía hasta límites insospechados creando un falso efecto de riqueza. Se buscaban nichos de mercado y se creaban necesidades en los ciudadanos con el único propósito de aumentar el consumo; los “bonus” (millonarios) de los directivos dependían de ello.

En uno y otro caso, el objetivo del crecimiento se superponía a cualquier otro logro; se vendían los efectos positivos de dicho crecimiento mediante términos como “Responsabilidad Social Corporativa”, “Crecimiento sostenido” …

En 1972, una organización formada por más de 100 especialistas (científicos, economistas, sociólogos, …), independientes, denominada el “Club de Roma”, publicó un informe titulado “Los límites del crecimiento” en el que se advertían las consecuencias que tendría una irreflexiva búsqueda de crecimiento indiscriminado por parte de los países industrializados: agotamiento de los recursos mundiales, deterioro del medio ambiente y predominio de los valores materiales en la sociedad.

40 años después ¿Qué ha sucedido?

Vuelve a estar de actualidad el debate sobre la energía nuclear (agotamiento de los recursos) y el calentamiento de la tierra (deterioro del medio ambiente); respecto al predominio de los valores materiales poco que añadir; en otro informe publicado en 1991 esta organización afirmaba: “las superficiales satisfacciones del consumismo son incompatibles con una vida humana digna que necesita un profundo sentido de la propia personalidad. Conduce, a través de la codicia, a muchas de las manifestaciones del malestar …”.

El tiempo vuela, nuestras vidas se acaban y, sin embargo, somos incapaces de vencer nuestra insaciable ansia por adquirir más y más posesiones mundanas”.

ADI SHANKARACHOYA.
Filósofo hindú. S. VIII.

domingo, 4 de julio de 2010

El pescador.

Cuentan que un banquero se encontraba en el puerto de un pequeño pueblecito costero cuando vio acercarse un bote con un pescador; dentro del bote observó que se encontraban varios atunes de buen tamaño y preguntó al pescador cuánto tiempo había tardado en pescarlos. El pescador le respondió que no mucho. ¿Entonces por qué no permanece más tiempo en el mar y saca más pescado? Le preguntó el banquero.

El pescador le respondió diciendo que tenía suficiente para su familia y para él.

¿Qué hace usted con el resto de su tiempo? Preguntó el banquero.

Me levanto tarde, salgo a pescar, juego con mis hijos, duermo la siesta, juego al dominó y a las cartas, tomo una cerveza y toco la guitarra con mis amigos. Respondió el pescador.

Si me lo permite, podría darle unos consejos para que pudiera obtener unos buenos beneficios con su arte – le dijo el banquero; debería emplear más tiempo en la pesca y con los ingresos que obtuviera comprar una barca más grande, con los ingresos del bote más grande comprar varios botes, y así tendría una flota de barcos. En lugar de vender el pescado a un intermediario lo podría hacer directamente a un distribuidor, o incluso abrir su propio punto de venta en la ciudad. Debería controlar la producción, el procesamiento y la distribución. Debería salir de este pueblo e irse a la capital, luego a otras ciudades más grandes desde donde manejaría su empresa en expansión.

El pescador preguntó: Pero, ¿cuánto tiempo tardaría en hacer todo eso?

A lo que el banquero respondió: Entre quince y veinte años.

Y luego ¿qué?, dijo el pescador.

El banquero se rió y dijo que esa era la mejor parte: cuando llegue la hora deberías anunciar una Oferta Pública de Venta para vender las acciones de tu empresa al público. Te volverías rico y tendrías millones.

Millones… y luego ¿qué? Dijo el pescador.

Luego te puedes retirar a un pueblecito costero, donde podrías levantarte tarde, salir a pescar, jugar con tus hijos y nietos, dormir la siesta, acercarte todas las noches al bar a tomarte una cerveza, jugar al dominó y a las cartas y tocar la guitarra con tus amigos. Sentenció el banquero.

jueves, 1 de julio de 2010

Manipulación.

Leo, hoy, en la edición digital de “La Voz de Galicia” el siguiente titular, en letras grandes y rojas, “Las compañías de telefonía aplican el nuevo IVA al consumo de junio”. ¡Ya está montada!

¿Cuál es el objetivo de manipular a la opinión pública de esta manera?

Estoy seguro de que los periodistas han contrastado la información antes de ser publicada y, posiblemente, han consultado con fuentes informadas y autorizadas la operativa del impuesto.

En las operaciones de tracto sucesivo o continuado, como puede ser un arrendamiento de un local, o en este caso, un servicio de telefonía, el devengo del impuesto se produce en el momento en que se exige el pago del servicio, es decir, si, por ejemplo, el alquiler del mes de junio se ha estipulado en el contrato que será pagado durante los primeros días del mes de julio, se aplicará el tipo impositivo vigente en ese momento. Ídem para la factura del teléfono.

¿Por qué este intento de manipular y confundir a la sociedad? ¿Podemos fiarnos del resto de titulares? Después de leer la prensa o escuchar las noticias no nos va quedar otro remedio que acudir a especialistas en el tema para contrastar la información.