Paguemos la deuda pendiente, uno tiene que ser fiel a su palabra. Con anterioridad les había hablado de la propuesta número 9. Quedaban otras ocho por analizar. Me estoy refiriendo a las propuestas realizadas por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA) para la reforma de la negociación colectiva en España, y, como ya les había comentado, debido a la importante influencia que suele tener esta Fundación, creo que es interesante conocer por donde van a ir los tiros.
Sinceramente, la mayoría de las propuestas efectuadas requerirían un análisis más profundo que cae fuera de las intenciones de este blog. Por este motivo me limitaré a aquéllas que tienen, en mi opinión, una influencia más directa en la población. El resto afectan más a la formas que a la negociación en sí.
En uno de los apartados recogidos en la introducción del documento se dice que “La salida de la crisis requiere una profunda reasignación sectorial del empleo y un aumento sustancial de la flexibilidad interna de las empresas”. Reasignación y flexibilidad (conceptos clave), “…inviables con la estructura y contenidos actuales de la negociación colectiva”, “…generan una alta persistencia de la inflación, pérdidas de competitividad, un bajo crecimiento de la productividad y una excesiva volatilidad del empleo”.
Sin entrar a valorar la veracidad de estas afirmaciones (habría mucho que hablar), las propuestas son:
Propuesta 1. Concurrencia entre convenios.
Se propone que la negociación dentro de cada empresa tenga la misma relevancia que la negociación en ámbitos superiores. Se considera que empresarios y trabajadores tienen muy complicado negociar en el ámbito de la empresa cambios mutuamente beneficiosos de las condiciones de trabajo (bastante curioso este punto; suena raro que dos partes no puedan alcanzar acuerdos cuando ambas salen ganando).
Propuesta 2. Acuerdos de no aplicación del régimen salarial.
La propuesta viene a decirnos que los acuerdos que existan en las empresas se renueven de forma indefinida si las causas que los originaron continúan vigentes.
Propuesta 5. Limitación de la ultraactividad.
Al parecer, los convenios generan una gran inercia en las condiciones de trabajo que impide a las empresas actuar con rapidez ante los cambios externos que se producen. Ante esta situación acuden al despido con gran asiduidad, sin plantearse otras medidas.
La propuesta hace hincapié en que transcurrido un año sin alcanzar un nuevo acuerdo de convenio las cláusulas del actual decaerían (según la Real Academia de la Lengua: perder alguna parte de las condiciones o propiedades que constituían su fuerza, bondad, importancia o valor).
Propuesta 6. Objetivo de competitividad.
La economía española padece un problema de competitividad; los costes laborales unitarios se han incrementado durante los últimos años con respecto a la media de la zona euro.
La propuesta busca que estos costes crezcan a un ritmo inferior a los de los países más competitivos. (No es el único modo de conseguir una mayor competitividad, pero, en fin, parece la más fácil).
El resto de propuestas hacen referencia a la implantación de un árbitro ante la aparición de discrepancias en la negociación, a la representatividad de las empresas y los trabajadores en número suficientemente amplio, a la creación de un foro anual de competitividad y una agencia independiente que se encargue de recolectar y distribuir datos.
En definitiva, estas son las propuestas (junto a la número 9 ya comentada) que posiblemente vayan a formar parte de las discusiones en un futuro reciente. Estemos o no conforme con los análisis realizados sobre la situación económica, estoy seguro de que veremos en los medios de comunicación bastantes referencias a estas propuestas. Es tiempo de cambios.