jueves, 24 de marzo de 2011

Sin palabras.

Sin palabras, sí. Así se quedó este humilde autor, e imagino que muchos más, cuando leyó en la prensa que la crème de la crème empresarial, las grandes organizaciones de nuestro país, las que cotizan en el selectivo IBEX 35, superaron, en su conjunto, los 50.000 millones de beneficios durante el ejercicio 2010. La noticia no indica si este beneficio es bruto, consolidado, o neto (después de impuestos). Simplemente, 50.000 millones.

Lo cierto es que, para ser sincero, no me quedé sin palabras. A pesar de que la noticia aparecía en las portadas de los medios de comunicación online, los que conocemos un poco como funciona este mundillo, nos sorprendemos menos. Al fin y al cabo es lo que se busca, como dice el refrán, nadie da puntada sin hilo.

Ingresos menos costes, el resultado, el beneficio (obviando impuestos).

Sufrimos un problema de productividad o, si quieren, también de competitividad, según el mantra que se ha instalado recientemente entre la población; como solución se propone, de forma mayoritaria, actuar sobre el sustraendo de la relación anterior, es decir, sobre los costes, para evitar que los costes laborales unitarios crezcan por encima de la productividad.

Curioso. El resultado, una mayor diferencia, un mayor beneficio. Mayores beneficios suponen mayores dividendos a repartir, por lo que se consigue retribuir de forma más generosa al propietario, al dueño, al capitalista.

¿El futuro? Realizando un sencillo ejercicio de imaginación, y considerando que la crisis no afecta a las grandes, obtendremos el próximo ejercicio unos mayores beneficios. Los ingresos de las empresas aumentarán (siempre aumentan, ya sea por incrementos en los precios, ya sea como consecuencia de aumentar su cuota de mercado –clientes-) y los costes también aumentarán, aunque en menor medida (ya saben, indexar salarios a productividad). SOLUCIÓN: conviértanse en capitalistas, compren acciones de las grandes empresas; el mundo económico, financiero y político pondrá todos los instrumentos necesarios para que esos sean los resultados. Con alguna excepción. ¡Y todavía crean un “Consejo Empresarial para la Competitividad”!

4 comentarios:

Manuel dijo...

Estimado Sr economista, vaya sugeriendome donde invierto, va a volver la bosa a dar la productividad que dio en los años 1996,1997 y 1998.
Un saludo, me gusta mucho su blog.

El autor. dijo...

Lo primero, gracias. ¿La Bolsa?, espero y creo que volveran las productividades, aunque cuándo ya es más complicado,demasiadas turbulencias. ¿En que invertir? Eso lo dejamos en manos de los profesionales que se dedican a ello. Alguna recomendación, y dependiendo de la aversión al riesgo, sería buscar aquellas empresas que repartieran altos dividendos y que generaran flujos recurrentes de caja (sin duda, telefónica)y,por supuesto, buscando el medio-largo plazo.
Lo dicho, gracias. Y quién sabe, quizás un día incluya en el blog algunas recomendaciones sobre posibles inversiones. El tiempo dictará (es un tema que durante mucho tiempo me ha apasionado).

Beni dijo...

A miña muller acaba de comprarse un teléfono así que, polo que vexo, acertou de pleno.
¿Quén lle dí que iso non é, en certo sentido, "invertir" en Telefónica?.
Pola miña parte, que todo canto teño para invertir é o tempo, estou certo que empregalo lendo este blog non é, nen moito menos, unha mala elección.
¡Abaixo a proposta de ligá-los salarios á productividade! (e que estou lendoo no traballo).
Noraboa fenómeno.

Simon dijo...

El flujo de riqueza desde los trabajadores hacia los propietarios no es nada nuevo. He aquí un artículo que explica que el porcentaje de la economía británica que representan los sueldos ha bajado del 65% al 55% mientras los dividendos han pasado del 13% al 25% - http://www.independent.co.uk/opinion/commentators/johann-hari/johann-hari-as-the-irish-say-george-dont-start-from-here-2251114.html. "Qu'ils mangent de la brioche" dirán los empresarios como Marie-Antoinette! Saludos, Simon