sábado, 25 de septiembre de 2010

Hipotecas con suelo.

Esta semana me llamó al despacho un “director” de una entidad financiera para recriminarme lo siguiente: “estaba recomendando a sus clientes que se fueran a otras entidades”; la charla fue cordial, al fin y al cabo mantengo buena relación con él. El asunto era el siguiente. Esa entidad había ofertado un préstamo hipotecario a un cliente potencial. Entre las condiciones ofertadas se encontraba un tipo de interés del Euribor más un diferencial del 1 por ciento, aproximadamente se movía en torno al 2,44 por ciento. Pero tenía una desagradable sorpresa para el cliente que éste desconocía (la letra pequeña); este préstamo contenía una cláusula por la que se introducía un “suelo” en el tipo de interés del 3,5 por ciento; es decir, nunca se pagaría menos del tipo establecido como “suelo”. Adiós al Euribor + 1 por ciento.

El cliente me pidió asesoramiento y le expliqué la situación. Me parecía excesivo, ya que no se podría aprovechar de los tipos de interés bajos que actualmente existen. Le recomendé que negociase la eliminación del suelo o, en su defecto, buscase en otra entidad. Ahí surge la llamada. El cliente había acudido a la entidad para negociar. El director me llama y me dice que hace mucho tiempo que no veo una hipoteca, el suelo es innegociable y, por lo que a él respecta, sólo conoce una o dos entidades, como máximo, que oferten hipotecas sin suelo.

No discutí. Tengo la rara costumbre de documentarme antes de mantener una discusión y, francamente, Internet nos facilita mucho la labor. Era conocedor de que existían entidades financieras que ofertaban hipotecas sin estas cláusulas; así que me puse a buscar y, sorpresa, encontré más de dos: ING, Banco Pastor, Kutxa, Bankinter, Banco Popular, Caixa Galicia, BBVA, Barclays, etc., todas ellas ofertaban hipotecas sin suelo.

Cuando me suceden cosas como ésta pienso en lo osada que es la gente; mi querido director podría haberme dicho que el cliente presentaba ciertas dificultades para la obtención del crédito, por ejemplo, que su nivel de ingresos no era suficiente y se encontraba en el límite. Pero decidió darme un argumento que cualquiera de nosotros podría comprobar. ¿Desidia?

No nos dejemos engañar; las entidades financieras son empresas que ofrecen sus productos a los clientes y, además, compiten entre ellas, por lo que existen en el mercado ofertas para todos los gustos. Otra cosa es tener el perfil que se ajuste a dicha oferta.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

SIEMPRE TE AGRADECERÉ AMIGO ECONOMISTA EL ASESORAMIENTO QUE ME DISTE CUANDO EL BANCO ME QUERÍA CAMBIAR EL TIPO DE HIPOTECA.
SI NO FUERA POR TI PAGARÍA MÁS INTERESES QUE UN TONTO.
MUCHAS GRACIAS, NO ME IDENTIFICO, YA QUE ERES MI ASESOR PRIVADO.

El autor dijo...

Querido amig@:

Siempre es un placer poder ayudar a los que depositan su confianza en uno. Espero que este blog pueda seguir ayudándote.

Muchas gracias. Siempre a tu disposición.

JUAN ANTONIO PEREZ ALONSO dijo...

Hola Jose Angel, tal y como lo cuentas parece una película de fantasía, pero lo triste del caso es que (al margen de que es una realidad), los bancos, cuya labor principal es vender dinero, puede y tienen licencia para matar, ¿te imaginas que las zapaterías, no te permitieran probar el calzado, y cuando llegas a casa ves que el zapato tiene la suela de cartón?, esto es trasladable a la gran mayoría de las actitudes de los bancos. Creo yo....