lunes, 7 de febrero de 2011

Otro pacto.

Bruselas. 4 de febrero de 2011. Ante los “desafíos que afectan a Europa” (que no son pocos) los gobiernos francés y alemán han puesto en marcha de forma conjunta un nuevo proyecto para dar una respuesta adecuada a estos retos, proyecto denominado “Pacto de competitividad”. Las formas no han gustado entre algunos de los socios europeos, de hecho no han sido capaces de tocar ningún aspecto concreto.

El pacto contiene seis puntos a desarrollar:

a) Eliminar la indexación automática de salarios con la inflación. De entrada este punto ya ha recibido críticas. Se trataría de evitar que los salarios aumentasen al mismo ritmo que la inflación; otra pérdida de poder adquisitivo por parte de los trabajadores.

b) Adaptar la edad de jubilación a la evolución demográfica. A estas alturas supone poca novedad.

c) Reconocimiento mutuo de diplomas. La tan cacareada libertad de movimiento de los trabajadores por la Unión Europea se veía restringida al no reconocerse los títulos obtenidos en otros países.

d) Incluir en las constituciones disposiciones que fijen un límite de déficit o deuda. En mi opinión supondría dar cabida en la norma suprema a una posición ideológica.

e) Armonizar la base sobre la que se aplica el impuesto sobre sociedades. Actuar sobre los diferentes tipos impositivos vigentes en cada país de la UE resulta más difícil (la política fiscal es una materia en poder de los Estados).

f) Establecer un programa de resolución de crisis en el sector bancario. El objetivo es que los ciudadanos no paguemos las actuaciones irresponsables de algunos “brillantes” financieros.

Estos son los pilares, dos muy conflictivos: a) y d). En marzo intentarán dar un paso al frente ¿serán capaces? Alemania lo tiene claro: o se adoptan medidas en estos puntos o el recién creado Fondo Europeo para la Estabilidad Financiera, utilizado para ayudar a países con problemas de solvencia y para defender a la moneda única de los ataques, tendrá serias “dificultades” para que sea ampliado y flexibilizado, como pretenden los países europeos. ¿Chantaje? Como diplomacia parece un tanto agresiva.

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