miércoles, 30 de noviembre de 2011

Engrandecer.

Exaltar, elevar a alguien a grado o dignidad superior.

No hace mucho publiqué en el blog una referencia al recuperado impuesto sobre el patrimonio que estará vigente durante los años 2011 y 2012, a presentar en 2012 y 2013 respectivamente. Hacía mención a la degradación de clase a la que me había visto sometido. De golpe se me excluía fiscalmente de la clase media. Según el ala conservadora, los más afectados por el impuesto serían las clases medias.

Analizando la normativa estatal no había dudas de que ni de lejos me podría incluir entre los afortunados de tener un patrimonio neto superior a los 700.000 euros, excluida mi vivienda habitual. El nuevo mínimo exento me permitía a todas luces obviar este impuesto. Conmigo, no iba.

Pero, ¡sorpresa!, hoy he vuelto a recuperar mi condición de clase media, al menos mientras mantenga mi residencia en Galicia, o no se produzcan modificaciones legislativas. ¡Un subidón! He recuperado nuevamente mi estatus ¿Será el cambio de gobierno?

Y se preguntarán cómo ha sido. Pues estaba leyendo uno de esos Boletines Oficiales del Estado (recomendables antes de cualquier siesta), concretamente el del día 19 de noviembre de 2011, en el que se publicaba el Decreto Legislativo 1/2011 por el que se aprobaba las disposiciones legales de la Comunidad Autónoma de Galicia en materia de tributos cedidos. Como sabrán algunos, el impuesto del patrimonio es uno de los cedidos por el Estado a las Comunidades Autónomas y sobre el que éstas tienen amplias potestades para regular diferentes aspectos. ¿Y qué nos encontramos en este Decreto? El artículo 13, que dice: “El mínimo exento en el impuesto sobre el patrimonio se establece en 108.200 euros…” ¿Cómo? ¡Albricias! Esto significa que la base imponible se reducirá en 108.200 euros, no en los 700.000 euros regulados por la normativa estatal. Bienvenidos nuevamente a la clase media. ¿Será por esto por lo que nos decían que el impuesto sobre el patrimonio afectaría a las clases medias? Pitonisos.

Veremos como se resuelve esto. ¿Habré interpretado mal o existirá alguna disposición escondida? Seguiremos buscando. De momento, Bienvenidos.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Títere, monigote,

O "Pelele". Una palabra llena de connotaciones y que no suele dejar sensaciones agradables. Figura humana de paja o trapo que mantea el pueblo en las carnestolendas (carnaval). Deberíamos abogar para que la Real Academia de la Lengua incluyera una nueva definición o al menos que amplíe la actual: “Pueblo que es manteado de manera persistente por unos entes amorfos, intangibles e insensibles llamados mercados, con el patrocinio de unos políticos que carecen de cualquier atisbo de interés general”.

Porque mientras Angela se opone a un mayor intervencionismo del BCE y de la creación de los llamados eurobonos, el ministro francés de finanzas discrepa y pide que el BCE intervenga como prestamista de última instancia.

Mientras, y al margen de estos debates eternos y estériles, a los ciudadanos se nos está preparando para aceptar las medidas de ajuste que los neoliberales nos impondrán para salir de una crisis creada por sus prácticas irresponsables. Sus megáfonos están funcionando a todo volumen para que la propaganda cale de manera profunda y los contestatarios sean los menos posibles. Que el mensaje penetre, que la respuesta sea la claudicación, el vasallaje, la indiferencia.

Las consecuencias. No hace falta irse muy lejos. El que cumpla verá reducido su Estado de Bienestar de manera drástica, todo sea por ver crecer nuevamente la economía. El que no cumpla, pues ya saben. Visto en la red: “el banco central de Grecia afirma que la pertenencia al Euro está en riesgo. El incumplimiento de los objetivos fiscales y el retraso de las reformas fiscales han reducido la sostenibilidad de la deuda”. Un eufemismo, para no decir que la deuda que tiene el país heleno es insostenible.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Rebaja o exclusión.

¿Y por qué en la Comunidad de Madrid no se aplicará el Impuesto sobre el Patrimonio? Yo tengo algunas respuestas pero prefiero que ustedes saquen sus propias conclusiones.

Un impuesto que se ha recuperado temporalmente, durante 2011 y 2012, que no había sido suprimido, como algunos comentaban, sino que contaba con una exención del 100%. Un impuesto sobre el que las Comunidades Autónomas pueden regular aspectos tan importantes como el mínimo exento, tipos impositivos, deducciones y bonificaciones. Un impuesto que, según algunos políticos y medios de comunicación afines, recaerá sobre las clases medias. Una clase media a la que yo ya no pertenezco, de la cual he sido excluido. Me han rebajado la calificación de manera brusca, utilizando los términos que se han puesto tan de moda.

Porque se ha pretendido confundir a los ciudadanos aprovechando el oportunismo político. Un ejemplo: un matrimonio casado en régimen de gananciales. Cada uno de los cónyuges tributará por su vivienda habitual cuando ésta supere los 600.000 euros de valor, 300.000 euros de exención para cada uno. El resto de su patrimonio tributará cuando sea superior a 1.400.000 euros, neto, sin deudas. 700.000 para cada cónyuge.

Sin lugar a dudas, lo más habitual entre las clases medias. Lo dicho, me han rebajado la calificación hasta bono basura. Me han excluido de un golpe y porrazo de la llamada clase media. Mientras, en Madrid, no se tributará por el Impuesto sobre el Patrimonio. Ya tendrán tiempo de recaudar por otros medios.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

¿Sin relación?

Si en la entrada anterior recogía unas declaraciones del economista Richard Koo en las que podíamos comprobar la escasa relación entre el volumen de deuda pública y los intereses que pagan algunos países, véase Japón, hoy sacamos a la luz las reflexiones expuestas por el Nobel Krugman, que vienen a incidir en lo mismo.

Krugman se pregunta por qué Japón con una deuda mucho mayor (200% del PIB) que Italia paga un tipo de interés del 1%, cuando ésta tiene que emitir deuda al 7%. ¿Es el volumen el problema? O, por qué Reino Unido con unas perspectivas fiscales peores que las de España paga el 2%, mientras nuestro país se ve obligado a financiarse a tipos que se mueven en torno al 6%.

El Euro, es la respuesta. Al perder la posibilidad de imprimir dinero de manera individual (la política monetaria ya no les pertenece) los países europeos tienen que acudir a los mercados financieros en busca de financiación, en busca de préstamos en otras monedas que no es la suya (euro), con los riesgos que a estas alturas todos conocemos. Una falta de abastecimiento (los grifos cerrados) y un alto coste derivado de la desconfianza que se ha instaurado. Y también sabemos que el Banco Central Europeo en su lucha contra la inflación no está dispuesto a adoptar medidas que puedan poner en peligro la locomotora europea. Una inyección de dinero en el sistema puede provocar un incremento de los precios, algo que no sería oportuno para la competitividad de las exportaciones.

También nos dice Krugman, una vez más, que la austeridad que nos exigen para superar la crisis ha sido un fracaso en todos los lugares en los que se ha probado. Nos pone como ejemplo a Irlanda. Tras realizar unos ajustes brutales, el desempleo se ha disparado y los tipos de interés que abona por su deuda se encuentran por encima del 8%.

Francia, Austria y Bélgica sintieron ayer más que un ligero temblor al ver como sus primas de riesgo despertaban de su letargo.

¿Hasta cuándo seguirán preconizando las virtudes de la austeridad?

Y como cuando una cosa va mal todavía puede ir peor, podemos leer en la prensa que se encuentra al acecho un nuevo peligro. Las cámaras de compensación, las que intervienen en los mercados bancarios con el objetivo de asegurar que las transacciones entre las entidades financieras (bancos entre otras) se lleven a cabo sin riesgo de contrapartida. Si un banco no devuelve los préstamos será la cámara la que lo haga. Eso sí, a cambio exige garantías a las entidades, y las más importantes son la deuda pública. Con primas de riesgo superiores a 450 puntos respecto a la deuda alemana (el bono a 10 años) las garantías que exigen son mayores, lo que reduciría aún más la posibilidad de acceder a la financiación por parte de los bancos. En estos momentos, la prima de riesgo española supera los 450 puntos. Atentos al disparo. Pasó con Italia y sucedió con Irlanda que se vio obligada a solicitar el rescate.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Unas perlas.

"Cuando la demanda privada es anémica, cuando ni siquiera hay crédito, solo el sector público puede dar un volantazo para evitar la agonía".
"Esas curas de austeridad que receta Alemania son contraproducentes".
"Sin estímulos, a Europa le espera una larga temporada de atonía y a España dos décadas perdidas a la japonesa".
"La deuda japonesa está en el 200% del PIB, la estadounidense y británica en máximos, y en cambio los intereses que pagan esos países son bajísimos...".
"...al compartir el euro, el ahorro de los españoles vuela a Alemania, el país más seguro y sin riesgo de tipo de cambio. [...] ¿Qué hace Alemania con ese dinero? Nada de nada. Pero quizá eso cambie: la recesión les va a golpear. Van a tener que gastar".
"Si el próximo Gobierno (español) sigue con los recortes la recesión será muy dura, el paro crecerá y el déficit aumentará".

Más, aquí.
Richard Koo.
Economista jefe del Bco. de inversión Nomura.



viernes, 11 de noviembre de 2011

Más austeridad.

Será porque no lo avisamos en numerosas ocasiones. Ahora se dan cuenta y nos anuncian que tenemos una nueva recesión a la vista (recuerden que se trata de crecimientos negativos del PIB durante dos trimestres consecutivos), que las economías europeas no crecerán tras los ajustes a los que se vieron obligadas. Y todo para que Alemania no viera perjudicada sus exportaciones, su crecimiento.

Ni la política monetaria del BCE, con las sucesivas subidas de tipos de interés tras su insistencia en ver a la inflación como el gran problema de Europa, ni la deuda pública, vista como el ogro que ocupaba nuestros sueños y que nos obligó a llevar a cabo ese eufemismo llamado austeridad, también conocido como consolidación fiscal, que al fin y al cabo no es otra cosa que gastar menos y recaudar más, vía impuestos. No, no han sido medidas muy oportunas.

¿Pensaban que las economías crecerían suprimiendo la demanda? ¿Y ahora? Un primer giro. Fue suficiente que el BCE cambiase de presidente para que se produjese una rebaja del tipo de interés, 0,25%. ¿Está la política del BCE en manos de una sola persona? ¿Nos han cambiado a todo el equipo de asesores?

Y me temo que lo peor está por venir. Incluso Alemania, la protegida, corre el riesgo de entrar en recesión tras los intentos de los políticos europeos para que se mantuviese como la locomotora de Europa. A todas luces infructuosos. Miramos con envidia, ya ni siquiera de reojo, hacia EEUU y sus políticas de expansión fiscal, donde la inflación es el último de sus problemas, y donde continúan creciendo los brotes verdes que vieron la luz hace meses. Pero al mismo tiempo nuestros tecnócratas siguen exigiendo mayores sacrificios a pesar de los resultados decepcionantes. Ver para creer.

El Comisario europeo de Asuntos Económicos sigue insistiendo en los ajustes y, no siendo suficiente con éstos, amenaza con sanciones a partir del mes de diciembre para aquellos países que se muevan en la foto. Más leña.

El futuro, en boca del comisario: “Las empresas retrasarán o cancelarán sus planes de inversión…”, “los hogares consumirán con prudencia…”, “los bancos probablemente restringirán el crédito, limitando así a su vez las perspectivas de inversión y consumo”. Y a pesar de los pronósticos, concluye: “la consolidación fiscal se ha vuelto más urgente”.

¿A qué nos lleva esto? Si no existe consumo, ni inversión, se estima que los precios (inflación) se situarán por debajo del objetivo del BCE (2%), y con reducción del gasto y subida de impuestos (consolidación fiscal) algunos países lograrán cumplir con el límite del 3% de déficit marcado por el Pacto de Estabilidad.

Así que ya saben. La foto de familia saldrá perfecta, todo en su sitio. Cuando los diferentes organismos nos muestren satisfechos sus impecables informes macroeconómicos nos dirán que la situación se ha normalizado. Los cadáveres que vayan quedando por el camino es lo de menos. El objetivo, la excelencia en la obra final.

En definitiva, nos dicen que no creceremos (la economía), tendremos paro persistente durante un largo tiempo, y además, para nuestro consuelo, bajos precios (para el que pueda pagarlos). Y éste no es el peor de los escenarios.

Hoy estoy positivo.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Otra actualización.

No, no me he marchado. Todavía sigo por aquí, pero son tantas y tan variadas las noticias de estos días que escribir sobre lo que está sucediendo caduca a las pocas horas. Así que toca esperar acontecimientos y ver como termina todo el tinglado, aunque lo de terminar parece más bien un eufemismo. Lo mejor, resumir lo que está pasando:

27 de octubre. Fiesta. Las bolsas celebran por todo lo alto los acuerdos adoptados por los políticos europeos. Los bancos serán recapitalizados, Grecia recibirá el nuevo paquete de ayudas tras la quita de su deuda, el Fondo de Estabilidad recibirá una nueva inyección,… Los bancos europeos veían al final del día como su cotización subía de media un 9%. Los españoles menos, a pesar de ser los que más y mejores resultados obtuvieron en las pruebas de estrés. Curioso que tengan que recapitalizarse sin poseer deuda griega ¿Ocultarán algo que desconocemos? En fin, nuestro IBEX 35 también estaba en la fiesta y se apuntaba un 4%. Adiós a todos los problemas, parecía entenderse. Incluso las primas de riesgo bajaban.

28 de octubre. Seguía la fiesta a primera hora de la mañana. Las bolsas con su escalada. Ni los teóricos 5.000.000 millones de desempleados suponían obstáculo para que el IBEX subiera un 1%. Al cierre, cambio de tercio. Una bajada del 0,5% del IBEX era interpretado como una recogida de beneficios tras la orgía del día anterior. Sin mayor importancia. Un pequeño malestar tras horas de excesos. Claro que pocos se percataron de que la prima de riesgo había subido durante el día. Viernes, cierre de semana con buenos beneficios.

31 de octubre. Lunes. Empieza la semana. A primera hora de la mañana aparecen en los medios algunas noticias sobre las medidas que proponen los aspirantes a las elecciones del 20N y poco más, salvo una reseña en un medio de comunicación sobre la escasa incidencia de la crisis mundial sobre los más ricos. “Según el 15 informe anual sobre Riqueza en el Mundo, publicado por Merrill Lynch Global Wealth Management y Capgemini, en el año 2010 el número de particulares con grandes patrimonios, así como su riqueza, aumentaron respecto al 2009. Con este nuevo ascenso, que sitúa el número de grandes fortunas en los 10,9 millones de personas, son ya dos años consecutivos de alzas, superando incluso los niveles anteriores al estallido de la crisis”.

Pero llega la tarde y empieza a mascarse cierto nerviosismo. Ventas en los mercados bursátiles tras los rumores sobre las incertidumbres para poner en marcha los acuerdos adoptados por los líderes europeos. La resaca ya está durando mucho. Las primas de riesgo…

1 de noviembre. Irrumpe el miedo desde primera hora, y les aseguro que no tiene nada que ver con Halloween. Ahora sí que la fiesta finalizó y no con muy buenas sensaciones. El alcohol y los antidepresivos nunca son buenos aliados, según comentan los profesionales de la sanidad. El despertar se convierte en una terrible pesadilla, si no lo era ya.

Nuestra querida Grecia se lleva todos los titulares. Un nuevo pulso a la UE. Si primero no cumplieron los requisitos para poder recibir el sexto paquete de ayudas, ahora se plantean si quieren la ayuda (dimisiones en el gobierno y su ministro de finanzas ingresado por dolores en el estómago). El mundo financiero tiembla. Al garete las bolsas. Una quiebra del país heleno pondría en serias dificultades a los bancos europeos. Sumémosle la quiebra del fondo MF-Global en EEUU y tenemos la guinda en el pastel. Por cierto, ¿han visto que Rajoy y su equipo quieren potenciar el ahorro privado? Nuevos incentivos para los planes de pensiones. El mercado todavía no se lo ha agradecido.

Sarko-Merkel están muy enfadados.

¿Y hoy? Más de lo mismo. Aunque comienzan a aparecer los magos con sus conejos en las chisteras. No, no lo digo por Rajoy, sino porque si hace unos días descubríamos, mejor dicho, descubrían, los alemanes, un “error” de ¿55.000 millones?, ahora les toca a los irlandeses. Han descubierto que les sobran 3.600 millones de euros de deuda pública. Vaya, que no es suya y apareció ahí por casualidad.

Por último. Ayer pude leer en la prensa que el nuevo presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, había sido un alto ejecutivo del gran banco norteamericano de inversión Goldman Sachs, cuando éste ayudó al gobierno conservador del país heleno a ocultar su deuda (maquillar las cuentas, en definitiva). Lo que se dice meter el zorro a cuidar del gallinero.