miércoles, 10 de agosto de 2011

¿Transparencia?

El sábado pasado salían publicadas en un medio de comunicación las medidas anticrisis que el aspirante a Presidente del Gobierno tenía en mente si alcanzaba su objetivo. Algo que muchos dan por hecho.

Una de estas medidas es la nueva “Ley de Transparencia”. El texto recogido en prensa decía: que los ciudadanos “tengan un conocimiento absoluto de en qué se gasta su dinero, qué contratos se hacen o cuáles son los procedimientos de adjudicación”. Inmediatamente, y relacionado con este tema, recordé un artículo que había leído no hace mucho en una revista especializada.

“La ideología está notablemente relacionada con el nivel de transparencia municipal,… los gobiernos locales con ideología de derecha reducen de forma significativa los niveles esperados de transparencia”. Sí, sería conveniente una “ley de Transparencia”.

Rafael Martín y Fernando García, de la Complutense, han obtenido la anterior observación de uno de los modelos de regresión utilizados en un estudio sobre la transparencia de los ayuntamientos, y que ha sido presentado en el XVII premio AECA (la Asociación Española de Contabilidad y Administración de empresas) y galardonado con el accésit (el siguiente premio al ganador). Y a pesar de que, como ellos mismos dicen, “dado el carácter exploratorio de la investigación, el limitado poder explicativo del modelo (utilizado), y la juventud del Índice de Transparencia (ITA)… convendría profundizar más incorporando otras variables”, las conclusiones obtenidas son interesantes. Algunas:

“La mayoría de gobierno suele utilizarse inadecuadamente, convirtiéndose en un instrumento de poder excesivo, mientras que la estabilidad aporta mejoras en la transparencia, sobre todo en los partidos independientes”.
“Las administraciones públicas deberían reforzar y garantizar estándares mínimos de información. La voluntariedad se ha demostrado lenta e insuficiente”.
“La falta de transparencia debería llevar aparejado algún tipo de penalización…”.
Claro que también una de las conclusiones nos dice que los partidos nacionales presentan mayores niveles de transparencia, transparencia que se va diluyendo según se reduce el ámbito geográfico (gobiernos regionales y locales).


Por cierto, y volviendo al mundo financiero, los que ayer hablaban o criticaban la actuación del Banco Central Europeo por acudir al mercado secundario a comprar deuda pública (entre ellas la nuestra), calificando este hecho como “intervención encubierta”, desconocen (yo no lo creo) que, además del “objetivo principal” del BCE de mantener la estabilidad de precios (la inflación) también tiene encomendadas otras funciones como integrante del sistema europeo de bancos centrales, como es la de mantener la “estabilidad financiera” de la zona euro. ¿Mala fe? Cuanto peor, mejor.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Se te nota un poco el plumero.

Ana dijo...

Las ideologías de izquierdas, son buenas para algunos pero los que tenemos dinerito no las queremos.Un saludo.

Beni dijo...

Está claro: é unha simple cuestión de confusión lingüística. Onde din trasparente queren dicir invisible.

Anónimo: a mi lo que de verdad me parece es que las verdades ofenden.

Ana: tú lo has dicho y te honra. ¿Para qué andarse con tapujos? Otro.