jueves, 12 de agosto de 2010

Fraude.

Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución…”, y ésta dice, “Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos…”; al parecer frases (artículos) huecas, vacías de contenido, a la vista del barómetro fiscal publicado por el Instituto de Estudios Fiscales.

El 43 por ciento justifica el “fraude” fiscal, y como argumento esgrime que “las circunstancias obligan” o que “es lo normal”. Podría valer como disculpa (si miramos hacia otro lado) en tiempos de crisis como los actuales (yo nunca lo justificaría), pero lo chocante del caso es que durante los años de bonanza de este país, antes del 2008, un “50 por ciento” de la población ya justificaba el fraude fiscal.

¿Saben quiénes son los defraudadores para la población? Empresarios, autónomos, comerciantes y profesiones liberales con un 79 por ciento.

Quizás sea hora de que los poderes públicos se tomen en serio este problema e inicien una campaña para concienciar a la población. No puede recaer en unos pocos el grueso del sostenimiento de los gastos públicos (asalariados).

¿Cuándo seremos conscientes? Sanidad, educación, infraestructuras, ocio, etc. Existen ciudadanos que piensan que todo esto lo paga el “Estado” (un cliente mío se vanagloriaba de que él siempre había defraudado a Hacienda y nunca había tenido problemas), pero al parecer desconocen quién es realmente el Estado. Son los primeros en exigir servicios de calidad, mejores infraestructuras, … incluso se meten en política para exigir al partido que está gobernando (local, autonómico, central) más y mejores servicios.

Pero la incongruencia surge con la edad. El estudio publicado indica que los ciudadanos toleran el fraude mientras son menores de 54 años. A partir de ahí, y según van cumpliendo años, la tolerancia disminuye ¿Será por los problemas para cobrar las pensiones o por la necesidad de servicios sanitarios y sociales?

El tema es preocupante y requiere que se lo tome con seriedad. Mientras no seamos capaces de afrontarlo, mientras no se consiga reducir la bolsa de economía sumergida, difícilmente podremos formar parte de ese selecto club de países que tanto envidiamos. Y es cosa de todos; no crean que la clase empresarial es la única culpable (aunque sí la principal); existen “funcionarios” que incitan a vulnerar la legalidad. Como ejemplo, y no hace mucho, uno de éstos funcionarios (de ésos que tienen “prestigio” social) asesoró a un contribuyente para que no modificase su situación ilegal con el siguiente argumento: “todos hacen lo mismo”. ¡En fin,…!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Fraude fiscal:
Indudablemente puedo estar de acuerdo con tú comentario, pero deberiamos ver las diferentes circunstancias de dichos defraudadores, pequeñas empresas con impuestos abusivos, qué para poder sobrevivir, no les queda otro camino, ó defraudan ó cierran, no quiero con esto justificar el nivel de fraude en las mismas, pero existen mecanismos para disminuir el fraude en las mismas, con impuestos más bajos para poder mantener el empleo y la supervivencia de las mismas, se deben tomar medidas con especial vigilancia con las grandes fortunas, que utilizan paraisos fiscales para defraudar,reforma fiscal a nivel de SICAP, deportistas muy conocidos que fijan su residencia fiscal en dichos paraisos y presumen de españoles y tributan en dichos paraisos, las sociedades interpuestas, para limpiar dinero negro con diferentes tipos de empresas, pérdidas en sus balances y sirven de suterfugio para su fraude.
En definitiva persigamos el fraude, pero luchemos principalmente contra los grandes defraudadores, que tú y yo conocemos y posibilitaremos una fiscalidad menor con las PYMES, que son las verdaderas creadoras de empleo en este país.

Un saludo.

Fco. Javier Fernández Díaz
Mieres-Asturias.

El autor dijo...

Estimado Fco. Javier:

Sabemos que son las grandes empresas las que, debido precisamente a su dimesión, tienen la oportunidad o facilidad para llevar a cabo ciertos comportamientos ilegales (paraisos fiscales, grupos de empresas con domicilios fiscales en diferentes países que les permite tributar menos, etc.). Pero no comparto la impresión de que son las PYMES las grandes perjudicadas por los impuestos, hasta el punto de que o defraudan o cierran. Son muchos años trabajando con ellas y puedo asegurarte de que el problema es de mentalidad, no de altos impuestos (la presión fiscal en España es de las más bajas). Los impuestos recaen sobre los beneficios, no se pagan impuestos por el mero hecho de ser empresa.

Insisto en que todos, absolutamente todos, debemos cambiar nuestro concepto de "impuesto" si queremos unos servicios públicos con cierta calidad.

Gracias por el comentario.