lunes, 16 de agosto de 2010

El Corralito.

Durante los últimos tiempos, y como consecuencia de la crisis, se han escuchado comentarios que hacían mención a la posibilidad de que llegase a España el famoso “Corralito” ¿Pero sabemos realmente que fue El Corralito? Conocer un poco la historia ayuda a no volver a caer en los mismos errores o, al menos, a tener cierta sensación de tranquilidad.

La situación que se vivió en Argentina en 1991 fue fruto de errores tomados por los dirigentes durante los años anteriores.

Tras la dictadura, en 1982, llega al poder Raul Alfonsín y se encuentra con una grave crisis y una elevada inflación. Para combatirla se adopta como medida (entre otras) la creación de una nueva moneda, el “Austral”, que durante un corto periodo parece dar los resultados buscados. Sin embargo, seis años después, en 1988, la inflación se sitúa, nada más y nada menos que en el “343 por ciento” (España mantiene hoy el 1,9 por ciento).

En 1989 llega al poder Carlos Menen; la lucha contra la inflación continúa siendo el objetivo prioritario; ésta se logra contener a través de la Ley de Convertibilidad del Austral: 1 peso = 1 dólar.

Pero esta sobrevaloración de la moneda y la apertura comercial y financiera al exterior atraería a los especuladores (siempre están al acecho). El paro se dispara, la deuda externa se sitúa en torno a los 82.000 millones de dólares y el FMI comienza a presionar para que Argentina atienda sus compromisos con los acreedores internacionales.

En 1999 llega al poder Fernando de la Rúa. La situación continúa agravándose. Como consecuencia, en 2001 comienzan a evadirse capitales de los bancos argentinos; en un solo mes, más de 5.000 millones de dólares.

Y llega el 3 de diciembre de 2001; el Gobierno impone el Decreto 1570/2001 conocido como “El Corralito”; prohibiciones financieras para las entidades bancarias y, sobre todo, lo más impopular, la retirada en efectivo por parte de los ahorradores, como máximo 250 dólares ó pesos por semana. Además se restringieron las transferencias fuera del país. Se buscaba evitar la fuga de capitales y un crack bancario. En parte se consiguió, pero le costo el mandato al presidente De la Rúa, que dejó paso a Adolfo Rodríguez Saá; éste declaró la suspensión de pagos, la mayor de la historia de un país: 144.200 millones de dólares de deuda; el 54% del PIB. Su mandato duró 7 días.

El Corralito estaría oficialmente en vigor durante 90 días; duró 1.356 días.

Y volvamos a España; la deuda externa de los españoles a principios del 2010 era de 1,7 billones de euros, casi el 170 por ciento del PIB. Pero eviten comparaciones, las estadísticas engañan; la mayor parte de esta deuda es privada, de empresas y familias. El Estado español es el que tiene el endeudamiento público más bajo de la eurozona, el 75 por ciento del PIB aproximadamente.

Reino Unido con un 413 por ciento ó Irlanda con un 1.052 por ciento, según el FMI, se llevan la palma en cuanto a deuda externa.

Según los expertos, la situación seguirá siendo llevadera mientras no se incrementen los tipos de interés. También afirman que no existe riesgo de suspensión de pagos, que no se dejará caer a ningún país de la UE. De momento Grecia ha recibido ayuda (tenía una deuda externa similar a la española y alemana). Habría que preguntarles a sus ciudadanos cuáles son sus nuevas condiciones de vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Evidentemente no llegará el corralito, pero no sabe uno hacia donde tirar,probablemente Alemania.
Quizá en España, aunque somos más pobres se vive mejor.
Un saludo