sábado, 19 de junio de 2010

Multinacionales

Existen al menos dos corrientes de opinión totalmente opuestas, y sin embargo vinculadas, respecto al papel que juegan las grandes multinacionales en los países en los que se asientan.

Una de ellas, más próxima a las ideas neoliberales, defiende las virtudes que el establecimiento de estas enormes organizaciones supone para los países en desarrollo. Parte de la base de que en estos países la mayoría de la población es predominantemente rural, viven de la explotación masiva de la tierra obteniendo a largo plazo rendimientos decrecientes al no existir rotación de cultivos ni descanso suficiente para la tierra productiva. Asimismo, las rentas que obtienen deben ser repartidas entre todos los trabajadores rurales por lo que los salarios son muy bajos. La llegada e implantación de una multinacional en el país ejerce un efecto llamada lo que hace que la población rural abandone “voluntariamente” el campo y se traslade a las ciudades en busca de una renta superior y una mejora en su calidad de vida.
A pesar de que en los países desarrollados estos salarios se consideran indignos y a pesar de que las condiciones laborales se encuentran en los límites de la explotación, esta corriente defiende que los salarios que pagan las multinacionales son superiores a la media de los que existen en el país y que los trabajadores acuden de forma voluntaria, no obligados, en busca de un puesto de trabajo. Asimismo defienden que, al producirse un trasvase de población del campo a la ciudad, las rentas del campo serán más altas (al repartirse entre menos trabajadores) y se incrementará el nivel de vida de estos trabajadores, al tiempo que ayuda a que la tierra descanse y sea más productiva.
En definitiva, sostiene esta corriente que la implantación de una multinacional en un país subdesarrollado aumenta el nivel de vida en términos generales.

Existe otra corriente, más acorde con un posicionamiento social, que centra su análisis en un momento anterior al establecimiento de la multinacional en un país determinado. Sostiene que estas enormes organizaciones tienen una gran facilidad para trasladarse a cualquier lugar del mundo, allí donde la mano de obra es más barata y, lo más importante, el contexto ecológico y social menos limitador. Estas organizaciones concentran las actividades de alto valor añadido (investigación, desarrollo, …) en los países desarrollados e implantan en los países menos desarrollados las actividades que exigen una gran cantidad de mano de obra. Pero, ¿cuáles son estos países menos desarrollados? ¿Son elegidos al azar? Estos países compiten entre sí para ofrecer los mercados de trabajo más flexibles (despidos fáciles) y baratos, y los sistemas sociales menos limitadores y con pocas, o ninguna, limitaciones medioambientales. De esta forma, las multinacionales se instalan en aquellos países con estructuras económicas poco desarrolladas y unos sistemas sociales arcaicos y depauperados. Además, la sola amenaza de las multinacionales de salir de un territorio puede bastar para que las autoridades del país afectado se plieguen a las demandas de estos monstruos organizados, influyendo directamente en la elaboración o la modificación del medio económico, jurídico, fiscal y social.

La relación entre estas multinacionales, las clases políticas dirigentes y los mercados de capitales es ciertamente estrechísima ¿Por qué nos obligan las instituciones mundiales a tomar medidas para reformar nuestros mercados de trabajo, entre otros?

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