martes, 10 de diciembre de 2013

La condena (I)

He podido comprobar estos días como la entrada que titulé “Condenados” ha tenido una importante capacidad de atracción, y estoy seguro de que ha sido más por el término utilizado que por el contenido. Hay palabras que nos suscitan cierto morbo, sino ¿de qué vivirían algunas cadenas de televisión?
 
De todas formas he creído necesario, por sentido de la responsabilidad, profundizar un poco más en el tema y me he puesto a leer “la condena”. 116 páginas. Espero no tardar mucho tiempo en hacerles llegar un pequeño resumen de lo que contiene el informe de esta importante auditora (PWC). De momento, y antes de llegar a las conclusiones, les iré avanzando poco a poco su contenido.
 
En principio, y a pesar del potencial adivinatorio inicial que se le atribuye, las perspectivas no son malas, me refiero a las primeras líneas de la presentación y a sus reflexiones: “Necesitamos otro modelo productivo”, “El anterior modelo ha estado basado en buscar la competencia vía precio, haciendo las cosas más baratas. […] debemos competir por valor añadido, haciendo las cosas mejor”. “Implica cambios… innovación, internacionalización, economía del conocimiento,…”.
 
El primer capítulo del informe trata sobre las proyecciones (o expectativas) que realizan los empresarios de nuestro país. Hasta el momento no he podido encontrar en la lectura a qué empresarios se refiere, quiénes han sido los encuestados, qué sectores, qué tamaño de empresa, ni cuántos componen la encuesta. Creo que estos son datos fundamentales para verter opiniones, máxime si proceden de una gran corporación que pretende contribuir positivamente al desarrollo de nuestra economía. Espero que estas dudas tengan respuesta en las siguientes páginas del informe.
 
Como decía, las conclusiones que se extraen de esta “encuesta” son:
Los empresarios se dividen en dos grupos, los que anticipan una clara recuperación y los que ven una Europa no igualitaria en la que España jugará un rol de segunda categoría (ya no estamos en la Champions) con empleo de bajo valor añadido.
 
Ambos grupos coinciden en que nuestra economía crecerá por debajo del 3% durante los próximos 20 años. Existe unanimidad.
 
La mitad considera que necesitaremos inmigración para atender la demanda de trabajo, obviamente la otra mitad no. Tampoco conozco la fecha de la encuesta (me hace pensar en el 27% de tasa de desempleo).
 
El 78% considera que aumentará el nivel de formación (en clara referencia a un menor abandono escolar), pero el 61% que no mejorará la calidad de la educación (desde infantil a la universitaria).
 
El 55% considera que aumentará la inversión en I+D y la innovación empresarial.
 
El 61% ve una España industrial.
 
El 96% considera que aumentará el nivel de internacionalización de nuestra economía (o empresas). Aquí no tengo ninguna duda.
 
El 76% considera que la inversión empresarial será inferior a la existente en los años previos a la crisis (2007-2008).
 
El 71% considera que el ahorro y el consumo mantendrá una relación intermedia, no seremos tan consumidores como EEUU ni tan ahorradores como Japón. (En el término medio está la virtud).
 
Las decisiones principales que les motivan para llevar a cabo inversiones son las expectativas de ventas, de beneficios y la financiación (su disponibilidad y coste).
 
Casi el 60% considera que las políticas nacionales no impulsarán el crecimiento sostenible e inteligente; respecto a las políticas que proceden de la Unión Europea, existe empate en este aspecto, 50% considera que impulsarán el crecimiento sostenible y el 50% no.
 
Básicamente ésta es la primera parte de la “sentencia”, un capítulo introductorio para sondear el sentir de los empresarios.
 
Continuará…

1 comentario:

agremon dijo...

Parece evidente que la encuesta está sesgada en los encuestados hacia el sector industrial ...