miércoles, 4 de diciembre de 2013

Condenados.

Veinte años y un día es la condena que nos ha impuesto una de las grandes auditoras, Pricewaterhousecoopers (PWC).

Según un informe que se presentará hoy hasta dentro de 20 años no volveremos a crecer a ritmos similares a los previos a la crisis, y no contentos con esto nos dicen que el empleo destruido no se recuperará, nada menos, que hasta 2033. ¡Casi nada!

Lo chocante del tema, y a la espera de conocer más en profundidad el contenido del informe, es la facilidad que tienen algunos para prever el futuro. Lo triste es que muchos de los que hoy continúan haciendo pronósticos no han sido capaces de prever la situación en la que nos encontramos, aunque ahora se suban al carro y nos digan que ellos sí nos avisaron. De hecho ya saben ustedes que corren por ahí informes fantasma de exministros que nunca llegaron a ver la luz.

La tecnología, los procesos de producción, la innovación empresarial, los recursos humanos, las relaciones comerciales, los cambios geopolíticos, la legislación, las decisiones de política económica, etcétera, etcétera, parece ser que no tendrán ninguna repercusión durante los próximos veinte años. ¿Cuánto tiempo llevan ustedes navegando por Internet, utilizando redes Wifi, Smartphone,…? ¿Cuántos soñaron que serían ricos temporalmente gracias al ladrillo? Por poner sólo algún ejemplo.

Una vez más tengo que parafrasear a uno de mis autores de cabecera, N. Taleb: “Somos una especie con excesiva estrechez de miras para considerar la posibilidad de que los acontecimientos se salgan de nuestras proyecciones mentales; pero, además, nos centramos tanto en cuestiones internas del proyecto que no tenemos en cuenta la incertidumbre externa”. O también, “Nuestro aparato emocional está diseñado para la causalidad lineal. Pero la realidad raramente nos concede el privilegio de una progresión positiva, lineal y satisfactoria”.

En fin, estoy optimista. Veinte años no es nada.

2 comentarios:

David dijo...

En toda la historia de la humanidad se produjeron épocas de avance económico , social y tecnológico , más bien empezaban por este ,último las etapas de crecimiento, crecía la población porqué aumentaba la producción debido a las mejoras y el trabajo aumentaba al tener más bocas que alimentar, pero este crecimiento se agotaba, llegaban el hambre y la enfermedad que entra más fácil en cuerpos peor alimentados, hasta que nuevos avances, descubrimientos de tratamientos de enfermedades y nuevas tecnologías volvían a cambiar el ciclo a positivo . Éste ciclo negativo actual también es reversible y no tendremos que esperar tanto como pronosticar los futurologos, al menos eso espero, en ello confío

agremon dijo...

A cousa parece máis ben un desexo para seguir apretándonos.