lunes, 4 de noviembre de 2013

Principios.

Cuando comenzamos a dar nuestros primeros pasos como estudiantes solemos obviar las primeras páginas de los manuales que nos acompañarán durante todo el aprendizaje al creer que se trata únicamente de simples introducciones y que el meollo de la cuestión y el desarrollo de esos primeros conceptos los encontraremos mas adelante, en los capítulos centrales.
Si al finalizar el aprendizaje de la “mayor” parte del temario nos tomamos un tiempo para releer los primeros capítulos podemos comprobar que no se trata únicamente de un esquema inicial, de simples términos; en esas primeras páginas suelen encontrarse los principios y fundamentos que sostienen todo el edificio intelectual.
 
Personalmente me gusta, de vez en cuando, abrir mis viejos libros y releer despacio y con atención las primeras páginas, no sólo aquellos párrafos que aparecen subrayados con múltiples colores y que fueron aprendidos en su día, sino todo el texto. Y aquí es donde me surgen muchas dudas y preguntas, porque automáticamente encuentro asociaciones entre lo aprendido y la realidad que vivimos.
 
Transcribo a continuación (en cursiva) algunos párrafos de fácil comprensión contenidos en esas primeras páginas de un manual de macroeconomía. El objetivo es que los pacientes lectores puedan encontrar alguna asociación entre el texto y su día a día. Me he permitido subrayar con cierta intención algunos términos para captar la atención del lector.
 
 
“… las cuestiones macroeconómicas fundamentales tratan en definitiva de incidir en el bienestar de la sociedad…”.
 
“La política macroeconómica, integrada por el conjunto de medidas gubernamentales destinadas a influir sobre la marcha de la economía en su conjunto, tiene como objetivos claves la producción, el empleo y la estabilidad de los precios” (entre otros).
 
Cuando hablamos de crecimiento de la producción solemos asociarlo con el crecimiento del conocido PIB, pero crecimiento económico es algo más, es “el crecimiento sostenido del PIB real a largo plazo junto con la mejora de los niveles de vida”.
 
“A largo plazo la tasa de ahorro es clave […]. Para lograr que una economía crezca hay que ahorrar…” Al parecer, algo que no han tenido muy en cuenta los artífices de las políticas económicas desde hace unos cuantos años. Más bien se trataba de incentivar el consumo a crédito.
 
“… aunque puede ser que una economía concreta esté sumida en una gran depresión y una estrategia adecuada puede consistir en estimular el consumo a costa de reducir el ahorro”. Estrategia que funcionaría sólo en el corto plazo.
 
“El aumento de la tasa de crecimiento de la producción a largo plazo suele requerir un aumento de la inversión en capital y conocimientos; y para incrementar la inversión es necesario ahorrar y reducir el consumo actual de bienes tales como vestido, actividades recreativas o viajes”.
 
No me dirán que en todo este asunto algo falla. O bien los encargados de tomar decisiones no han estudiado los primeros capítulos o bien los han olvidado, o simplemente yo estoy perdiendo el tiempo y debería saltarme las primeras hojas de esos engorrosos manuales de economía. Respecto a esto último no tengo ninguna duda.

1 comentario:

agremon dijo...

Dende hai tempo, veñi dicindo que o tempo non se perde, sinxelamente, pasa ... e nós, (t)amén.