jueves, 20 de febrero de 2014

¿Emprendedores o aventureros?

Desgraciadamente no podemos decir que existan muchos empresarios individuales, personas físicas, que no hayan sufrido o estén sufriendo las consecuencias de la actual crisis. Pocos pueden decir que han salido indemnes o que la situación les haya beneficiado, aunque es cierto, créanme, que alguno ha sacado buena tajada de la desgracia ajena (le llaman visión empresarial). El resto, pues ya se sabe. Desde el que ha procedido al despido de todos sus trabajadores hasta el que se ha visto obligado a tener que echar directamente el candado de la puerta de su negocio, y dando gracias si con ello consigue dar portazo a sus problemas económicos. Cuántos no han tenido que luchar en los juzgados para salvar su patrimonio personal, vivienda incluida, ante el volumen de deudas que les acuciaban. Otros, directamente, lo han perdido todo.
 
Desde septiembre de 2013 los empresarios personas físicas pueden evitar parcialmente que sus viviendas respondan de las deudas contraídas en su actividad empresarial o profesional. Sus desventuras empresariales pueden ser menores si se convierten en “Emprendedores de Responsabilidad Limitada” (ERL).
 
Si su vivienda tiene un valor inferior a los 300.000 euros (450.000 euros en poblaciones de más de un millón de habitantes) puede evitar su pérdida como consecuencia de una situación coyuntural desfavorable. Eso sí, siempre tras unos trámites jurídicos y unas obligaciones contables y, como no, con algún coste. Cuestiones éstas a valorar.
 
Se exceptúan de lo dicho ciertas deudas, es decir, la vivienda respondería frente a terceros siempre y cuando:
  • Las deudas fuesen contraídas con anterioridad a la adquisición de la nueva condición de “Emprendedor R.L.” (Salvo acuerdo previo con los acreedores).
  • Sean deudas no derivadas de la actividad empresarial o profesional (por ejemplo, una hipoteca).
  • Sean deudas de derecho público (con la Seguridad Social o con Hacienda).
  • El empresario haya actuado con fraude o negligencia grave.
 
Ya saben, aquellos empresarios (no sociedades) dispuestos a lanzarse a una nueva aventura, o los que ya estén en medio del fragor de la batalla, deberían valorar los pros y contras de convertirse en ERL. Cuestión ésta innecesaria si hacemos caso a aquellas voces que nos advierten de que se aproximan nuevos tiempos de bonanza, o a aquellas otras que tratan de vendernos los beneficios que se derivan de emprender aventuras empresariales, obviando el número de “buenos” proyectos que se quedan en el camino. Fuentes estadísticas nos dicen que el 80% fracasa antes de los 5 años y el 90% no llega a los 10 años.  ¡Para aventurarse sin tomar precauciones!
Por cierto, he podido comprobar que recientemente se están dando charlas y conferencias invitando a los jóvenes (y no tan jóvenes) a convertirse en emprendedores. Resulta curioso que estas charlas sean impartidas por “funcionarios” o “personal” de las diferentes administraciones. País!


1 comentario:

David dijo...

Un amigo me decía al salir de una cafetería, que dicho negocio ganaba mucho dinero . Yo pregunté. SÍ Ccuánto? Personal entre catarro y cocina 2 a tiempo completo y dos a tiempo parcial, más dueños, uno a tiempo completo, otro a tiempo parcial es decir 3 y 3, eso es al mes pongamos sueldos de 1000 netos pues un coste de 7000 a 8000 euros, añade luz, agua impuestos varios y tenemos 10000 euros. Ahora factura 10000 euros.... 10000 :30 = 333 euros al día, menos mal que un bar abre más de una12 horas, veamos pues a la hora necesita vender 28 euros es decir 20 cafés o 15 refrescos, contando que esto es un mínimo, ya no le pareció tan fácil a mi amigo, y eso que no contamos renta, amortizaciones.... Desde fuera se ve fácil.