lunes, 2 de diciembre de 2013

Una promesa.

Sí, resulta que era una promesa, la expresión de la voluntad de hacer algo, y como tal, uno debe cumplirla. Eso sí, era una promesa electoral, y últimamente parece que el adjetivo desvirtúa la voluntad. Pero en esta ocasión tenemos que decir que sí se ha materializado.

La demanda de los empresarios era la de no tener que ingresar el IVA en las arcas de la Hacienda Pública hasta que ellos no lo hubieran cobrado. Opción, por otro lado, que ya se contemplaba en la normativa aunque sujeta al arbitrio, digamos aprobación, de la Agencia Tributaria.

Todos se las prometían felices. Sólo pagarían cuando cobraran sus facturas. Ahora bien, faltaba la otra cara de la moneda; podrán deducir el IVA de sus compras cuando lo paguen. Adiós a las expectativas creadas, al entusiasmo inicial, como esas botellas de gaseosa o de cava que pierden su fuerza nada mas abrirlas.

Diferentes colectivos de profesionales estiman que podrán beneficiarse de este nuevo sistema entre un 3% y un 10% de las empresas. Otras encuestas muestran que un 25% de los asesores considera que las empresas mejorarán su situación financiera gracias este sistema; el 75% no lo considera así.

Además, no todas las empresas podrán aplicarlo, se excluyen a las que tengan un volumen de operaciones superior a 2.000.000€, entre otras.

Falta un mes para que las empresas tomen la decisión de incorporarse a este nuevo sistema de caja en IVA. Desde esta pequeña aldea de Astérix mi experiencia a día de hoy es que un 2% de las empresas y profesionales ha decidido acogerse, los motivos principales son porque facturan a la Administración y al sector de la construcción.

Era una promesa.

2 comentarios:

agremon dijo...

Los motivos, las causas, importantes en la determinación de la bondad legal...

David dijo...

Menudo paripe la promesa del PP. Está norma es difícil de aplicar, difícil de controlar para Hacienda, ineficaz, innecesaria salvo algunos casos. En primer lugar, los conceptos no cobrados por la empresa suelen venir en varias facturas, de distintos proveedores y mezclados en estas con mercadería dedestinada a diferentes clientes. Se dan cuenta del lío?