sábado, 2 de noviembre de 2013

El otro mundo de Pocoyó.



¿Seguirá Pocoyó alegrando las mañanas de los más pequeños de la casa? Yo estoy seguro de que sí, de que continuará enseñando lo emocionante y divertido de su particular mundo a los benjamines del hogar.

Zinkia, la empresa creadora de Pocoyó y sus amigos, buscaba financiación en los mercados financieros por medio de la emisión de deuda a tres años; necesitaba la cantidad de 7,8 millones de euros para dar solución a sus problemas de liquidez. Los inversores le dieron la espalda; la ternura de Pocoyó no fue suficiente para encandilar a los mercados y la empresa se ha visto abocada a solicitar lo que se conoce como “preconcurso de acreedores”.
7,8 millones de euros que nadie, al parecer, estaba dispuesto a asumir sin mayores garantías. 

Hablando de garantías, éste no parece ser el problema de otra de “nuestras” empresas, al menos para la banca, que conoce perfectamente qué clientes presentan mejores perspectivas de negocio o, quizás, aquello de lo que carecía Pocoyó, respaldo, aval, seguro, como quieran llamarle.
Itínere, la concesionaria de autopistas controlada por un fondo de inversión, acaba de cerrar la refinanciación de, nada mas y nada menos, 1.176 millones de euros para dos de sus filiales en “términos muy favorables” según la propia compañía. El préstamo ha sido concedido por 28 entidades bancarias nacionales e internacionales.
Itínere gestiona, entre otras, las autopistas AP-9 en Galicia, AP-66 en Asturias, AP-1 en Burgos y la AP-15 en Navarra.
Ahora ya conocen quien pagará parte del préstamo. Esto sí son garantías. ¿Ven como sí hay crédito?

Hace tiempo, en este mismo blog, publiqué una entrada en el que exponía mi impresión sobre el proceso de consolidación o reducción del número de entidades financieras que se estaba llevando a cabo, entre ellas las Cajas de Ahorro. Algunos conocemos, o al menos intuimos, cuales son las consecuencias de este proceso de “consolidación”.
Nuestros ahorros, depositados en las sucursales de nuestro pueblo o ciudad, son solo un número; el dinero puede estar a miles de kilómetros de distancia. La cuestión es ¿por qué una entidad financiera con sede lejos de nuestro territorio se va a preocupar por financiar o apoyar proyectos de empresas locales si puede obtener mayores rentabilidades financiando empresas en otros lugares de la geografía mundial?

Aunque una de sus funciones principales sea la de canalizar el ahorro hacia la inversión no debemos olvidar que su objetivo principal es obtener beneficios. Al fin y al cabo son empresas privadas.

1 comentario:

agremon dijo...

Hai non moito tempo vin unha reportaxe sobre minicaixas de aforros ou entidades de crédito cooperativas a nivel local. Parecía que funcionaban razonablemente ben, repercutindo o aforro no lugar onde se produce. Pode isto represetnar algún futuro para sitios como Ribadeo, ou, pola multiplicación dise tipo de entidades, a nivel máis xeral?