sábado, 11 de septiembre de 2010

Impuesto a la banca (3).

Según información publicada hoy en la edición digital de “El Economista”, el sector bancario se teme que el impuesto que se está estudiando recaerá sobre el volumen de sus pasivos, es decir, sobre el volumen de depósitos que los clientes mantengan en los diferentes bancos y cajas, entre otros (una aclaración, el impuesto lo pagará el banco no el cliente). Supondrá una merma de sus beneficios del 7%, partiendo de los 18.720 millones de beneficios conjuntos obtenidos por el sector en el año anterior (2009); es decir, “perderán” en torno a 1.400 millones.

Primero; para “perder” 1.400 millones deberían obtener en 2010 los mismos beneficios que durante el ejercicio 2009.

Segundo; para ver “mermados” un 7% sus beneficios debería estar vigente durante 2010 la nueva tasa o impuesto.

Tercero; hasta finales de octubre no se conocerán las grandes líneas de funcionamiento del nuevo impuesto, por lo que todo lo que se diga ahora son conjeturas; salvo que nuestros periodistas manejen información privilegiada.

Cuarto; de llegar a aplicarse la nueva tasa ¿creen qué los bancos y cajas se quedarán con los brazos cruzados? ¿Reducirán sus beneficios como consecuencia del impuesto? Como dice “El economista” (al periódico, me refiero), el impuesto se aplicará sobre los pasivos (depósitos de clientes); una sencilla solución para no ver disminuidos sus resultados sería incrementar sus ingresos ordinarios, actuar sobre sus activos (comisiones por descuentos comerciales, por avales, pólizas de crédito, préstamos, …), sin olvidar los medios de pago asociados a las cuentas de pasivo (comisiones por cheques, transferencias bancarias, tarjetas de crédito o débito, recibos domiciliados, …).

Por si acaso, y ante lo que pueda venir, yo empezaría a revisar el número de cuentas abiertas en diferentes sucursales, así como el número de tarjetas disponibles.

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