De las rebajas fiscales del 2015 a las promesas electorales de
nuevas reducciones de impuestos (directos) en la próxima legislatura (de ganar
el partido del gobierno). La famosa curva de Laffer planea de nuevo: bajar
impuestos aumenta los ingresos del Estado.
Pero, ¿cuál es el origen de este razonamiento? En 1963 Kennedy y
Johnson habían ganado las elecciones en EEUU y en 1964, tras el asesinato de
Kennedy, se tomó la decisión de reducir considerablemente los impuestos. En
1965 el Estado vio aumentar los ingresos por la recaudación fiscal lo que llevó
a algunas personas influyentes a ver una relación de causalidad, una falacia
“post hoc”: primero se produce un acontecimiento y a continuación otro, el
primero se convierte en causa del segundo. ¿Y el resto de las variables? Para
los defensores de este tipo de falacias no existen más variables que puedan
influir en el resultado final. Por ejemplo, el crecimiento económico que EEUU
vivió en el periodo 1964-1965. Estudios posteriores concluyeron que de no haber
bajado los impuestos la recaudación habría sido mucho mayor. Es lo que tiene
dejar por el camino información relevante.
Llegados a este punto, ¿es buena idea bajar los impuestos
directos?, ¿y los impuestos indirectos (IVA)?
La literatura económica nos dice que los impuestos directos son
progresivos; a partir de un determinado nivel de ingreso, cada euro que se gana
tributa a un tipo impositivo mayor, al tipo marginal. Por el contrario, los
impuestos indirectos son regresivos; los impuestos sobre el consumo, como el
IVA, son generalmente regresivos ya que restan mayor proporción del ingreso de
una familia pobre que el de una familia de altos ingresos. Pagamos el mismo
impuesto independientemente de cuales sean nuestros ingresos. Algo tan evidente
es obviado (que no ignorado) por un amplio porcentaje de la población.
Para terminar, sería útil que nuestros políticos en lugar de jugar
con los tipos impositivos se planteasen realmente un debate del sistema
impositivo de cara a una verdadera redistribución de los ingresos que recauda
el Estado. Debate que, sinceramente, creo estéril puesto que parte del espectro
político sigue, por un lado, creyendo en teorías económicas desacreditadas y, por
otro, no creen en la desigualdad a pesar de lo llamativo de los datos. Estudios
realizados en países con ingresos altos (la mayoría de los países llamados
desarrollados) han concluido que el sistema impositivo casi no tiene efecto en
la redistribución. ¿Sorprendidos? El motivo principal es que los impuestos
progresivos al ingreso (IRPF, Sociedades,…) son contrarrestados por lo general
por los impuestos regresivos. Para que nos entendamos: lo que se quita a los
que más ganan y se distribuye entre los que menos tienen es gravado nuevamente
con impuestos regresivos como el IVA, al final lo que te doy te lo quito.
Suena bien eso de bajar el impuesto sobre la renta y sobre
sociedades, ¿verdad?
1 comentario:
Tan verdade como a foto de Sta. Cruz en outono
Publicar un comentario