O "Pelele". Una palabra llena de connotaciones y que no suele dejar sensaciones agradables. Figura humana de paja o trapo que mantea el pueblo en las carnestolendas (carnaval). Deberíamos abogar para que la Real Academia de la Lengua incluyera una nueva definición o al menos que amplíe la actual: “Pueblo que es manteado de manera persistente por unos entes amorfos, intangibles e insensibles llamados mercados, con el patrocinio de unos políticos que carecen de cualquier atisbo de interés general”.
Porque mientras Angela se opone a un mayor intervencionismo del BCE y de la creación de los llamados eurobonos, el ministro francés de finanzas discrepa y pide que el BCE intervenga como prestamista de última instancia.
Mientras, y al margen de estos debates eternos y estériles, a los ciudadanos se nos está preparando para aceptar las medidas de ajuste que los neoliberales nos impondrán para salir de una crisis creada por sus prácticas irresponsables. Sus megáfonos están funcionando a todo volumen para que la propaganda cale de manera profunda y los contestatarios sean los menos posibles. Que el mensaje penetre, que la respuesta sea la claudicación, el vasallaje, la indiferencia.
Las consecuencias. No hace falta irse muy lejos. El que cumpla verá reducido su Estado de Bienestar de manera drástica, todo sea por ver crecer nuevamente la economía. El que no cumpla, pues ya saben. Visto en la red: “el banco central de Grecia afirma que la pertenencia al Euro está en riesgo. El incumplimiento de los objetivos fiscales y el retraso de las reformas fiscales han reducido la sostenibilidad de la deuda”. Un eufemismo, para no decir que la deuda que tiene el país heleno es insostenible.
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