35.000 – 40.000 millones más. A
estas alturas la cantidad casi es lo de menos.
Pero no somos los únicos. Italia,
Luxemburgo, Finlandia, Malta, Francia e incluso Alemania también han recibido
advertencias de la Comisión Europea.
Quiere más ajustes. El enésimo. Erre que erre, la misma cantinela, la ortodoxia
imperante exige cumplir con el objetivo de déficit pactado, la piedra filosofal
que nos llevará a … no se sabe donde.
Tras leer la noticia recordé
entonces que hacía tiempo había leído el libro de Michel Onfray, “Política del
rebelde”, en donde se recogía el llamado síndrome de Hecatón.
Hecatón fue un filósofo estoico
del siglo II antes de nuestra era que enseñaba algo que parece tener hoy en día
mucha fuerza: entre la salvación de otro hombre y la conservación del interés
propio debe preferirse siempre la segunda opción.
El síndrome, según Onfray, afecta
a los que practican la economía como una actividad independiente y la entienden
como la ciencia de los bienes, de las riquezas, de cuyos objetos y preocupaciones
quedan excluidos el hombre y la humanidad. También es el síndrome que padecen
los que creen que la actividad económica puede desarrollarse a pesar de los
hombres, incluso contra ellos y su bienestar.
Prioridad del tener sobre el ser,
de los intereses y beneficios sobre cualquier otro valor.
En Bruselas parecen estar
imbuidos por el síndrome de Hecatón. Entre el déficit y el hombre debe
preferirse el primero. No importan los cadáveres que se queden por el camino,
es un mal necesario, un sacrificio que debe llevarse a cabo para asegurar un
mañana lleno de esplendor. Todo un acto de fe.
1 comentario:
Non coñecía Hecatón. Terá algunha relación con hecatombe? Antes de mirar, diría que si.
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