En una tarde de lluvia y frío uno
puede aprovechar para revolver un poco por casa y poner algo de orden en sus
cosas. Lo cierto es que lo intenté, hasta que me encontré con uno de esos
libros que tienen la virtud de esconderse durante mucho tiempo en las estanterías
y que un buen día parecen querer decirnos algo. “Economía de la pobreza” del
profesor Jose A. Martínez Álvarez. A partir de ese momento mis buenas
intenciones sufrieron un repentino cambio.
Abrí el libro al azar y me puse a
leer algunos de esos párrafos subrayados con tinta verde; ni que decir que el
libro era parte de la bibliografía que en su momento formó parte de mis
estudios de Empresa. Dicen los entendidos, los que dan consejos a los
estudiantes sobre los buenos hábitos, que la tinta verde es la que menos cansa
a la hora de leer lo subrayado. Si algún estudiante se aventura en este blog al
menos podrá sacar algo de provecho de este consejo; también aconsejan realizar
una primera y atenta lectura antes de aventurarse a subrayar todas y cada una
de las líneas. ¡No habré yo marcado hojas y hojas!
Uno de los apartados del libro
que me llamó la atención fue el siguiente: ¿Qué
se puede hacer contra el empobrecimiento?
El profesor Martínez defiende que
las causas de la pobreza son tanto individuales como estructurales, por lo
tanto las políticas para luchar contra esas causas también pueden clasificarse
de la misma forma.
En el aspecto individual se
distinguen tres subsistemas: el económico, el político y el cultural. En el
primero destacan las rentas mínimas o de inserción social para luchar contra la
pobreza; respecto al segundo, cuanta más democracia y participación de los
pobres y marginados (o posibilidad de hacerlo) en los órganos políticos, menos
pobreza y menos desigualdad habrá. Por último, desde la óptica cultural, el
individuo mejora sus posibilidades de no caer en la pobreza o de salir de ella
(por su esfuerzo personal) si tiene u obtiene el nivel educativo adecuado y si
consigue reintegrarse en la sociedad a la que pertenece.
En la vertiente estructural,
además de la participación del Estado y de una mayor Democracia (con
mayúsculas) se debe retornar (regresar) a una cultura de la Solidaridad.
Si estas políticas se aplican por
separado, llevan al fracaso. Cuando el libro fue publicado todavía estábamos
muy lejos de lo que hoy llamamos crisis.
¡Lo que da de sí una tarde de
lluvia!
2 comentarios:
amañaríase algo enviando un exemplar a Rajoy? E con un para cada ministro?
Es obvio, pero no por obvio deja de merecer la pena recorxdarlo, mi hermano cuando leia algun libro de economia de empresa o sobre motivación decia: Es obvio. Pero muchas cosas no son tan obvias, y otras que lo son merece la pena recordarlas.
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