martes, 19 de noviembre de 2013

El camino despejado.


Decían los teóricos de la Dirección Estratégica que algunas de las barreras de entrada en un sector se asociaban a la diferenciación de los productos. Esta diferenciación permitía que los clientes se mantuviesen fieles a la marca dificultando la presencia de otros productos, servicios o empresas. Otras barreras de entrada importantes también son las disposiciones y regulaciones sobre los sectores. Una ley que impida acceder a un mercado o comercializar un producto es una garantía para la empresa que explota el negocio.

¿Qué hacer entonces? Si no puedo acceder a un nicho de mercado porque los clientes  son fieles a su empresa o al producto de toda la vida tendremos que buscar una estrategia adecuada que nos permita hacernos con parte del pastel.

Disponen las empresas de dos alternativas teniendo en consideración el entorno en el que se mueven: llevar a cabo acciones “adaptativas”, de carácter defensivo y que dan lugar a comportamientos de naturalaza conservadora (lo que se diría esperar a que llegue nuestra oportunidad) o, acciones “proactivas”, consistentes en utilizar el entorno en su provecho, empleando “estrategias de intención”, tratando de modificar las reglas de juego (¿Quizás la que practican los lobbies?).

Tanto ustedes como yo han sido testigos de lo que ha sucedido con las Cajas de Ahorro; podemos discutir si ha sido más o menos justificado, con mayor o menor acierto, pero lo que sí compartirán conmigo es el hecho de que el terreno ha quedado despejado y libre de obstáculos; el pastel se repartirá entre un número menor de comensales. Nace "Banca Rural".

Un nicho de mercado que “casualmente” precisará de cobertura, de atención, ante una demanda sin atender.

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