jueves, 26 de mayo de 2011

Manifiesto VI.

Falsedad nº 6: La deuda pública traslada el precio de nuestros excesos a nuestros nietos.

Existe una creencia, rara vez verificada y que es defendida por los partidos conservadores, según la cual bajar impuestos estimula el crecimiento y aumenta los ingresos que recaudan los gobiernos. Durante los últimos 30 años Europa ha copiado las políticas de reducción de impuestos y cotizaciones sociales llevadas a cabo en los EEUU sin que el impacto sobre el crecimiento económico se haya materializado.

Políticas anti-redistributivas que han agravado las desigualdades sociales y los déficits públicos. ¿Por qué? Los que han ahorrado impuestos han sido las clases acomodadas al tiempo que las administraciones públicas se han visto obligadas a emitir deuda para financiar los déficits producidos como consecuencia de la bajada en la recaudación (menos ingresos y más gastos). Pero, ¿quién compraba los títulos de deuda pública? Sin duda, las clases acomodadas con los ahorros obtenidos por la reducción de impuestos. Además se ha convencido a la población, al contribuyente, de que son los funcionarios, pensionistas y enfermos (sanidad) los causantes del aumento de la deuda pública y de los déficits.

Al final es el contribuyente medio el que con sus impuestos paga los intereses a las clases acomodadas poseedoras de los títulos de deuda pública.

Se propone:

Actuar sobre la fiscalidad directa aumentando las tasas del impuesto sobre la renta en los tramos más altos para lograr un mayor efecto redistributivo.
Suprimir deducciones a las empresas que no tengan efectos positivos sobre el empleo.

2 comentarios:

agremon dijo...

Ben re-volto, JA, cunha entrada excelente (na miña opinión, claro)

Beni dijo...

Redistribui-la riqueza, minimiza-las desigualdades sociais, que pague máis o que máis ten... E, de repente, soa o despertador e estamos como estabamos.
Democracia real xa. Por certo, imos ver en qué queda isto. Eu só espero non ver, dentro duns anos, ós líderes deste movemento baixándose, encorbatados e orgullosos, de rutilantes coches oficiáis.
Como era de agardar, excelente regreso, compañeiro.

P.D.: Gustaríame que un día trates aquí o tema da Economía sumerxida. Supoño que terás dabondo que dicir.