Hoy en prensa ha causado cierto revuelo la siguiente noticia, ¿noticia?: “las empresas tendrán que dar a Hacienda datos sobre sus clientes”. El origen se encuentra en una sentencia del Tribunal Supremo.
Las reacciones de algunos lectores: “estado policiaco”, “estado de represión”, “gestapo”, “vergüenza de gobierno”, “a la ruina nos llevan los socialistas”, etcétera, etcétera.
No voy a realizar ningún comentario sobre los que estos lectores opinan, aunque se me ocurren varios calificativos que me abstendré de nombrar por respeto. Ejemplo de sabiduría opinar con “fundamentos”.
La sentencia del Tribunal Supremo se deriva de un largo proceso en el que dos partes intervienen legítimamente utilizando los instrumentos que la justicia pone a su disposición. Cada parte, en base a la ley, realiza su interpretación de las normas, y es un Tribunal “Supremo” el que dirime la cuestión. Hasta aquí, todo normal.
Pero no voy a entrar en la cuestión de quién tiene la razón, sólo les dejo lo que la Ley 58/2003 General Tributaria dice en su artículo 93.1 (siempre es bueno conocer el origen de las cosas para emitir una opinión, esta vez sí, fundada):
“Las personas físicas o jurídicas, públicas o privadas,…, estarán obligadas a proporcionar a la Administración Tributaria toda clase de datos, informes, antecedentes y justificantes con trascendencia tributaria relacionados con el cumplimiento de sus propias obligaciones tributarias o deducidos de sus relaciones económicas, profesionales o financieras con otras personas”.
¿Por qué se llega al Supremo? Porque, a pesar de que a algunos no les gusta, vivimos en un Estado Democrático, y de Derecho.
2 comentarios:
como luego la justicia no funciona, que más da llegar al supremo.
Con todos los fallos que tiene, si, se trata de que haya democracia y derecho.
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