jueves, 9 de diciembre de 2010

Felicitaciones.

¿Tendremos que recuperar la confianza en nuestros dirigentes? ¿Llegaremos a las próximas elecciones con un panorama diferente al actual? ¿Por qué me estoy planteando esto? Porque a la vista de los datos económicos que se van conociendo y publicando en los medios de comunicación, las diferentes instituciones y organizaciones han ido ajustando sus previsiones para nuestro país, y las han ido aproximando, y mucho, a las que había realizado nuestro Gobierno. Veamos:

Respecto a la Deuda pública (para los profanos, lo que nuestro país debe, el endeudamiento público), se situará en el 2011 en un 69,7 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), inferior al 73,7 por ciento que la Comisión Europea había previsto y muy por debajo del promedio de los países de la zona euro (86,5 por ciento). ¡Ay! Si no fuera por la deuda privada.

El Déficit corriente, el desequilibrio que mantenemos con el exterior propiciado por el intercambio comercial (exportaciones-importaciones), pasará a ser en 2011 del 3,8 por ciento, frente a la estimación efectuada por la Comisión europea del 4,8 por ciento.

En 2010, nuestro Producto Interior Bruto (PIB) reflejará una caída del 0,3 por ciento; en un primer momento, tanto la Comisión europea como el Fondo Monetario Internacional (FMI) habían previsto una caída del 0,8 y del 0,7 por ciento respectivamente; luego revisaron sus datos para dejar la caída del PIB en un 0,2 y un 0,35 por ciento. Para el 2011 y a partir del cuarto trimestre, la Comisión europea estima que España crecerá un 0,4 por ciento y en el 2012 el 0,5 por ciento. Asimismo el FMI estima que en 2013 nuestro país crecerá más que Alemania, Francia e Italia.

Respecto al Déficit público (la diferencia, negativa, entre los ingresos y gastos públicos) el gobierno había estimado para 2011 un déficit del 6 por ciento y Bruselas de un 9,3 por ciento. En la actualidad la Comisión europea ha procedido a su revisión y estima que España tendrá un déficit del 6,4 por ciento.

Incluso, y esto es para celebrar, el sector de la construcción empezará a tener un crecimiento positivo a partir del 2012.

No todas van a ser noticias negativas (me tachan de pesimista) y algún día deberemos salir del hoyo. Incluso hasta recibimos felicitaciones por los ajustes realizados. Ahora solo falta que los mercados financieros pongan sus miras en otras latitudes y la fachada del edificio estará limpia y reluciente. ¿Qué más podemos pedir? ¿Restauramos la confianza?

¡Ah! Se me olvidaba, ahora tendremos que revisar el interior del edificio; que se consiga crear empleo nuevamente ya es una misión mucho más complicada.

2 comentarios:

María dijo...

Al conocerte doy fé de que no eres nada pesimista, pero como la economía va mal,leer tu blog no es un cuento de hadas precisamente.
Un saludo,María.

Beni dijo...

E a nosoutros, sufridos contribuíntes, impasibles expectadores da "comedia mercantil" da que tamén somos víctimas, convidados de pedra en tantas ocasións, ¿é que ninguén nos vai felicitar?.