martes, 16 de noviembre de 2010

Fondos Soberanos.

Imagínense que somos los gobernantes de un país que cuenta con una importante cantidad de recursos naturales, de lo que usted quiera, petróleo, gas, materias primas, … Sí, usted y yo. Gracias a estos recursos naturales, que vendemos al resto del mundo, obtenemos una cantidad enorme de divisas, dólares, que vamos acumulando en nuestro banco central. Llega un día en el que nos planteamos obtener una buena rentabilidad por esas reservas de dólares, y nuestros asesores económicos nos recomiendan crear un “Fondo de Inversión” y, como hacen todos los fondos, llevar a cabo inversiones por todo el mundo. Empezamos a comprar acciones de empresas, letras del tesoro, bonos, obligaciones, etcétera., pero seguimos contando con un “porrón” de divisas en el banco y decidimos dar un paso más; nos lanzamos a comprar empresas por todo el mundo, empresas que presentan interesantes perspectivas.

Lo que acabamos de crear son los llamados “Fondos Soberanos”, enormes cantidades de divisas que proceden de las ventas de nuestros recursos (generalmente petróleo) al resto del mundo. Ahora sustituyan este país imaginario (más que nada porque no me veo yo gobernando) por Noruega, Emiratos Árabes, Singapur, Dubai, … y tendrán una visión más real de lo que acontece.

Como ejemplo, el Fondo Abu Dhabi, que manejaba un patrimonio de 875.000 millones de dólares; pueden compararlo con los 600.000 millones de dólares que la Reserva Federal de EEUU ha puesto en circulación para estimular la demanda. ¿Qué hace con semejante cantidad de dinero el Gobierno de Emiratos Árabes? Cuando estalló la crisis, allá por el 2007, echó una mano a la Entidad Financiera Citigroup, inyectando 7.500 millones de dólares a cambio del 4,9 por ciento de la empresa. Otros Fondos Soberanos, como el del gobierno de Singapur, sacaron de un más que pequeño apuro al banco UBS, al inyectar 11.500 millones de dólares (se comenta que junto a un desconocido inversor de Oriente Medio).

Todos contentos, al parecer. Qué atentos son estos gobiernos de países exóticos que acuden en nuestra ayuda cuando los necesitamos. No existe ningún problema para que entren en el accionariado de nuestras queridas compañías nacionales a cambio de una pequeña participación en los beneficios. Otros gobiernos también han entrado, a través de sus fondos, en las bolsas de valores, como la de Londres, o en equipos de fútbol como el Manchester City, por poner otro ejemplo.

Pero, ¡alto ahí!; no todo el monte es orégano, como dice el refrán. Una cosa es entrar en el capital de grandes empresas privadas y otra muy distinta hacerse con el mando de la joya de la corona. Cuando el “Investment C. of Dubai” intentó hacerse con el control de la gestión de los puertos de Nueva York, Nueva Jersey, Filadelfia, Miami, etc. la cosa cambió. Que los gobiernos sospechosos de Oriente Medio (ahora comienzan las sospechas) intenten controlar sectores estratégicos de EEUU no puede ser. Aquí se termina el mercado libre, la libertad de circulación de capitales, adiós al capitalismo en su sentido más liberal. Son necesarias nuevas leyes que impidan que sectores importantes de la economía terminen en manos de ¿criminales? ¿terroristas? Esto ya no se puede consentir. Fin del juego.

¿Y si el fondo fuese el del gobierno noruego? ¿Se les permitiría hacerse con la gestión de sectores estratégicos?

Veremos hasta donde llega el juego de los fondos soberanos; se estima que manejan la nada despreciable cifra de 10 billones de dólares. Puede que no les permitan gestionar los puertos de EEUU, por el momento, pero como la crisis continúe mucho tiempo veremos a los gobiernos de las economías avanzadas abrir sus brazos para recibir los millones que hagan falta. Y verán como los del Tea Party no tienen ningún reparo en cambiar sus principios.

2 comentarios:

Rubén dijo...

El mundo de la economía es bastante complicadillo.
Tanto mandar el dinero, para nacer y morir sin él.
Un saludo

El autor. dijo...

"nacer y morir sin él", sí, pero en el medio ...

El mundo económico es muy complicado porque detrás de él se encuentran las personas, y a pesar de que se busca aunar posturas, encontrar consensos, existen diferentes posiciones y cada una cree tener razón. Tendríamos que empezar por entender al ser humano; ¡qué difícil!

Saludos.