martes, 30 de noviembre de 2010

¿Existe alternativa?

“Hemos recorrido un largo trecho en la dirección contraria, creando una sociedad en la que el materialismo se impone al compromiso moral, en la que el crecimiento rápido que hemos alcanzado no es sostenible desde el punto de vista medioambiental ni social, en la que no actuamos juntos como una comunidad para satisfacer nuestras necesidades comunes, en parte porque el individualismo feroz y el fundamentalismo del mercado han erosionado cualquier sentido de comunidad y han llevado a la explotación rampante de los individuos incautos y vulnerables y a una división social cada vez más acentuada. Se ha quebrado la confianza, y no sólo en nuestras instituciones financieras. Pero no es demasiado tarde para cerrar esas fisuras”.


Lo que acaban de leer es lo que el Nobel de Economía en 2001, Joseph E. Stiglitz, escribió en uno de sus últimos libros. Estoy totalmente de acuerdo con su exposición salvo en la última frase. Creo que en la actualidad no existe alternativa a la sociedad materialista que hemos creado; quizás en nuestra esfera íntima se vislumbre alguna posibilidad, pero en términos globales veo irremisiblemente un mundo mercantilizado, en el que la mayor parte de las esferas se encontrarán bajo la tutela del mercado, siendo únicamente mercancía que se intercambia. Y baso esta apreciación en las diferentes alternativas que se plantean para salir de la crisis actual. Tras haber realizado una búsqueda entre aquéllos (y cuando digo aquéllos me refiero a los poderes que disponen de los mecanismos suficientes para imponer sus políticas) que ofertan soluciones, disfrazadas bajo frases hechas, huecas y conceptos genéricos, me he encontrado con un única respuesta: eficiencia, o lo que es lo mismo, llevar al mercado todos los servicios posibles en busca de una mayor productividad; en otras palabras, privatización, en aras de conseguir una mejor gestión. Justo lo que hizo Irlanda.

Y yo me pregunto ¿Acaso la situación actual no ha sido propiciada por el dinero fácil, por la desregulación de los mercados, por la presunta “mejor” gestión de las empresas, etcétera, etcétera? Espero estar equivocado.

2 comentarios:

agremon dijo...

Sempre hai alternativas (plural). O caso é elixir as que son mellores que a situación actual, e implantalas de xeito óptimo para que non se evaporen as súas ventaxas. Dous pasos con moitos puntos difíciles.

Beni dijo...

Teño que dicir que é a primeira vez que (eu, polo menos, non me lembro doutra) unha das túas entradas tén un certo "cheiro" a pesimismo. Deus nos colla confesados...

Individualismo, fundamentalismo, división social... Se pecho os ollos e troco o contexto... ¡ostias, o Papa!.

Claro que este só nos plantexaría solucións de orde espiritual así que tampouco nos vale. Vai haber que seguir buscando logo...

¡Déixate de blogs e ponte a traballar, anda!.

Saúdos.