viernes, 1 de octubre de 2010

Déficit y Deuda Pública.

Déficit y Deuda pública; crece uno, crece la otra, van juntos de la mano. Aunque parezca obvio, tenemos déficit cuando los gastos son superiores a los ingresos. Para financiarlo, uno de los mecanismos de los que disponen los estados es la deuda pública, obtener recursos de los ahorradores a cambio del pago de intereses.

Pero la deuda es una carga para todo el país, el estado se verá en la obligación de obtener recursos para hacer frente a la devolución del principal más los intereses. Por este motivo, el Tratado de Maastrich establece una serie de prohibiciones que afectan al déficit y a la deuda pública, prohibiciones que se concretaron en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, con límites del 3% y del 60% del PIB, respectivamente.

El objeto de estas líneas no es hacer el trabajo del Gobierno y justificar sus actuaciones, eso corresponde a otros individuos u organizaciones. Lo que pretendo es analizar y explicar los motivos teóricos que subyacen bajo las medidas impopulares adoptadas por nuestros dirigentes.

Con un déficit público (del conjunto de las administraciones) en el 11%, el gobierno no tiene otra que intentar reducirlo, ya sea vía ingresos (aumento de impuestos, IVA, IRPF, etc.) o vía gastos (disminución de salarios, congelación de pensiones, etc.); mientras tanto, habrá que financiar esa brecha entre ingresos y gastos para que la economía de este país continúe en marcha, aunque sea a un ritmo lento.

El riesgo de la deuda, al margen del coste que representa ponerla en el mercado (recuerden el papel de las agencias de calificación), se encuentra en el efecto “expulsión” que produce. Me explico. Emitir deuda pública en momentos como los actuales tiene un alto coste, exige el pago de altos intereses, lo que atrae a la inversión privada en busca de rendimientos superiores a los que ofrece el mercado; en lugar de canalizar el efectivo hacia la economía real estos ahorradores compran la deuda pública, “expulsando” la inversión empresarial. Por otro lado, la emisión de deuda pública eleva los tipos de interés, lo que dificulta a las empresas financiarse en los mercados. Estas empresas también emiten deuda para obtener los recursos que precisan y se verán obligadas a ofrecer tipos de interés más altos que los que ofrece la deuda pública, incrementando de esta forma sus costes financieros.

En definitiva, menos inversión privada, más desempleo, más déficit, más deuda pública, más impuestos, … un círculo vicioso.

Ésta podría ser otra explicación del por qué se adoptan medidas tan duras. ¿Beneficiosas a medio plazo? ¿Justas?

1 comentario:

Ana dijo...

El déficit público lo soportan las clases medias.
Los que ganan 120000 el marginal será del 44%, a partir de 175000 del 45%, y las rentas de 53000 y para mi eso si es clase media el 43%.
Sabiendo que ya hacemos la renta y pagamos nuestros impuestos, que poca previsibilidad tiene este nefasto gobierno.