jueves, 8 de julio de 2010

Ahorro.

Cuando se habla de crecimiento económico se suele hacer hincapié en su acepción cuantitativa, obviando la que quizás sea la más importante, el bienestar o mejora en las condiciones de vida de los ciudadanos.

Uno de los determinantes básicos del crecimiento es la actitud de la sociedad frente al ahorro; se reconoce de forma unánime el hecho de que para que una economía crezca (en sus dos acepciones) es necesario llevar a cabo inversión, y esta inversión está condicionada por la capacidad de ahorro de la sociedad. Aquellas economías que sacrifiquen el consumo actual para incrementar la acumulación de capital estarán sentando las bases de un mayor crecimiento en el futuro.

No ha sido éste el escenario que ha predominado durante los últimos años, a la vista de la monumental deuda contraída por el sector privado; más bien ha sido todo lo contrario, consumo masivo y ahorro negativo.

Mejora la confianza del consumidor” Esta frase se ha podido ver en algunos medios de comunicación recientemente. ¡Las bolsas empiezan a frotarse las manos!

2 comentarios:

Antonio Blañez (profesor) dijo...

Entonces Señores economistas, ¿Qué hacemos?.
Ahorramos o consumimos.
Estas ciencias tan inexactas dan mucho que entender, y uno no sabe que hacer.
Muchas gracias.

El autor. dijo...

Ahorro y consumo van de la mano. El problema se produce cuando la renta (actual y futura) se destina al consumo únicamente; los préstamos y créditos solicitados tendrán que ser devueltos y por lo tanto el consumo futuro se verá reducido y la actividad económica sufrirá las consecuencias. Se suele confundir los conceptos "consumo" e "inversión", la inversión está relacionada con el ahorro.

Es cierto que son ciencias inexactas, pero existen suficientes indicadores para estimar contingencias futuras. Lo triste es que existen intereses muy poderosos detrás a los que sólo les preocupa el beneficio a corto plazo.

Gracias por el comentario.