martes, 14 de enero de 2014

2014 o el año del optimismo.

¡Qué felicidad! Estábamos tan ansiosos por recibir noticias positivas que, de repente,  todos se han subido a la cresta de la ola del optimismo económico. España va bien, ¿recuerdan? Desde el propio gobierno, como no podía ser de otra manera, hasta la mayoría de los medios de comunicación, algunos poco condescendientes con la ideología actual, sin olvidar a personalidades relevantes, se han lanzado a predicar el advenimiento de...
 
El presidente Obama felicita al Sr. Rajoy por su “gran liderazgo” para lograr avances en la estabilidad económica. La directora del FMI también se suma a las felicitaciones por las reformas estructurales, cuyos resultados “ya se ven”. El ministro De Guindos nos comunica que el PIB del 4º trimestre ha crecido un 0,3% y se espera, como una “magnífica” noticia, que la tasa de paro cierre el 2013 en el 25% (que se dice fácil). Felicidad. Diferentes instituciones, consultoras, auditoras, etc., nos dicen que las empresas tienen previsto llevar a cabo inversiones durante este año 2014, que las pymes se financian a tipos de interés más bajos, etcétera, etcétera. La bolsa española disparada. Qué más podemos pedir.
 
Con tanto optimismo me pregunto ¿sobre qué escribo? Pues, aprovechando la tendencia, sobre la felicidad. ¿Por qué somos felices los españoles?
 
En un estudio publicado en el 2010 los profesores Mochón-Ahn nos dicen lo siguiente: divorcidados y viudos son más infelices que los casados, y lo mismo ocurre con los desempleados cuando se comparan con los empleados. La felicidad aumenta con la renta de forma decreciente y la salud tiene una notable incidencia. Expectativas positivas aumentan la felicidad y el optimismo y el progreso económico también tienen un efecto positivo y significativo. Tener confianza en los demás y en las instituciones nos hace más felices. Los que rechazan comportamientos poco éticos, como el fraude o el soborno, tienden a mostrarse más felices.
 
A la vista de lo expuesto y para concluir con esta explosión de energía positiva que parece inundar los primeros días del año les recomiendo que se casen; si están desempleados, no se comparen; no centren sus esfuerzos en obtener más renta, ésta no les proporcionará mucha más felicidad; lleven una vida sana (alimentación, ejercicio y descanso); confíen en los demás, sí, también en las instituciones (la justicia, por poner un ejemplo); y no defrauden ni acepten sobornos.
 
Con estas premisas y con el adobo adecuado solo pueden ser una cosa, felices. ¿Tenían alguna duda?


2 comentarios:

agremon dijo...

Só dicir: grazas polos consellos!

David dijo...

Ok, Matrimonio y salud para todos.