Los expertos no se ponen de acuerdo. Es lo que se puede leer en los medios especializados. Yo, como NO-Experto, daré mi opinión, y ustedes pueden dar la suya.
La próxima semana saldrá nuevamente a escena el Banco Central Europeo anunciando, ¿quién sabe?, una subida de tipos de interés (es lo que se espera tras la última comparecencia), una bajada o, sin cambios.
El escenario se ha modificado ligeramente. A pesar de que algunos veían cierto crecimiento en la economía (es lo que sucede al leer literalmente los datos macroeconómicos) ahora, dicen los expertos, se aprecia cierta ralentización.
Pero donde podemos apreciar los cambios más significativos e influyentes a la hora de pronosticar el paso a seguir es en el precio de las materias primas. El petróleo ha cesado en su escalada y se ha producido un descenso del 20% en su cotización en apenas dos semanas. El traslado de este descenso al resto de productos (cuestión de tiempo) nos lleva a depositar cierta confianza en la bajada de la inflación. Sumemos la crisis, la principal y más llamativa, del país Heleno y las dudas respecto a la decisión del BCE aparecen en el horizonte.
Mi apuesta personal es un mantenimiento del tipo de interés. El discurso del Banco Central puede ir en la siguiente dirección: “se aprecia una contención e incluso un ligero descenso en los precios por lo que no se estima conveniente modificar tipos. Aún así estaremos vigilantes”. Es decir, que su objetivo de control de la inflación por debajo del 2% se ajusta automáticamente sin necesidad de apretar las tuercas a la política monetaria. Una pésima situación económica a la que se le apriete aún más la soga no sería una buena noticia. Sobre todo para los mercados. ¿Los ciudadanos? Quizás una estadística, un dato, sobre el que adoptar medidas para ajustar el Sistema.
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