¡Ya ha nacido! Esta noche pasada los papás lo han presentado al mundo envuelto en una linda manta de algodón. Desconozco el motivo por el cual se le ha ocultado tras este ropaje y apenas se le ha podido ver; quizás sea porque no están muy orgullosos de la criatura, quizás porque presienten más penas que alegrías, porque a un hijo, aunque a primera vista sea feo, se le quiere cuando es deseado por todos los ascendientes.
Definitivamente se le ha puesto como nombre, “Pacto del Euro”. Escondido dentro de un paquete de medidas, destinadas a solucionar el problema de la deuda que afecta a algunos países del continente europeo (cada día aparece uno nuevo en escena), se incluye el controvertido Pacto del Euro.
Nuestros dirigentes de la Unión Europea han anunciado las medidas (no sé porque tanta insistencia en proclamar sus virtudes, salvo que ni ellos mismos se las crean, y ya sabemos que a base de repetir una y otra vez la misma cantinela uno se la acaba creyendo, aunque la realidad sea distinta) como “clave para el futuro”, para “salvar el estado de bienestar social y la protección social”, “un gran paso adelante”, para “garantizar que nuestras economías sean lo suficientemente competitivas para crear empleos y sostener los niveles de vida de nuestros ciudadanos”.
En resumen, y como les había comentado en post anteriores, un menú donde podremos elegir lo que más se acomode a nuestros gustos, menú compuesto por unos principios básicos comunes (para dar una seña de identidad a nuestra gastronomía) y donde “la elección de las políticas específicas necesarias permanece como responsabilidad de cada país”, según reza el documento que servía de base para su aprobación.
En fin, toca esperar de nuevo y prepararse para una nueva avalancha de leyes, decretos, órdenes,…, ¡eso sí!, tras los acalorados debates previos que les acompañarán, en los cuales se incluirán como puntos clave la vinculación de salarios con la productividad, rebajas de impuestos para incentivar la creación de empleo, políticas de lucha contra el fraude, control del déficit público, etcétera, etcétera.
¡Qué bien nos lo vamos a pasar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario