Situación triste pero significativa: según la empresa de recursos humanos Adecco, un importante número de desempleados con estudios medios o superiores ocultan estos datos en su currículum con el fin de poder acceder a un puesto de trabajo. La sobrecualificación es un inconveniente. Las empresas no quieren invertir en la formación de estos trabajadores por miedo a la alta rotación que presentan: tan pronto encuentran un trabajo acorde a su cualificación abandonan la empresa; ésta debe iniciar un nuevo proceso de búsqueda y formación. Aquellos trabajadores que no encuentran un puesto adaptado a su nivel de formación y deben permanecer en la empresa muestran desmotivación y frustración.
Esta situación puede servirnos como ejemplo de la distancia existente entre empresas y sistema educativo, y por qué no, como uno de los focos en los que centrar la atención de nuestras políticas. Empresas que demandan personal poco cualificado (recuerden que aproximadamente el 95% de las empresas son pequeñas y medianas) y trabajadores cualificados que no encuentran empresas en las que desarrollar su potencial. Como se incide desde diferentes sectores, una y otra vez, en la necesidad de formación y preparación de nuestros estudiantes, trabajadores y de la sociedad en general, parece ser que el problema no reside aquí (en la sobrecualificación). Por lo tanto deberíamos fijar nuestra mirada en el tejido empresarial y orientar las políticas económicas a la creación (o transformación) de empresas con alto contenido tecnológico, de innovación, etcétera, etcétera. En otro caso, ya saben, Pepe vente para Alemania.
1 comentario:
Puede decirse que has enunciado un 'cambio de paradigma'.
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