viernes, 30 de julio de 2010

Incentivos perversos

En un post publicado días atrás había comentado que las entidades financieras (tanto en EEUU como en Europa) habían tenido ciertos incentivos perversos para llevar a cabo actuaciones imprudentes, tanto en la concesión de préstamos como en la emisión de instrumentos financieros de alto riesgo, apoyándose en una continua y cada vez mayor desregulación.
Estas entidades olvidaron cuál era su función dentro de la sociedad, confundieron su rol; de ser un medio al servicio de la sociedad convirtieron su negocio en un fin en sí mismo. Rentabilidad a corto plazo.
Se convirtieron en instituciones demasiado grandes para que se les dejara quebrar; en tal caso se produciría un efecto arrastre con graves consecuencias para el funcionamiento de los mercados y para la economía en su conjunto.
Conocían su poder, y eso les permitió utilizar todos los instrumentos a su alcance para buscar grandes beneficios a corto plazo. Las Agencias de calificación fueron sus cómplices en la creación de productos de alto riesgo al otorgarles las mejores calificaciones para su colocación en el mercado. Era una simbiosis perfecta. Las Agencias crearon servicios de consultoría para asesorar a las entidades de inversión en cómo conseguir las mejores calificaciones, a cambio de suculentas comisiones; después volvían a cobrarles cuando les concedían las calificaciones. De no actuar así, los bancos de inversión contratarían a otra agencia de calificación que se plegara a sus condiciones.
¿Por qué se actuaba de esta manera?
Se trataba de vender tantas hipotecas como pudieran (sin tener en cuenta la situación del prestatario), de emitir el mayor número de productos complejos (en muchos casos los que vendían estos productos al público no conocían su funcionamiento); tras estas operaciones se ocultaban enormes comisiones, no importaba el largo plazo, había que obtener rápidos beneficios para que trimestre tras trimestre los mercados apostaran por estas empresas e incrementaran el valor de sus acciones. Las stock options (bonus) de los directivos dependían de ello. La retribución de éstos no estaba asociada a los objetivos sociales conseguidos sino al valor de mercado de las acciones. Y los mercados podían ser engañados fácilmente: rumores, manipulación de la cuenta de resultados, contabilidad creativa, …
Los bonus fueron altos cuando los beneficios eran altos y también cuando fueron malos. En EEUU, en 2008 y en plena crisis, seis de los nueve grandes bancos pagaron más en primas de lo que recibieron de beneficios.
Todo esto se hacía “a espaldas” de los verdaderos dueños de las entidades. A pesar de que los accionistas son los dueños nominales, al encontrarse el capital tan diversificado y en manos de accionistas tan heterogéneos, en la práctica los que rigen las instituciones son los directivos y las rigen por y para los beneficios. Mientras se presenten beneficios recurrentes nadie alzará la voz.
Otro incentivo perverso es el hecho de contar con el llamado Seguro de Depósitos; los depositantes (clientes de la entidad) tienen asegurado parte de sus ahorros si los bancos asumen excesivos riesgos (quiebra). Es decir, serán los contribuyentes los que cargarán con las malas prácticas bancarias. Es lo que se denomina riesgo moral ¿Por qué preocuparse si los gobiernos cubren los riesgos?

1 comentario:

Alex dijo...

Hola,creo que lo que comentas es el gran problema que tiene el Sr.Obama y una de las causas de la crisis en EE.UU.no?asi nos salpico a todos con la globalizacion economica.
Sr.interprete,me dirijo a ud.para darle mi !!ENHORABUENA!!por tus escritos.Tambien me gustaria que comentases algo sobre como funcionan los seguros en el mundo del deporte (en caso de lesiones)por que me tiene intrigado el caso de Valentino Rossi y su pronta recuperacion,habra presion por parte de las aseguradoras para ponerlo en la pista?¿como se manejan esas cifras cuando un sr. que gana 15mill. de euros anuales se lesiona?sigue asi,en tu linea.
Saludos desde el otro lado del puente.¡¡CIAO!!