miércoles, 6 de noviembre de 2013

Memoria y responsabilidad.

Mantenía cierta simpatía, que no aprecio, hacia su persona. Dentro del conjunto quizás era el que menos estridencias y salidas de tono mostraba. Su perfil técnico más que político me inspiraba cierto respeto, pero las últimas noticias aparecidas en los medios de comunicación me animan a publicar esta entrada.
 
Luis De Guindos, Ministro de Economía y Competitividad español, declara su “profundo malestar” por la elección del candidato a la presidencia de la Asociación Española de Banca (AEB): “no es estético, que una persona que hasta hace tan poco tiempo ha participado en la elaboración de las normas financieras que han dado lugar a una crisis … se mantenga en altos cargos de responsabilidad en el sector”.
 
Bien, no voy a entrar a comentar si es ético o estético que el candidato propuesto por los grandes bancos y que trabajó en el Banco de España hasta septiembre mantenga cargos de responsabilidad en la banca, sector, no olvidemos, privado. Habría mucho que hablar al respecto, por ejemplo la colocación de “ex” en puestos de asesores en la empresa privada.
 
Estoy seguro de que, con toda probabilidad, ésta no sea la causa del profundo malestar del Sr. De Guindos, pero que estas declaraciones procedan de quien fue miembro del Consejo Asesor a nivel europeo y Director en España y Portugal del gran banco de inversiones Lehman Brothers, uno de los participantes más activos en el origen de la crisis financiera que dio inicio a la situación en la que nos encontramos, no parece muy oportuno.
 
No seré yo quien diga que el ministro ha tenido algo que ver en la comercialización de aquellos paquetes (titulizaciones) que se colocaron a los bancos, fondos y aseguradoras de Europa y que escondían tras su máscara de instrumentos financieros las famosas hipotecas basura (subprime) que dieron lugar a importantes rescates de las instituciones financieras europeas. Sin embargo este hecho no ha sido inconveniente para que el Sr. De Guindos ocupe un cargo de responsabilidad en el Gobierno.
 
Tampoco sería ético decir, como se comentó en su día,  que hemos puesto al zorro a cuidar de las gallinas y que esto nos produce un “profundo malestar”.
 
En fin, todos tenemos un pasado, pero algunos lo olvidan muy fácilmente.
 
Por cierto, según las últimas noticias parece que el ministro se ha salido con la suya.
 
 
 


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