sábado, 26 de octubre de 2013

Una reseña.

Hace unos meses terminé de leer el libro de Jeffrey Sachs,  antiguo profesor de Harvard y actualmente en la Universidad de Columbia, además de Asesor del Secretario General de Naciones Unidas. El libro se titula “El precio de la civilización”. Dejo a continuación algunos párrafos.

… el capital móvil internacionalmente (una compañía textil, por ejemplo) gana de tres maneras por el crecimiento de China. Primero, con el brusco y repentino aumento de la productividad en China que se produce por la entrada de tecnología, surgen importantes oportunidades de inversión en ese país, con una alta rentabilidad. Segundo, con el enorme aumento de la oferta laboral global, el nivel de salarios ha tendido a bajar en todo el mundo, dejando mayores rentas empresariales, por ejemplo, beneficios. Tercero, con los gobiernos de todo el mundo bajando los impuestos de sociedades y relajando la reglamentación para competir por el capital móvil internacionalmente, las empresas están disfrutando de una importante reducción tributaria.
            Los tres efectos favorecen a los inversores de las grandes corporaciones de EEUU, pero los tres ponen en peligro a los trabajadores…”.

“… Los países cuyos ciudadanos ven más televisión tienen niveles más bajos de confianza social y mayores niveles de corrupción política… A pesar del destacado número de horas frente al televisor que pasan los americanos, se puede considerar que el nivel de corrupción es sólo moderado en comparación con el de los otros países. Quizá esto se deba a que buena parte de la corrupción americana en realidad se hace legal a través de los grupos de presión empresariales y financiación de campañas”.

“… somos ‘construcciones biológicas en curso’… Nuestro cerebro, y por tanto nuestra personalidad, nuestra capacidad de tomar decisiones, y nuestros valores, están sujetos a una extensa y continuada renovación neuronal a medida que pasa el tiempo. No sólo somos lo que comemos. También somos lo que vemos y oímos, dado que lo que vemos y oímos literalmente cambia nuestro cerebro, mente y capacidad de juicio futuros.
            … la publicidad y el consumismo en masa nos debería preocupar más…”.

            “… los países con una crisis presupuestaria más profunda en 2010 no fueron aquellos con el menor ni con el mayor gasto presupuestario, sino aquellos con la menor recaudación por impuestos: Grecia, Irlanda, Portugal, España, Reino Unido y Estados Unidos. Todos presentan enormes déficit presupuestarios”.

            “Nuestro bienestar depende fundamentalmente de reconocer y educar nuestra dualidad básica: como individuos, con gustos y aspiraciones distintas, y como miembros de una sociedad, con responsabilidades y valores compartidos con otros”.

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