domingo, 20 de octubre de 2013

2ª Temporada.


 

            “… toda democracia implica la idea de que es posible mejorar y perfeccionar el orden social gracias a los esfuerzos de la voluntad colectiva”.

Tzvetan Todorov.

 
            Quizás haya llegado el momento de retomar la tarea que permanecía postergada desde hacía un tiempo y a la espera de que se produjeran nuevas circunstancias. Quizás más por responsabilidad que por convicción, no tanto por intentar agradar a los eventuales, esporádicos y sufridores lectores que se dan una vuelta por este blog, sino más bien por hallar un espacio donde depositar aquellas ideas y reflexiones que no encuentran acomodo en ningún otro lugar y que te van desgastando hasta que los alejas de ti o hasta que, con el paso del tiempo, se convierten en simples e inocuos recuerdos.

            Quizás porque de nuevo se avecinan tiempos cargados de tópicos (si alguna vez desaparecieron); basta con leer la prensa o escuchar los diferentes medios de comunicación de estos últimos días. Se está preparando un nuevo advenimiento, un mensaje cargado de optimismo. Grandes cifras estadísticas, macroeconómicas, están al caer; eso sí, obviando el lugar de partida y cualquier interrelación con otros indicadores. Escucharemos y oiremos hasta la saciedad que el PIB crece, que las exportaciones mejoran, que el desempleo se reduce (escondiendo los motivos), etcétera, etcétera.

            Es cierto que el PIB presentará una leve mejoría, algo previsto desde hace bastante tiempo por los diferentes analistas, pero esta mejoría se nos ofrecerá como sinónimo de recuperación, de crecimiento. ¿Crecimiento? Dos acepciones: la primera, algo cuantitativo que se medirá a través de la renta o producto por habitante; la segunda, algo cualitativo, asociado al concepto de bienestar, de mejora de las condiciones de vida. Deberían ir unidas, pero nos mostrarán una sola. Se nos venderá el crecimiento del PIB como indicador de mejora del nivel de vida cuando, y en palabras de Stiglitz, “mezclar las dos cosas (producción y bienestar) puede dar lugar a conclusiones engañosas acerca del bienestar de las personas y llevar a decisiones políticas equivocadas”.

            Que la renta per cápita esté aumentando no quiere decir que todo el mundo esté beneficiándose, puede que junto a un crecimiento de la renta real tenga lugar una variación de la distribución de la renta que empobrezca a determinadas personas, mientras que otras disfrutan de un crecimiento de la renta real superior a la media. “Crece el número de millonarios en España”.
 

            Cierro, de momento, como comencé, con Todorov: “El primer enemigo de la democracia es la simplificación, que reduce lo plural a único y abre así el camino a la desmesura”.