viernes, 12 de agosto de 2011

Un parche.

Solución: limitar los posicionamientos a corto (durante 15 días), o lo que es lo mismo, limitar las ventas de activos (en este caso acciones del sector financiero) sin poseerlos. Un parche temporal en Europa. Se toma prestada una acción, se vende a un precio con la esperanza (o certeza) de que baje, y se compra cuando éste haya descendido, momento en el cual se procede a su devolución. Una operación más de los mercados bursátiles y que ha dado mucho que hablar a nuestros periodistas y expertos. Alguno se atreve a hablar de vuelta a los mercados de abastos. Temen a las nuevas tecnologías y a la ingeniería financiera (razón no les falta), pero les recuerdo que en el S.XVII se produjo en los Países Bajos una burbuja económica y una crisis financiera como consecuencia de la especulación sobre los bulbos de tulipán. Y las nuevas tecnologías no habían hecho acto de presencia.

Mercados. Ayer tarde, paseando por la playa (hoy estoy poético), en compañía de un “colega” de profesión, hablábamos sobre la paradoja de los mercados. Decía mi interlocutor que los mercados en sí, no existen, que los mercados somos todos. Y razón no le falta. ¿Quién no ha contratado un plan de pensiones para cuando se jubile? ¿Quién no ha contratado un seguro para cubrirse de ciertas contingencias? ¿Quién no ha comprado acciones y fondos de inversión asesorado por su banco de confianza? ¿Qué le pedimos a nuestro de plan de pensiones? Sin lugar a dudas, que los capitales que vamos aportando para nuestra jubilación nos produzcan la máxima rentabilidad ¿o no? Los gestores de los fondos de pensiones tienen el mandato (la obligación) de rentabilizar nuestros ahorros, buscarán aquellos activos que maximicen los capitales aportados. Ellos se llevan su comisión, nosotros nuestra rentabilidad. Si estos grandes fondos, que mueven ingentes cantidades de efectivo, pueden conseguir que los países emitan deuda pública a tipos cada vez más altos, que luego compran para sus carteras, ¿están haciendo algo contrario a nuestros intereses? Paradójico. Somos los primeros en poner el grito en el cielo, pero también en pedir que nuestros ahorros sean productivos. Quizás sea política. ¿Se acuerdan, aún hoy, cuando se vendía la idea de que había que buscar alternativas para asegurarnos la jubilación ante las serias dificultades que se pronosticaban para el sistema de la Seguridad Social? Hágase un plan de pensiones, asegure su jubilación, además puede deducir sus aportaciones en su declaración de la renta. Esta era, y sigue siendo, la forma de vender estos productos. Ni que decir tiene que todos los que contratamos un plan de pensiones queremos ver como crece, como se capitaliza. Y sólo existe una clase de abono para que así sea.

Hemos creado un monstruo y éste se alimenta con lo que le suministramos.

1 comentario:

agremon dijo...

Unha enmenda: É certo que o mercado é unha especie de entidade composta, e como tal entidade composta, cada un de nós sería unha parte do mercado. Pero biolóxicamente estas entidades son tratadas como independentes, e non pasa nada: xeitos de falar.
Outra: o que fai quen pode é aproveitar o sistema mentras existe, o que non implica que non loite contra el. Outro xeito de facer as cousas sería parvo (que conste que, ás veces, eu mesmo atópome entre os parvos por conciencia)