Siguiendo el guión previsto y a pesar de la situación delicada de algunos países, entre ellos el nuestro, el Banco Central Europeo ha decidido subir el tipo de interés. Ya se encuentra en el 1,5% y en el discurso de ayer han anunciado la posibilidad de nuevas subidas antes de finalizar el año.
A, B, C,… Inimaginable una alteración del manual de operaciones. Después vendrán con ayudas a los países que no consiguen alcanzar el crecimiento necesario, a cambio de drásticos recortes.
Otros, véase el Banco de Inglaterra, a pesar de contar con una inflación del 4,5% frente al 2,6% de la Unión Europea, mantiene tipos en el mínimo histórico del 0,5%. Se comenta en prensa que influye el miedo de Alemania a un aumento de los precios que dificulten sus exportaciones. Prueba de quién manda en Europa y para quien se adoptan las políticas.
Por otra parte, y como puede leerse en el diario “cinco días”, con esta decisión del BCE, unos ganan y otros pierden. Entre los ganadores: los bancos que prestan y los ahorradores. Entre los perdedores: el Tesoro público (sus emisiones de deuda serán más caras y tendrán que pagar más intereses, es decir, el contribuyente), las bolsas (la renta variable) al desplazarse los recursos de los inversores hacia los productos de ahorro y, por supuesto, los hipotecados, que verán reducida su renta disponible al trasladarse esta subida al Euribor.
En resumen, a pesar de que los precios del petróleo han descendido, de que las economías europeas (la mayoría) no levantan cabeza, de que no existe consumo y sus derivados (producción, inversión, empleo,…), los técnicos del BCE han decidido apretar un poco más las tuercas a la maquinaria. En fin.
Por cierto, se han atrevido a cuestionar la actuación de las Agencias de calificación. Éste es un tema para reflexionar. Han caído en la cuenta de que existe una gran concentración en el sector y que debería abrirse un debate mundial al respecto. Pero ¿quién les ha dado tanto poder a las Agencias? ¿Quién ha puesto la evaluación de la deuda pública en manos privadas? Sí, se necesita abrir un debate.
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