Llegó la primavera, ¡al fin!; esa bella estación en la que se juntan nuestros deseos de quitar y guardar en el armario los pesados abrigos y húmedos chubasqueros, con el aumento de riesgo de sufrir alergias, catarros, subidas de tipos de interés,… ¡Ah! no, esto último parece que ha cambiado recientemente, el escenario que se nos presenta ya no es el mismo que el que habíamos visto la última vez que nos asomamos al teatro. Los tramoyistas, en un rápido ejercicio de prestidigitación, han procedido a modificar el escenario. El motivo, la última tragedia acaecida en el país del sol naciente. Otra obra, aunque de similares características, se subirá a escena; los actores, los mismos.
El temblor y la temida fusión nuclear han “relajado” a los mercados. Sí, como lo leen; las hordas especuladoras se han encontrado con un panorama con el que no habían contado y se han visto obligadas a relajar sus presiones. De momento plantean retirarse a evaluar el nuevo escenario y estudiar una nueva estrategia.
Claro que, aunque el grueso del ejército se mantiene a la espera de nuevas órdenes, algunos grupos aislados siguen haciendo de las suyas allí donde el enemigo es más débil, donde más está sufriendo. Mientras el Banco Central Europeo (BCE) se replantea la estrategia de subidas de tipos de interés ante las nuevas condiciones (el precio del barril de petróleo se ha relajado, las presiones inflacionistas se suavizan, el Euribor frena su escalada), los grupos guerrilleros, a los que no han llegado las noticias (o que parece mantienen su propios objetivos), atacan sin piedad, con saña y con mayor crueldad. Estos grupos se conocen con el nombre de Bancos. Diferenciales del 0,75 sobre el Euribor se han convertido en diferenciales del 2 ó 3%, con lo que contratar préstamos hipotecarios en algunas entidades financieras puede suponer pagar tipos en torno al 5%. Se denomina “prima de riesgo” o, como diría Darwin “selección natural”.
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