martes, 8 de marzo de 2011

Insisten.

Se ha puesto de moda, y por mucho que intentemos mirar hacia otro lado o apartarla de nuestra presencia, se muestra una tarea un tanto ardua. Productividad. Sí, me repito, pero es el tema del momento.

El grupo de los cien economistas tiene previsto hoy realizar una presentación a la sociedad dando a conocer sus propuestas. Esperaremos.

Los ministros de trabajo en la Unión Europea están estudiando y analizando diversas fórmulas que les permitan conseguir un consenso lo más amplio posible para dar un impulso al llamado Pacto de Competitividad.

Y alrededor de todo gira un concepto: Productividad.

Bien, el concepto más genérico es aquel que define a la misma con la capacidad relativa de producción de un determinado factor. Suele expresarse por el cociente entre el valor de lo producido y el coste de los recursos necesarios para ello.

Pero, como ya he comentado en alguna ocasión, se trata de un concepto complejo, máxime cuando dentro de una empresa u organización se producen diferentes subprocesos: compras, producción, comercialización, financiación, ventas, …, lo que da lugar a la posibilidad de obtener productividades parciales, sin olvidarnos de la productividad de un sector, de una región, etcétera.

Insisto ¿Cómo calcular la productividad para indexar las revisiones de los salarios? ¿Se puede aplicar el mismo índice de productividad a dos o más empresas del mismo sector?

En 1977 la Oficina Internacional del Trabajo emitía un informe en el que nos indicaba que la falta de productividad en las empresas tenía como elemento fundamental un excesivo consumo de trabajo, es decir, el trabajador pasaba más horas de las necesarias en su puesto para obtener un producto ¿Por qué?: deficiencias en el diseño o en la especificación del producto, deficiencias en los métodos de trabajo, deficiencias en la dirección, y tiempo improductivo del trabajador. ¿Se han solucionado estas causas? Mi experiencia me dice que no, al menos en la mayor parte de las pequeñas y medianas empresas, que recordemos forman el grueso del tejido empresarial de nuestro país.

Tampoco podemos olvidar lo que nos dice la Teoría Económica: al agregar ilimitadamente factores de producción a un proceso no crecen en la misma proporción los bienes producidos. Existen limitaciones, físicas o tecnológicas, que, una vez superado cierto nivel, impiden que la producción se incremente más. Es decir, que llegados a un punto, para conseguir aumentar la productividad será necesario reducir costes ¿Cuáles? Imagínenlos.

¿Complejo? Pues prepárense, los salarios pretenden ser indexados a este concepto. Supongo que los pequeños empresarios estarán ansiosos porque llegue el momento, y los trabajadores.

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