jueves, 14 de octubre de 2010

Duros a cuatro pesetas.

"166 clientes presentan una demanda contra la entidad financiera Bankinter, a la que reclaman 1,08 millones de euros".

La historia es sencilla; la entidad ofrecía a sus clientes, que tenían contratados préstamos hipotecarios, “seguros” ante la “probable” subida de tipos de interés. Marcaba una horquilla, con un máximo y un mínimo; si el Euribor superaba la parte alta, el cliente cobraba la diferencia, si el Euribor bajaba del mínimo marcado, era el banco el que cobraba ¿Qué pasó? Lo que tenía que suceder; el Euribor comenzó su rally descendente y el banco consiguió unas magníficas comisiones. Matizo: el Euribor llevaba tiempo bajando y los responsables de la entidad eran, indudablemente, conocedores de ello ¿Pondrían en caso contrario este producto en el mercado? ¿Podría tratarse de un fraude? Algunas demandas ya han sido admitidas.

Pero no es la única entidad que ha puesto en circulación estos productos. Soy conocedor de algún caso más; otra entidad, que no mencionaré, puso en el mercado el mismo instrumento financiero. Una persona amiga mía me pidió consejo cuando su entidad se lo ofreció. Las circunstancias hicieron el resto: preguntó a tiempo y la fortuna hizo que, por diversos motivos, yo fuese conocedor de la tendencia que llevaba el Euribor.

No me cansaré de repetirlo, las entidades financieras cumplen un papel muy digno como intermediarios, canalizando los excedentes de los ahorradores hacia los demandantes de fondos, pero no olvidemos que son “empresas” y su objetivo es obtener beneficios, mejor dicho, maximizar beneficios.

2 comentarios:

agremon dijo...

Creo que lo básico es que hay quien no se da cuenta (para eso está la propaganda) que en un negocio para que alguien pague un duro por cuatro pesetas, alguien tiene que recibir sólo 4 pesetas por el duro...

Beni dijo...

Boas.
Permíteme que sexa escéptico unha vez máis.
Máis que fraude, para mín poderíamos falar de publicidade enganosa. E tampouco está de todo claro...
En todo caso, ¿quén me obriga a min a fumarme un pito aínda sendo consciente dos máis que "probables" perxuizos que me pode acarrear?.
A decisión última é do cliente. Non hai coacción, obviamente, nen imposición.
Mal arreglo, pois.
Saúdos.