lunes, 14 de junio de 2010

¿No somos culpables?

Aunque no estoy de acuerdo con la “gestión” que se está realizando de la crisis, tanto por algunas de las medidas adoptadas como por las imposiciones que vienen de fuera (FMI, UE, …), tampoco estoy de acuerdo con la opinión mayoritaria de que la “culpa” es toda del Gobierno. ¿Por qué? Expondré algunos de los hechos más relevantes que se han producido durante los últimos años antes de que sufriéramos la virulencia de la crisis, primero financiera, luego económica, allá por el año 2007. A destacar:

Sobornos para la obtención de recalificaciones de terrenos. Licencias de obra otorgadas sin control, lo que suponía suculentos ingresos para los ayuntamientos que veían una magnífica fuente para incrementar sus presupuestos (muchas veces destinados a pagar favores).Venta de terrenos por parte de ciudadanos a promotoras y constructoras a precios millonarios que se reinvertían nuevamente en inmuebles con el propósito de obtener nuevas plusvalías (“Invertir en ladrillo siempre ha sido rentable”, decía en una entrevista el Consejero Delegado de la promotora Valle Romano Golf&Resort). Compra de viviendas sobre plano a través de contratos u opciones de compra que al poco tiempo eran vendidos a nuevos compradores obteniendo así generosas plusvalías. Endeudamiento de particulares hasta límites insospechados, por encima del 100% del valor de tasación del inmueble y todo ello con la complicidad de las entidades financieras que no ponían reparo alguno a la financiación de las familias, sin evaluar de manera adecuada los riesgos. Las estadísticas publicadas en el 2007 mostraban que el número de hipotecas era mayor que el número de viviendas vendidas, los consumidores estaban utilizando los préstamos hipotecarios para financiar sus sueños e ilusiones. Y cuando necesitaban cambiar de coche, de moto, hacer un viaje inolvidable o pagar los estudios de sus hijos en una universidad privada hipotecaban nuevamente su vivienda, o realizaban una ampliación de la misma debido a que el tipo de interés del préstamo hipotecario era mucho más atractivo que el de los créditos al consumo. Muchas personas no hacían números o preferían no hacerlos porque deseaban vivir bien aunque fuese por encima de sus posibilidades.

A todo ello añadir que la propia administración tributaria también quería parte del pastel y así revisaba los valores declarados en las escrituras de compraventa o de permutas de terrenos e inmuebles, incrementándolos, ya que consideraba que no reflejaban el valor de mercado, contribuyendo a aumentar la burbuja inmobiliaria.

Y qué decir de las empresas endeudadas de forma escandalosa. Por poner un ejemplo, ¿Saben a cuánto ascendían las obligaciones de pago de las compañías más emblemáticas de nuestro orbe empresarial? El crecimiento del pasivo exigible, es decir, obligaciones de pago, podíamos calificarlo de monumental. Sólo 5 compañías (Acciona, ACS, Sacyr, Ferrovial, FCC) incrementaron su deuda respecto al ejercicio del 2006 un 112,2% (66.497 millones de euros). Los coeficientes de endeudamiento, absolutamente alejados de las pautas de los mejores manuales de finanzas.

Y cuando ya se había creado una gran burbuja inmobiliaria y al otro lado del Atlántico se empezaban a vislumbrar indicios de que algo se estaba produciendo en el sistema financiero, a pesar de que algunas voces avisaban de que se estaban corriendo elevados riesgos tanto en el sistema financiero como en el sector de la construcción, aún podíamos leer y oír declaraciones como las siguientes:
En el mes de enero de 2007 se leía en ciertos medios especializados: “El sector financiero español es el más eficiente”. “Los analistas apuestan por la banca”. Caja Madrid descarta un desplome del mercado de la vivienda, augura un ajuste gradual y ordenado del sector, “la economía española seguirá equilibrando su patrón de crecimiento, con una demanda nacional que también se moderará de forma suave …”.
En el mes de marzo, cuando se habían producido fuertes turbulencias en los mercados financieros y en las bolsas de todo el mundo, el Fondo Monetario Internacional salía a tranquilizar los ánimos de los “inversores” señalando que los descensos son una corrección y no un cambio fundamental en la dirección del mercado. Su Director Gerente, Rodrigo Rato (conocido por todos nosotros), declaraba, “el mundo sigue mostrando un escenario muy benigno, además el crecimiento de la economía estadounidense registrará este año una suave desaceleración”.
Por su parte, un estratega de Citigroup en España declaraba: “las crisis nunca se anticipan. Simplemente ocurren… Pero ¿quién puede pensar en una crisis y asumir el coste de oportunidad de estar fuera del mercado? Al final no pasará nada". Pero puntualizaba, "eso espero”.
En el mes de abril, ya en plena crisis financiera, el presidente de la Reserva Federal (FED) de EEUU, Ben Bernanke, ante su comparecencia ante el comité económico del Congreso y el Senado afirmaba que “el impacto de los problemas del sector hipotecario en el resto de la economía y en los mercados financieros probablemente estén contenidos”.
Otros, aquí en España, decían: “La principal conclusión de los expertos consultados es que la tendencia sigue siendo alcista. Tras el pánico vendedor vivido a principios de marzo, …, se prevé fuertes subidas desde julio a septiembre”. O también: “es probable que desde julio a septiembre de 2007 se produzcan fuertes subidas en las bolsas de todo el mundo”.
En el mes de mayo, desde la Unión de Créditos Inmobiliarios (UCI), se consideraba bastante improbable una crisis en el mercado hipotecario y financiero español. Desde Banesto, Sabadell o Popular, sus presidentes reconocían “un repunte de la morosidad, sin ver en ello síntomas de crisis”.
Un analista de la sociedad GESARISTOS decía: “aunque no es un buen momento para las inmobiliarias en bolsa, el inversor, a priori, no debe estar muy preocupado porque son suficientemente sólidas a largo plazo y han hecho un gran esfuerzo de diversificación”.

¿Quieren más?; en Junio, la patronal de las Inmobiliarias Madrileñas, ASPRIMA, preveía que el precio de la vivienda crecería un 3% en 2007, pronosticaba un estancamiento de los precios en 2008 y un ligero repunte del 1% en 2009. Incluso algunos se atrevían a realizar previsiones: Los “expertos” de Banco Urquijo “ponían fecha” al final de la crisis y creían que las “turbulencias” no deberían prolongarse “más allá del verano”.
Desde Inversis Banco se afirmaba que la situación de recortes se mantendrá “al menos hasta el mes de octubre”; de prolongarse las condiciones actuales, “2007 será un año alcista”. Y desde el Banco BPI: “los dos grandes bancos españoles … tienen una exposición muy baja a la crisis”. Lo interesante sería “centrarse en valores que han estado castigados sin un motivo aparente como bancos y constructoras”.
Más:
Desde el Lauder Institute (Wharton School): “la banca española es muy sólida financieramente y está muy bien supervisada por el Banco de España. No van a producirse aquí los problemas que aquejan a las financieras de hipotecas en EEUU”.
Y todavía en 2008 la patronal de las grandes constructoras, SEOPAN, decía: “La construcción goza de buena salud y superará con nota la desaceleración del crecimiento económico que los distintos organismos económicos pronostican, …”.

Pues lo dicho, ¿Todavía siguen creyendo que no tenemos ninguna culpa?
Y para colmo, hoy, en el 2010, las recetas para salir de la crisis que nos imponen desde las diferentes instituciones (FMI, BCE, FED, etc. apoyadas por las Agencias de Calificación, siervos y lacayos todas ellas de los verdaderos dueños del mundo, los mercados financieros) tienen como objetivo restablecer el “orden” que imperaba antes de que estallase la crisis mundial. Estos mercados son los verdaderos “dirigentes” de nuestros destinos, por mucho que alguno crea lo contrario. Vean sino el siguiente ejemplo: hay personas que ganan más en un solo día que un trabajador medio en todo un año. Según un estudio publicado por Institute for Policy Studies, los gestores de las grandes firmas de capital riesgo y hedge funds ganaron durante 2006 y en sólo diez minutos el equivalente a una paga media anual de un asalariado. Además, los 20 gestores de fondos mejor pagados de Wall Street (EEUU) ganaron durante 2006, en media, el sueldo medio anual de un trabajador estadounidense (29.500 dólares) multiplicado por 22.000; es decir, 32 millones y medio de dólares en un solo año cada uno de ellos.

Las miserias morales no son menos indignas que las miserias materiales. La ignorancia es quien las ha creado” Victor Hugo.
En fin, yo también soy culpable.

3 comentarios:

Eu dijo...

... han estado castigados sin un motivo aparente ...

Jajaja

Beni dijo...

Pódese dicir máis alto pero non máis claro. Eso sí, permíteme comentar que neste caso pasa un pouco como cando se dí que todos somos iguáis: aquí tamén son uns un pouquiño máis culpables que outros...
Boísimo o artigo. Moi clarificador. Noraboa e a seguir así.

Anónimo dijo...

Muy bueno el articulo.
Siempre te estaremos esperando en Hacienda,lo leimos todos y nos encantó.