jueves, 30 de diciembre de 2010

Feliz Año.

Para terminar este turbulento año y dar la bienvenida al nuevo (vendrá lleno de sorpresas) que mejor, y siguiendo la línea de este blog, que mostrarles en que se gastará el Gobierno nuestros impuestos durante el próximo ejercicio. No, no se preocupen, no voy a dejarles la Ley de Presupuestos con sus, aproximadamente, 450 páginas publicadas en el BOE. Les remito a una aplicación creada por David Cabo con la colaboración de la ONG Pro Bono Publico y la Open Knowledge Foundation; en ella podrán comprobar de forma visual y amena como serán repartidos los impuestos que el Estado recauda.

Es, ciertamente, interesante. Ya no podremos escudarnos en la falta de transparencia y el desconocimiento, ya no podremos decir aquello de “no sé adonde van mis impuestos”. Un tópico menos.

Aprovecho para dar las gracias a todos los que han perdido un poco de su valioso tiempo en leer lo que este modesto autor ha ido publicando durante la corta vida de este blog.


Gracias y Feliz Año.




martes, 28 de diciembre de 2010

No son inocentadas.

No señor Pons, la prescripción de delitos fiscales (caso Fabra) no es una buena noticia, ni para la presunción de inocencia ni para el funcionamiento de un sistema democrático (quizás sí para un estado de derecho). Que los “indicios” de delitos se queden en el limbo por la utilización de artificios legales no es bueno, salvo para el presunto autor (sí, es un derecho que le pertenece). Uno es inocente mientras no se demuestre lo contrario, es cierto, pero no se es inocente (al menos para la sociedad) por el paso del tiempo. Insisto, a pesar de la alegría del Sr. Pons (Vicesecretario de Comunicación del PP) no son buenas noticias. Si la integridad y la honestidad de las personas públicas tiene que demostrarse mediante la prescripción de los delitos ¿dónde situamos la responsabilidad, la ética? Hoy más que nunca, y en palabras de Plutarco, “la mujer del César no sólo ha de ser honrada, sino también parecerlo”.

Los que me siguen desde que decidí abrir este blog hace unos meses, recordarán que lo había comentado con anterioridad: el déficit tarifario  nos traerá desagradables sorpresas. La primera se ha consumado. No será la última.

Hoy también es un día triste. La cadena de televisión CNN+ dejará de emitir. La inviabilidad de un proyecto (una vez más los resultados económicos) impide que podamos atisbar algún resquicio de calidad en la llamada caja tonta. Sé que alguno estará contento por este motivo, yo, personalmente, siento que pierdo la oportunidad de poder escuchar las opiniones de personajes interesantes y de muy diferente perfil, algunos totalmente antagónicos, pero siempre con interesantes reflexiones que aportaban riqueza al debate, y lo más importante, siempre tratados con el máximo respeto. En fin, nos queda “Gran Hermano”, “El gato al agua”, “la noria”, …

lunes, 27 de diciembre de 2010

Alquileres.

Nos llevaban tiempo avisando. Los que trabajamos de forma habitual próximos (rozándonos diría yo) a la Agencia Tributaria, éramos conocedores de que ésta estaba implicada en la lucha contra los arrendamientos de vivienda ocultos o fraudulentos. Y, dando un paso más, a partir del 2011 la Agencia Tributaria obligará a las compañías eléctricas a que informen sobre el consumo de luz de los hogares, quiénes son los titulares de los contratos de suministro, a qué vivienda pertenecen (indicando su referencia catastral) y dónde se localiza.

Como he dicho, lo que se busca son contratos de arrendamiento ocultos. Segundas viviendas que se encuentran alquiladas sin contrato y sin declarar los ingresos que se perciben por ellas, formando parte de la llamada economía sumergida. Inexplicable hasta cierto punto esta actuación por parte de los contribuyentes, ya que los ingresos, o mejor dicho, los rendimientos netos procedentes del arrendamiento de vivienda se beneficiaban de una reducción del 50 por ciento hasta la fecha, incluso del 100 por cien en algunos casos, como los alquileres a menores de 35 años, con ciertas condiciones.

Ya lo saben, aquellos que tengan pensado alquilar una vivienda durante el año que entra, que sepan que sus compañías eléctricas (veremos cuanto tiempo tardan las del agua) informarán a la Agencia Tributaria del consumo que se realiza en dicha vivienda. Alguno ya está pensando en la disculpa (inútil) que ofrecerá a los funcionarios de la Agencia Tributaria cuando se dé el caso. Resulta más sencillo declarar el arrendamiento y el impacto en el bolsillo del contribuyente no es, en muchos casos, tan gravoso. A partir del 2011 la reducción pasará a ser del 60 por ciento; eso sí, para reducir el 100 por cien, el joven inquilino no puede tener más de 30 años.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Solución o problema futuro.

Me pregunto una vez más si las medidas que se pretenden implantar han sido elaboradas con un mayor trasfondo que el simple hecho de hacer frente a la coyuntura actual, a las exigencias de los mercados y de organismos internacionales.

¿Se han tenido en cuenta las diferentes sensibilidades existentes en nuestra cultura? ¿Las medidas exigidas desde diferentes latitudes son aplicables por igual en todos los países?

Incrementar la edad de jubilación a los 67 años (incluso más, como propone la OCDE), disminuir la prestación o subsidio para los desempleados de mayor edad, con el objetivo de que se impliquen activamente en la búsqueda de empleo,… ¿será este el camino? ¿No estaremos creando un problema que tendrán que solucionar generaciones futuras?, por no decir las actuales.

Quizás, desde un punto de vista conceptual y académico, las medidas sean coherentes (reducción de déficit público, mayores ingresos derivados de cotizar más años, …); plasmadas en un papel, y partiendo de datos y cifras, puede que las premisas sean acertadas, pero cuando estas medidas lleguen a su lugar de destino ¿se cumplirán las expectativas? Ahí nos encontraremos con la realidad: ¿cuántos empresarios están dispuestos a incorporar a sus plantillas a las personas de mayor edad? Como ejemplo, el informe elaborado por la consultora DBM España: “El 85% de los currículos de trabajadores mayores de 50 años recibidos por las empresas acaban en la papelera”.

¿Cultura empresarial?

miércoles, 22 de diciembre de 2010

¿Desconfianza?

Tampoco tiene porque extrañarnos tanto: “Dos de cada tres españoles no confía en los consejos de su banco o caja de ahorros, según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU)”.
Recuerdo durante aquellos años (que lejos parecen) de riqueza ficticia que nuestros queridos bancos nos llamaban día sí y día también para ofrecernos sus productos con suculentas rentabilidades: “es una oportunidad única” nos decían, y lo cierto es que no estaban equivocados; durante años los productos financieros que se colocaban en el mercado conseguían por lo general buenas rentabilidades, pero no como consecuencia de sus propias virtudes, más bien era consecuencia de un mayor número de inversores domésticos que nos dejábamos llevar por la tentación de dinero fácil y rápido. Claro que al mismo tiempo se estaba creando una enorme burbuja con la entrada masiva de capital, ¿recuerdan los fondos de inversión, las acciones de empresas privatizadas, depósitos estructurados, etcétera, que nos ofrecían? Y no hablemos de los préstamos hipotecarios que se concedían a todo aquél que entrara por la puerta de la sucursal, con poco más que una nómina asociada a un contrato temporal, pero con la promesa de que no tendría ningún problema para hacer frente al pago de la (enorme) hipoteca, y, en tal caso, siempre podría vender la vivienda a un precio superior (en fin, eran otros tiempos).

Una anécdota que refleja lo osado de aquellos días me sucedió como espectador en una sucursal bancaria; me encontraba a la espera de ser atendido, mientras uno de los empleados estaba ofreciendo a un cliente de la entidad un depósito para especular con el tipo de cambio del euro/dólar. Intentaba convencerlo de que era una oportunidad única, le comentaba que la información que manejaba el banco en aquellos momentos era una previsible revalorización del dólar frente al euro, con lo que se podrían obtener unas buenas plusvalías. Digo que era una anécdota, porque en aquellos momentos la tendencia del tipo de cambio era totalmente la inversa, una revalorización del euro que llevaba tiempo produciéndose (supongo que los analistas del banco considerarían que ya no subiría más y proponían a sus clientes una “apuesta” a la baja). ¿Qué pasó? El euro continuó revalorizándose de forma importante durante bastante tiempo. La decisión que adoptó el cliente la desconozco.

Otros (yo entre ellos) han decidido llevar a cabo sus propias inversiones sin necesidad de “asesoramiento” de su entidad financiera, “para perder dinero no necesito consejos”. El resultado, a veces, es el mismo, pero la decisión es mía. Para apuestas, la de la lotería de Navidad de hoy. Que tengan suerte y salud.

Por cierto, para los que todavía no lo sepan, los premios que se obtengan del sorteo están exentos de tributar; otra cosa son las rentabilidades que se consigan con ellos, pero, ¿para qué preocuparse? me dirá alguno.

Feliz Navidad.

martes, 21 de diciembre de 2010

Recomendaciones desde el despacho.

La OCDE, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, acaba de publicar su informe anual sobre España. Tras lo leído en prensa podría detenerme en algunas de las recomendaciones que efectúa para nuestro país, desde prolongar la edad de jubilación más allá de los 70 años según las circunstancias, pasando por el aumento de los impuestos indirectos, aquellos que recaen sobre todos los ciudadanos indistintamente de cual sea su nivel de renta, hasta la disminución de impuestos a las empresas, entre otras. Pero no, voy a pararme en la siguiente propuesta: “reducir la duración e ir eliminando progresivamente esas prestaciones en forma de subsidio que se pagan a los parados de mayor edad una vez han agotado la prestación contributiva”.
Es cierto que han existido casos, y existen, en los que el trabajador y el empresario, cuando el primero llega a una cierta edad próxima a la jubilación, acuerdan de forma encubierta (ilegal) realizar un despido (sin que el trabajador cobre la indemnización) para que los años que le faltan hasta la jubilación pueda cobrar la prestación por desempleo (desconozco los motivos, pero existe la creencia, muy arraigada, de que si no se actúa de esta manera el trabajador pierde dinero ¿?). Pero también es cierto que no todo trabajador que pasa a la situación de desempleado es consecuencia de este tipo de actuaciones. ¿Cuántos mayores de, por ejemplo, 55 años no han sido despedidos por cierre patronal o por reducción de plantilla?

Lo que no me deja claro el informe de la OCDE es cómo una persona de 60 años puede volver a incorporarse al mercado de trabajo ¿Existen muchos empresarios dispuestos a contratar trabajadores próximos a la edad de jubilación? Puede que en los despachos de la OCDE sea habitual, pero ¿un mecánico, un albañil, un operario de fábrica, …?

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Aprovecho para hacerles llegar un artículo publicado en el diario argentino Clarín y cuyo autor es el editor Martin Kettle del diario británico “The Guardian”. ¿Por qué? Porque al parecer no soy el único que cree que las Agencias de calificación juegan en muchos casos un papel interesado, se les atribuye un rol excesivo y porque mi amigo Simon me hizo una pregunta sobre la posibilidad de crear agencias europeas que instaurasen un poco de competencia en el sector.
Dejo el enlace al final para aquél que quiera acceder al texto completo. Destaco mientras alguna de las perlas que, traducidas, nos deja el Sr. Kettle:
“Una calificadora de crédito puede decidir desde una oficina si millones de españoles tendrán empleo o podrán seguir pagando sus hipotecas”.
“Ese honor le pertenece …, a Kathrin Muehlbronner, una economista políglota graduada en Tübingen, … es vicepresidenta y analista de riesgo soberano, especializada en España, en la calificadora de crédito Moody’s”.
(Moody’s) “era una “fábrica de triple A”. El resultado fue que, desde las hipotecas subprime hasta el propio mercado de bonos, el sistema fue inundado de productos financieros que estaban extremadamente sobrevaluados, todos garantizados por lo que al final resultaron ser calificaciones sin valor”.
“En el mundo de fantasía de las calificadoras, todo se reduce a un juego de cifras”.
“La idea de que una gran nación como España… sea puesta de rodillas por el capricho de un puñado de ejecutivos de sueldos exorbitantes que miran las pantallas de las computadoras, es indignante”.
“La lucha en los mercados europeos no es sólo entre la Unión Europea y los estados-nación, como demasiados desearían verlo. Es también entre los estados-nación y los mercados financieros. Y en esa lucha debemos estar del lado de los estados-nación, ya que algún día los mercados también vendrán por nosotros”.

Artículo Martin Kettle.

lunes, 20 de diciembre de 2010

¿Por qué me miran mal?

Como dice aquella conocida canción de Loquillo, “tu madre no lo dice, pero me mira mal”. No hay forma de que los mercados centren su atención en otros lugares. Por mucho que nos empeñemos en hacerles ver que las medidas adoptadas van en la senda marcada, una y otra vez miran con recelo y desconfianza a nuestro país. Estos días nos hablan de la deuda “oculta” de las Comunidades Autónomas y su impacto en las cuentas públicas, pero me temo que donde mayor desconfianza existe es las cuentas de las entidades financieras. Dicen algunos analistas y periodistas especializados que los bancos ocultan la realidad de su situación, ya sea mediante artificios contables o, directamente, saltándose la ley, y todo ello a pesar de los continuos mensajes de tranquilidad que se envían desde el Banco de España. ¿En qué basan tanto analistas como mercados su desconfianza?

Los bancos clasifican sus bienes y derechos, es decir sus activos, en diferentes “carteras” a efectos de su contabilización. Para que se hagan una idea, es como abrir un archivador e ir clasificando documentos según diversos criterios; por ejemplo, los préstamos que concede el banco o las inversiones que realiza en deuda pública (bonos, obligaciones) son clasificados en “carteras” para posteriormente ser valorados. Ahora bien, estos derechos deben ser revisados periódicamente para conocer cuál es su valor actual, y si han sufrido algún deterioro, por ejemplo, porque el préstamo concedido se sospecha que devendrá en un impago, entonces deberá actualizarse el valor de la cartera reconociendo la pérdida en la cuenta de resultados.

Pues bien, como he dicho, existen ciertos analistas que insinúan, mas bien claman, que las denominadas “Carteras a vencimiento” que recogen gran parte de las inversiones que poseen los bancos, "no se están valorando", por lo que mostrarían unos activos sobrevalorados que no reflejan la realidad. Esto quiere decir que los bancos pueden ser una bomba de relojería, que no están reconociendo las pérdidas en las que han incurrido y su situación puede ser muy, muy diferente a la que muestran. Además, también afirman que estas carteras no fueron declaradas en los famosos test de estrés que tan buenos resultados mostraron.

Así pues, parece ser que podríamos encontrarnos con activos sobrevalorados y con todas sus posibles implicaciones. ¿Serán estos los motivos por los cuales el mercado de capitales no termina de fiarse de nosotros? Con la cantidad de ladrillo que existe por todo lo ancho y largo de nuestro país, y con los consiguientes préstamos vinculados ¿no es extraño que la morosidad no se dispare? ¿No es extraño que los bancos no necesiten recapitalizarse? Estas y otras preguntas son las que pueden estar haciéndose los mercados.

Yo todavía me haría otra pregunta ¿Y los auditores? Su trabajo consiste en emitir un, digamos, trascendental informe (tras un largo proceso) que diga que las cuentas anuales reflejan, o no, la imagen fiel del patrimonio, de la situación financiera y del resultado de la entidad ¿Se pillarán las manos? Mi curiosidad me llevó a leer alguno de estos informes publicados y los pocos que he visto, estaban limpios, es decir, las cuentas reflejan la imagen fiel.

¿Hasta cuándo tu madre me seguirá mirando mal?

viernes, 17 de diciembre de 2010

Una recomendación fiscal.

Aunque este modesto blog no nació con la intención de ser un vehículo de asesoramiento y consulta, me ha parecido conveniente, y debido a que apenas quedan días para finalizar el año y antes de que sea tarde, dejar una pequeña recomendación que puede ayudar a más de uno.

Como sabrán, a partir del próximo ejercicio 2011 y salvo cambios de última hora en los Presupuestos Generales del Estado, se elimina en la “Declaración de la Renta” o "IRPF" la deducción por adquisición de vivienda para todos aquellos que tengan bases imponibles superiores a 24.107,20 euros y que a 31 de diciembre de 2010 no hayan adquirido su vivienda habitual (existen ciertos matices, como puede ser la deducción que establecerá cada Comunidad Autónoma).

El problema que pueden encontrarse algunos, y que es el objeto de este post, son las denominadas “cuentas ahorro-vivienda”; los que teníamos intención de adquirir nuestra vivienda habitual contábamos con la opción de depositar cantidades en estas cuentas ahorro y aplicar igualmente la deducción a la espera de que se produjese la compra efectiva. Bien, para evitar sorpresas, aquellos que tengan depositadas cantidades en las mencionadas cuentas para proceder a la adquisición futura de su vivienda, les recomendaría que las materializasen este año 2010, ya sea mediante un pago al promotor, la firma de un contrato privado, etcétera, para así poder continuar deduciendo como hasta ahora, a través del régimen transitorio legislado que permitirá a los contribuyentes con derechos adquiridos seguir aplicando la correspondiente deducción durante los próximos años. De no ser así, puede que cuando efectúen la compra se encuentren con la desagradable sorpresa de no poder aplicar la deducción al haber superado el umbral establecido (24.107,20), con las consiguientes consecuencias: devolución de las cantidades deducidas en años anteriores por la cuenta vivienda así como los intereses de demora.

Felices compras.

jueves, 16 de diciembre de 2010

La otra economía.

205.000 millones de euros es lo que estima “Visa Europe” que se movió en nuestro país, y durante el año 2009, en economía sumergida, un 20 por ciento aproximadamente del Producto Interior Bruto (PIB).

Construcción, hostelería y restauración, junto al comercio, son los sectores más “negros”; aquellos otros sectores regulados (curioso) como el gas, luz, agua, … son los que menos expuestos están a la economía sumergida.

Se achaca a los altos impuestos y a la carga que supone la seguridad social para las empresas. Claro que uno se pregunta si estos sectores regulados no pagan impuestos o si sus costes de seguridad social son más bajos. También uno se pregunta por qué países con mayores tipos impositivos (directos o indirectos), o mayor presión fiscal, tienen un menor porcentaje de economía sumergida, véase Francia, Suecia, hagamos una excepción con Italia, etcétera.

Alguno recordará que en un post anterior (“Fraude”) ya hablé sobre el tema. Sigue siendo curioso el hecho de que tanto en tiempos de bonanza como de crisis los porcentajes de fraude sean similares ¿será un problema endémico de nuestro país?

Según lo visto en prensa, Visa Europe propone como solución instaurar un medio de pago a través de tarjetas para evitar los servicios y pagos en “negro”. A ser posible que sean las suyas (esto lo digo yo).



Aprovecho la entrada para hacer una llamada sobre el tema más actual, la crisis de deuda y concretamente la relacionada con nuestro país. Se han producido las subastas de deuda pública, y las obligaciones a 15 años se han colocado con un tipo de interés próximo al 6 por ciento y los bonos a 10 años al 5,485 por ciento. Tipos preocupantes, son altos, y según leo la demanda ha sido baja, ¿miedo? Tengo la impresión de que algo se esconde y los mercados lo saben ¿dónde?, vuelven a escucharse voces que apuntan a nuestros bancos.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

¿Y para eso se les paga?

Se les paga por generar dudas, incertidumbre. Sí, esta es la primera impresión que me causa la noticia que puede verse hoy en prensa sobre el mensaje, o amenaza, que envía la Agencia de Calificación Moody’s al mercado. Lanza, y después aclara, un mensaje en el que pone en cuestión la solvencia de la deuda pública española; como digo, después lo aclara, pero el mensaje queda ahí. ¿Qué pretende? Otorga un nota alta a la solvencia española, con lo que nos dice que el riesgo es bajo, pero …

Lo que cuesta entender es por qué basa sus informes en presunciones, según lo visto en prensa: la recapitalización de los bancos españoles “puede ser” superior a lo previsto, ¿puede ser? ¿Se les paga por ser adivinos? Claro que “puede ser” que los bancos necesiten más capital, pero también “puede ser” que no. Lo que consiguen de esta forma es cubrirse las espaldas, existe la posibilidad pero ¿con qué certeza? Pónganse ustedes en el supuesto de que una persona acude en busca de su opinión, por ejemplo, profesional, y en su contestación usted incluye la expresión “puede ser”, sin más, y además, le pasa una generosa factura por la consulta, por la incertidumbre. En fin.

Pero esto no es todo, también pone en “dudas” el control que puede ejercer el Gobierno sobre las cuentas de las Comunidades Autónomas. ¿Influyen tanto las cuentas de las Comunidades Autónomas? De ser así, ¿Cómo otorgan una calificación alta a la deuda pública? Muchas preguntas y nada concreto.

Mientras, el mercado recibe la noticia y la prima de riesgo sube, con el consiguiente coste futuro para los españoles, porque tendremos que pagar los intereses, ¡todos!

Indiferente que los organismos internacionales, véase FMI, UE, OCDE, … hagan sus revisiones al alza de los datos macroeconómicos referentes a España, las Agencias a lo suyo. Les pagas y recibes. Y si no les pagas no puedes colocar deuda en el mercado. ¿Nadie será capaz de poner remedio a esta situación?

martes, 14 de diciembre de 2010

Regreso de Cancún

Ya estamos de vuelta. Tras haber pasado unos días en Cancún nos volvemos a casa todos contentos; bueno, todos no, Bolivia es el único de los participantes que presentó ciertas objeciones a lo que allí se dijo; ni caso. ¿Serán represalias contra Evo por la famosa patada? Quién sabe.

Lo cierto es que finalizó la cumbre sobre el clima que se celebraba en ese lugar paradisíaco (supongo, yo nunca he tenido la oportunidad de visitarlo) y prácticamente todos los países han salido satisfechos. Los pobres, porque recibirán ayudas por no talar sus árboles; los ricos, porque dentro de un año volverán a reunirse en Durban (Sudáfrica) para pasar unos días. ¿Verdad que eligen sitios un tanto exóticos para sus encuentros?

Mientras, como conclusiones, ¡qué decir! Rellenan un texto final con abundantes eufemismos para todos los gustos y, sobre todo, con mucha diplomacia para no ofender al “otro”, mucha, mucha diplomacia: el texto “reconoce” (no existe compromiso) que hay que mantener la subida de la temperatura por debajo de los dos grados centígrados. Por otro lado, ¿lo pactado en la cumbre será algún día vinculante?, queda “abierta” la posibilidad. El Protocolo de Kyoto, ¿será prorrogado? Japón en principio se oponía, pero … ya veremos el año que viene; el resto de países lo da por hecho. ¿China, EEUU?, los mayores emisores de gases, este Protocolo no va con ellos. Los países emergentes se comprometen a “conseguir desviar sus emisiones en 2020 respecto a la tendencia actual”; ¡2020!, ahí, a la vuelta de la esquina, ¿mientras tanto …?; además, estos países, “deberían” enviar a la ONU un informe bienal sobre sus emisiones, pero, ¡ojo!, se revisará de forma "no intrusiva, no punitiva y respetuosa con la soberanía nacional", al parecer, una exigencia de China (los funcionarios de la ONU leerán los informes y, si no les gusta lo que ven, mirarán para otro lado, meterán el informe en el fondo del cajón y, hasta mañana que hoy juegan los Knicks de Nueva York y se nos hace tarde).

Pues nada, lo dicho, todos contentos. Nos vemos el año que viene en Sudáfrica.

lunes, 13 de diciembre de 2010

¿Gato encerrado?

Uno ya no puede fiarse de nadie. Aprovechando que te has dado la vuelta o que estás ausente intentando arreglar tus propios problemas, siempre hay alguien que de forma encubierta intenta aprovecharse de tu situación, sea real o ficticia.

Les hablé unas cuantas veces (alguno ya estará aburrido) de la presión que ejercían los mercados sobre los países mas pequeños de la Unión Europea, los conocidos como PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia, Spain), la mayoría de las veces con la connivencia de las Agencias de Calificación que revisaban, a la baja, el rating de su solvencia, obligándoles a emitir deuda pública a corto plazo y a unos tipos de interés estratosféricos ante la dificultad cada vez mayor de emitirla a largo plazo. Les hablé de que eran los propios mercados (Fondos de inversión, de pensiones, etcétera,) los que posteriormente compraban esa deuda para sus carteras buscando altas rentabilidades.

Si lo recuerdan, también les hablé de la situación que vivía uno de nuestros socios europeos, concretamente Alemania, que se beneficiaba de manera directa o indirecta de la situación actual.

Pues bien, como se puede leer hoy en prensa, los bancos alemanes durante el mes de octubre han comprando deuda pública sin precedentes, nada más y nada menos que 90.000 millones de euros, aprovechándose, claro está, de los tipos de interés atractivos que los países se ven obligados a pagar.

No es de extrañar que ciertos políticos pongan tantas reticencias a la hora de negociar políticas comunes que beneficien al conjunto de los países europeos ¿para qué? ¿Quién tiraría piedras contra su tejado?

viernes, 10 de diciembre de 2010

¿Fin del euro?

Esta es la pregunta que últimamente se hace mucha gente tras los acontecimientos acaecidos durante los últimos meses (Grecia, Irlanda, Portugal, España, …); por lo que he podido comprobar existe cierta preocupación o, al menos, inquietud, por conocer cuál puede ser el destino de la que ha sido durante los últimos años nuestra moneda.

Lo cierto es que responder a esta cuestión se torna un reto difícil, quién sabe lo que pasará por las cabezas de nuestros dirigentes europeos. Por ello, y porque resultaría más sencillo dar un pronóstico sobre quién ganará la liga de fútbol, voy a intentar resumir cuáles son las posturas que se manejan al respecto.

Por un lado, nos encontramos con los partidarios de la “desaparición” de la moneda única, o euro. Sí, alguno se sorprenderá, pero existen economistas, políticos, etc., que ven más problemas que soluciones en la existencia del euro. A pesar de los beneficios que ha acarreado su presencia durante estos años, sobre todo a la hora de efectuar transacciones comerciales (por ejemplo, la reducción de los costes, financieros principalmente), cuando las cosas se han torcido surgen las dudas sobre su utilidad y afianzan los motivos de sus detractores: diferentes estructuras económicas en los países que conforman la zona euro, y, lo más importante, con diferentes marchas en su crecimiento económico, impide utilizar la moneda única como instrumento revitalizador de las economías más deprimidas. Los partidarios de su eliminación esgrimen el mayor margen de maniobra del que dispondrían los países con monedas propias: una devaluación (una pérdida de valor) de éstas haría más competitivas las exportaciones, con lo que se podría mantener o reactivar el funcionamiento de la economía ante la escasez de demanda interna (lo que compran los residentes de un país).

Por otro lado están los “defensores” del euro. Aquellos países que tienen sus principales mercados fuera de sus fronteras, principalmente Alemania, que mantiene entre un 50 y un 60 por ciento de su mercado en la zona euro. Una vuelta a su moneda, el antiguo “marco”, pondría en dificultades sus exportaciones como consecuencia de la fortaleza que tendría sobre el resto de las monedas europeas (al resto de países les resultaría más caro comprar los productos alemanes). También supondría una vuelta atrás en la formación de la Unión Europea, del mercado único, etcétera.

Resumiendo, mientras las condiciones continúen siendo las que son, mi opinión personal es que mantendremos el euro durante años. Si la situación cambia, es decir, si los países que forman la Unión Europea modifican sus roles dentro del marco económico imperante, entonces podría cuestionarse la continuidad de la moneda única. No sería la primera vez que sucede.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Felicitaciones.

¿Tendremos que recuperar la confianza en nuestros dirigentes? ¿Llegaremos a las próximas elecciones con un panorama diferente al actual? ¿Por qué me estoy planteando esto? Porque a la vista de los datos económicos que se van conociendo y publicando en los medios de comunicación, las diferentes instituciones y organizaciones han ido ajustando sus previsiones para nuestro país, y las han ido aproximando, y mucho, a las que había realizado nuestro Gobierno. Veamos:

Respecto a la Deuda pública (para los profanos, lo que nuestro país debe, el endeudamiento público), se situará en el 2011 en un 69,7 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), inferior al 73,7 por ciento que la Comisión Europea había previsto y muy por debajo del promedio de los países de la zona euro (86,5 por ciento). ¡Ay! Si no fuera por la deuda privada.

El Déficit corriente, el desequilibrio que mantenemos con el exterior propiciado por el intercambio comercial (exportaciones-importaciones), pasará a ser en 2011 del 3,8 por ciento, frente a la estimación efectuada por la Comisión europea del 4,8 por ciento.

En 2010, nuestro Producto Interior Bruto (PIB) reflejará una caída del 0,3 por ciento; en un primer momento, tanto la Comisión europea como el Fondo Monetario Internacional (FMI) habían previsto una caída del 0,8 y del 0,7 por ciento respectivamente; luego revisaron sus datos para dejar la caída del PIB en un 0,2 y un 0,35 por ciento. Para el 2011 y a partir del cuarto trimestre, la Comisión europea estima que España crecerá un 0,4 por ciento y en el 2012 el 0,5 por ciento. Asimismo el FMI estima que en 2013 nuestro país crecerá más que Alemania, Francia e Italia.

Respecto al Déficit público (la diferencia, negativa, entre los ingresos y gastos públicos) el gobierno había estimado para 2011 un déficit del 6 por ciento y Bruselas de un 9,3 por ciento. En la actualidad la Comisión europea ha procedido a su revisión y estima que España tendrá un déficit del 6,4 por ciento.

Incluso, y esto es para celebrar, el sector de la construcción empezará a tener un crecimiento positivo a partir del 2012.

No todas van a ser noticias negativas (me tachan de pesimista) y algún día deberemos salir del hoyo. Incluso hasta recibimos felicitaciones por los ajustes realizados. Ahora solo falta que los mercados financieros pongan sus miras en otras latitudes y la fachada del edificio estará limpia y reluciente. ¿Qué más podemos pedir? ¿Restauramos la confianza?

¡Ah! Se me olvidaba, ahora tendremos que revisar el interior del edificio; que se consiga crear empleo nuevamente ya es una misión mucho más complicada.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

¿Tanto hemos cambiado?

Tras el final de la devastadora Segunda Guerra Mundial los países europeos, que habían sufrido en sus propias carnes todas las consecuencias de la destrucción, decidieron incrementar el porcentaje de su Producto Interior Bruto (PIB) destinado a servicios sociales, a pesar de las enormes dificultades que padecía la mayor parte de la población. Especialmente destacable es el caso de Gran Bretaña y el famoso informe de Sir William Beveridge en el que se basó su legislación social de la postguerra (un servicio nacional de salud, una pensión estatal adecuada, ayudas familiares y cuasi pleno empleo).

El historiador Tony Judt, recientemente fallecido, en un voluminoso libro al que tituló “Postguerra, una historia de Europa desde 1945”, hacía el siguiente análisis respecto a los sacrificios que los europeos estaban dispuestos a realizar para alcanzar el estado del bienestar:

“¿Por qué estaban los europeos tan dispuestos a pagar tanto por seguros y otras prestaciones a largo plazo en un momento en el que la vida seguía aún siendo muy dura y la escasez material endémica? La primera razón …, precisamente porque los tiempos eran tan difíciles, los sistemas de bienestar … constituían una garantía de un cierto mínimo de justicia, de equidad.
En segundo lugar, los Estados … eran socialmente redistributivos … no pretendían ‘desplumar a los ricos’. Por el contrario, aunque los pobres eran los que percibían la mayor ventaja inmediata, los verdaderos beneficiarios a largo plazo eran los profesionales y comerciantes de la clase media. […] Junto con la provisión estatal de una enseñanza secundaria y superior gratuita o subvencionada para sus hijos, todo ello proporcionaba … una mejor calidad de vida y una mayor disponibilidad de sus ingresos. Lejos de dividir a las clases sociales entre sí, el Estado europeo del bienestar los vinculaba más estrechamente que nunca, haciéndoles compartir un interés común … El Estado de la postguerra era en toda Europa un Estado ‘social’, con una responsabilidad implícita hacia el bienestar de sus ciudadanos. […] la fe en el Estado era como mínimo igual de sólida en los países pobres que en los ricos, y quizá más en los primeros, dado que en dichos lugares sólo el Estado podía ofrecer esperanzas o salvación al conjunto de la población.”

¿Tanto hemos cambiado? Justicia, equidad, Estados redistributivos, intereses comunes, responsabilidad, fe en los Estados, … ¿serán conceptos vagos, sin contenido, que han quedado relegados a desempeñar el papel de simples ornamentos en los textos literarios?

martes, 7 de diciembre de 2010

Tendencia.

Ayer pude leer un artículo publicado en un medio de comunicación firmado por el Secretario general del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad; dicho artículo trataba un tema del que anteriormente les hablé en este modesto blog y que, a mi entender, lleva una tendencia irreversible: la puesta en el mercado de un servicio tan preciado como la Sanidad.

Argumentaba el Secretario de esta entidad (sin ánimo de lucro al parecer ¿?) que “la viabilidad del sistema sanitario se encuentra comprometida,… el envejecimiento de la población, la cronificación de las enfermedades y el coste tecnológico y terapéutico hacen bastante improbable que, en los próximos años, se puedan seguir manteniendo la universalidad del sistema sanitario en condiciones de equidad en el acceso y las prestaciones para toda la población”.

Aducía al mismo tiempo unas posibles soluciones y, en términos generales, abogaba por acuerdos entre el sector público y el sector privado para tratar de integrar ambos sistemas, aportando como relativa novedad, el recompensar al usuario de la sanidad privada mediante desgravaciones fiscales.

Dentro de mi curiosidad y, por que no decirlo, mi ignorancia, me propuse buscar más información sobre esta entidad ante la postura tan nítida que manifestaba su secretario general: quién la formaba, cuál era su fin, …; mi curiosidad radicaba en la posibilidad de encontrarme con una entidad independiente, que aportara un punto de vista diferente al debate; y me encontré que, efectivamente, era una entidad sin ánimo de lucro recientemente constituida, y, aquí obtuve muchas respuestas, formada por los principales grupos y aseguradoras implicadas en la sanidad privada, entre ellas, por citar las más conocidas, Adeslas, Sanitas, Mapfre, DKV y Mutua Madrileña. ¿Entidad sin ánimo de lucro? Mi gozo en un pozo.

Lo dicho, un ejemplo más de por donde van los tiros. ¿Estarán mentalizándonos?

viernes, 3 de diciembre de 2010

Una aspirina.

En el post de ayer les comentaba que estaríamos pendientes de la decisión del Banco Central Europeo (BCE) para saber por donde irían los tiros. Como he repetido en varias ocasiones la misión principal del BCE es luchar contra la inflación mediante el instrumento de los tipos de interés. Indudablemente también adopta otras medidas, como puede ser el aumento o reducción de la liquidez en el sistema financiero.

Pues bien, como era de esperar, los tipos de interés siguen manteniéndose en el 1 por ciento ante las perspectivas de inflación en la Unión Europea. Respecto a las otras medidas posibles, el BCE europeo mantiene la barra libre para las entidades financieras hasta el primer trimestre del 2011 al objeto de que puedan encontrar financiación.

¿Y qué pasa con la deuda pública de los países con problemas? Aquí residía la mayor parte de las expectativas en el día de ayer; las bolsas europeas se encontraban con una euforia desmedida, tanto el día anterior como a primeras horas de la mañana de ayer, ante la posibilidad de que el BCE comprase esos bonos y de esa forma ayudase a los países con dificultades a salir del apuro, temporalmente.

Ni una palabra al respecto en todo el discurso por parte de su presidente, Jean-Claude Trichet; las palabras mágicas que esperaban los mercados no se oyeron por ningún lado. De hecho, cuando esto sucedía, las bolsas se ponían en rojo ante la decepción. Se mascaba una nueva tragedia, un nuevo ataque a los países. Pero, como en un cuento para niños, algo raro sucedió; alguien estaba comprando la deuda pública de los países con problemas. Digo alguien porque nadie sabía quien era. Se hablaba incluso del gobierno chino. Al final, los analistas sacaron como conclusión que era el propio BCE el que estaba echando una mano a los países de la UE con problemas. De forma encubierta ¿Motivos?

Transparencia, la palabra mágica que los mercados quieren oír; sin embargo, los principales actores mantienen un discurso bastante opaco a la hora de transmitir sus políticas.

Veremos lo que dura la calma. Esto ha sido una aspirina para el enfermo. Y el enfermo necesita una mayor actuación.

jueves, 2 de diciembre de 2010

¿Plan B?

Tras haber visto en grandes titulares que el gobierno había rebajado los impuestos a las pequeñas y medianas empresas (PYMES), sentía curiosidad por profundizar un poco más en esta “gran” noticia.

Veamos, realizando unos sencillos cálculos, y en términos generales sin entrar en matices, los resultados podrían ser los siguientes: se reduce el tipo impositivo para aquellas PYMES que tengan bases imponibles (beneficios) inferiores a 300.000 euros. Partiendo de que el tipo general es del 30% y suponiendo, que es mucho suponer, dichos beneficios, si estas empresas no alcanzasen la condición de PYME, sus impuestos en 2010 serían de 90.000 euros. Ahora, al cambiar su condición, tributarían por los 120.000 primeros euros al 25% (podría ser hasta un 20%) lo que supondría unos 30.000 euros; el resto, 180.000 euros, tributaría al 30%, 54.000 euros; en total unos 84.000 euros. La diferencia, o el ahorro obtenido con esta gran medida es de 6.000 euros. Teniendo en cuenta que se estima que se beneficiarán unas 40.000 empresas (si consiguieran tener esos beneficios), el Estado dejaría de recaudar unos 240 millones de euros.

Tengo que reconocer que no he oído los motivos que subyacen tras esta medida, pero a primera vista no creo que solucione mucho. ¿Las empresas que tienen beneficios son las que precisan ayuda? Los defensores de la bajada de impuestos argumentan que así se crea empleo.

Otra medida, liberal, que no gusta a los liberales de este país, es la venta (privatización) de unas porciones de tarta para hacer caja: 49% de AENA (Aeropuertos) y 30% de Loterías. Se pretende reducir deuda. Me decía en una ocasión mi profesor de Estructura Económica, allá por los noventa, “Estos cabrones están vendiendo todo aquello que nos costó un huevo levantar”. No será lo último.

También veremos como se crean nuevas oficinas privadas de colocación ante la ineficacia del actual INEM. ¿Qué harán con los funcionarios que quedan?

Y por último, los desempleados que llevan tiempo en casa subsistiendo con una paga mensual de 420 euros que se pongan las pilas, que ya está bien de vivir como reyes, a buscar trabajo, basta de holgazanear. Si no se les quita el pedazo subsidio que cobran, es que ni se mueven del sofá.

Con todo esto, y como ha dicho el Sr. Presidente, conseguiremos una España más eficiente. ¿Eficiente? ¿Dónde he oído yo esa palabra antes?



Hoy también estaremos pendientes del Banco Central Europeo. Éste sí que puede poner un poco más de tranquilidad en los mercados para que dejen de atosigar a los países del euro, sobre todo a los periféricos, España entre ellos. ¿Cómo? Adoptando una medida similar a la que adoptó recientemente EEUU, comprando deuda pública de los países europeos con problemas e inyectando de esta forma euros en la economía. Veremos en que cantidad; Alemania no será muy partidaria; un aumento de liquidez podría llevar a elevar la inflación y perjudicar sus exportaciones. El resto de países, como no levantan cabeza, verán con buenos ojos esta medida.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Jugando a los bolos.

El tema empieza a complicarse, y mucho. Si la semana pasada había recogido las palabras del gobernador del Banco de España en las que hacía énfasis sobre la idoneidad de las medidas que se habían adoptado y en la urgencia de llevarlas a cabo, hoy podemos comprobar que los mercados han desplegado prácticamente toda la artillería sobre los países europeos. Los siguientes en la lista, primero Portugal y luego Bélgica. España, al tener mayor dimensión, será más difícil, pero pueden estar seguros que irán a por nosotros. Si cae, es decir, si precisa un rescate ante la imposibilidad de hacer frente al pago de su deuda a los acreedores, los siguientes en la lista son Italia, Reino Unido, etc. No importará el tamaño. ¡Bye, Bye, Euro! comentan los analistas, salvo actuación conjunta y rápida de la Unión Europea.

Una muestra del coste que los países deben pagar para financiarse en los mercados, tomando como referencia el bono a 10 años, es el siguiente:

España: 5,60%
Bélgica: 3,93%
Italia: 4,70%
Francia: 3,93%
Alemania: 2,76%

Cuando hayan leído esta entrada los tipos de interés ya habrán sufrido variaciones significativas (dependerá de la tensión en los mercados). Podrán comprobar que también incluyo a Francia, su prima de riesgo respecto al bono alemán también se ha incrementado. Nadie se libra. Como escribió en una ocasión el Nobel Krugman: “Y resultó que cualesquiera que fueran las diferencias entre todas aquellas economías, una cosa que tenían en común era la susceptibilidad ante el pánico autogenerado, … y cuando una economía es vulnerable ante un pánico autogenerado, la creencia se transforma en hechos”.

Por último, para los curiosos, en el siguiente enlace pueden ver la deuda que España mantiene en la actualidad. Lo anecdótico es ver como varía segundo a segundo; la última vez que lo visité mostraba una deuda total neta de 999.099.000 euros y subiendo.

Deuda Española